El vuelo 401 de Eastern se estrelló en Miami hace 50 años. Los sobrevivientes tienen un mensaje

Beverly Raposa cambió de asiento desde su posición habitual en la cocina durante un vuelo de Nueva York a Miami.

El avión estaba cruzando los Everglades el 29 de diciembre de 1972, cuando giró hacia su compañera asistente de vuelo Stephanie Stanich.

Raposa, de 25 años, notó algo extraño.

“Esos motores no suenan bien”.

“Suenan bien”, respondió Stanich.

“No, no suenan bien”, recuerda Raposa, quien ahora tiene 75 años, haberle dicho a Stanich.

Poco después, el avión se estrelló en el pantano.

Una portada del Miami Herald tras el accidente de 1972.
Una portada del Miami Herald tras el accidente de 1972.

El vuelo 401 de Eastern Airlines fue una de las catástrofes aéreas más mortales del sur de la Florida. Murieron 101 personas, entre ellas Stanich. Raposa fue una de los 75 sobrevivientes.

El accidente cambió el rumbo de la industria de la aviación gracias a las nuevas medidas de seguridad que exigen que los pilotos mantengan la comunicación con la tripulación de cabina y que los asistentes de vuelo lleven linternas más grandes.

Durante décadas, muchos de los 75 sobrevivientes han reflexionado sobre la manera de honrar a los que murieron en la tragedia. El 29 de diciembre inaugurarán un monumento en Miami Springs para conmemorar el 50 aniversario del accidente del Eastern.

La placa de granito, grabada con los nombres de las personas que perecieron, se colocará en un camellón cerca del Miami Springs Country Club para que la vean las generaciones futuras.

Momentos finales del vuelo 401 de Eastern

Trece segundos después de las 11:42 p.m., el avión voló hacia los Everglades y se estrellócasi 20 millas al noroeste del Aeropuerto Internacional de Miami y ocho millas al norte de Tamiami Trail.

Los equipos de rescate buscan más sobrevivientes cerca de una sección del fuselaje del TriStar en los Everglades, en esta foto publicada el 31 de diciembre de 1972.
Los equipos de rescate buscan más sobrevivientes cerca de una sección del fuselaje del TriStar en los Everglades, en esta foto publicada el 31 de diciembre de 1972.

El Lockheed L-1011 era el orgullo de la flota de Eastern y el primero que se estrelló de una nueva generación de aviones de fuselaje ancho. El número de muertos fue, en 1972, el más alto de cualquier accidente de un solo avión.

Una serie de errores provocaron la caída del avión aquella noche de diciembre, entre Navidad y Año Nuevo.

Mientras el aparato cruzaba los Everglades de la Florida, intentaba bajar el tren de aterrizaje. Pero una luz no confirmaba si el tren de aterrizaje estaba bajado.

La tripulación de cabina, tratando de identificar el problema, obtuvo permiso del control de tráfico aéreo para rodear los Everglades.

¿Fue una foco fundido de $12 o un tren de aterrizaje defectuoso?

Entonces llegó el error final y fatal. En medio de la confusión, la tripulación, distraída, no se dio cuenta de que el botón del piloto automático estaba apagado.

Lugar donde se estrelló el vuelo 401 de Eastern Airlines en los Everglades de la Florida el 29 de diciembre de 1972.
Lugar donde se estrelló el vuelo 401 de Eastern Airlines en los Everglades de la Florida el 29 de diciembre de 1972.

Y el avión descendió gradualmente hacia el pantano desde 20,000 pies.

Memoria, dolor y lecciones

Mercy Ruiz, de 29 años, también notó algo extraño aquella noche. El avión se alejaba de las luces de la ciudad.

Preguntó a su compañera Patricia Ghyssels, que estaba sentada frente a ella, qué pasaba.

“Oh, Mercy, deja de quejarte”, respondió Ghyssels. “Es la temporada de fiestas. Si llegamos un poco tarde, son horas extra”.

Entonces, el equipaje salió disparado de los compartimentos superiores. El suelo del avión se desmoronó. Trozos de la aeronave se esparcieron por la hierba.

Escena de los restos del vuelo 401 de Eastern Airlines en los Everglades, al oeste del Aeropuerto Internacional de Miami.
Escena de los restos del vuelo 401 de Eastern Airlines en los Everglades, al oeste del Aeropuerto Internacional de Miami.

Esos son los últimos momentos que recuerda Ron Infantino, de 76 años, quien ahora vive en The Villages, en la el centro de la Florida, antes de perder el conocimiento. Un minuto estaba descansando en su asiento con los brazos cruzados. Al siguiente estaba cubierto de agua hasta la barbilla.

Todo sucedió tan rápido que no pudo voltear para ver cómo estaba su esposa, Lilly Infantino, con quien se había casado 20 días antes, y quien iba sentada a su lado en el vuelo de Nueva York a Miami.

Infantino, quien entonces tenía 26 años, se despertó tambaleándose en el pantano, incapaz de moverse con el brazo, el pecho y la rodilla lesionados. Escuchó el chapoteo de caimanes y serpientes a su alrededor, mientras el zumbido de lanchas neumáticas y helicópteros buscaba sobrevivientes. No lo rescataron hasta cuatro o cinco horas después, según recuerda haber leído en su historial hospitalario.

En otra parte de los Everglades, la asistente de vuelo Mercy Ruiz temblaba con el cuerpo empapado de queroseno. Tampoco podía moverse debido a una fractura en el hueso pélvico.

Estaba tan oscuro que no podía verse las manos. Estaba aturdida y desorientada, pero se dio cuenta de que una linterna parpadeaba cerca. Raposa la había encontrado.

“¿Qué pasó, Beverly?” preguntó Ruiz.

“Cariño, nos estrellamos”.

“No, no nos estrellamos, Beverly. Es un mal sueño. Vamos a despertar”.

“No, Mercy, nos estrellamos”.

Tras colocar un cojín de asiento bajo la cabeza de Ruiz, Raposa salió en busca de otros sobrevivientes. Se cruzó con una mujer que encontró a un bebé de 11 meses mientras buscaba a su hijo. Raposa se lo llevó a Ruiz, quien lo acunó para mantenerlo caliente.

Mientras los cazadores de ranas que presenciaron el accidente ayudaban a rescatar a los sobrevivientes, Raposa dirigió a los que quedaban cantando “Jingle Bells”, “Rudolph the Red-Nosed Reindeer” y “Frosty the Snowman”. El último grupo fue rescatado a las 3:30 a.m. del 30 de diciembre, casi cuatro horas después del accidente.

12/30/1972:  La primera víctima del accidente del vuelo 401 de Eastern Airlines llega al Palmetto General Hospital
12/30/1972: La primera víctima del accidente del vuelo 401 de Eastern Airlines llega al Palmetto General Hospital

En el hospital, Infantino apenas sobrevivió. Tenía el brazo derecho muy maltrecho, la rodilla izquierda rota y el pecho aplastado. Estaba tan débil que los médicos optaron por operarlo sin anestesia.

Mantenía la esperanza de que su esposa hubiera sobrevivido: otro paciente con su apellido estaba ingresado en un hospital de la Florida. Pero resultó ser el tío de Infantino, quien no iba en el avión.

Tres días después del accidente se encontró el cadáver de Lilly Infantino. Infantino había conocido a su esposa, vecina de La Pequeña Habana, cuando se mudó a Miami tras su paso por las Fuerzas Aéreas. La pareja salió durante unos años antes de casarse en diciembre de 1972.

“Ese recuerdo nunca desaparece”, le declaró al Miami Herald 50 años después. “Solo lamento no haber tenido la oportunidad de despedirme. Pienso en ella todos los días”.

Infantino, por la época de su boda, había completado una prueba de aptitud, enviado su currículo y solicitado un trabajo como piloto en Eastern Airlines.

En los días siguientes al accidente, la madre de Infantino le llevó un montón de correo. Uno de los sobres era una carta de Eastern solicitando una entrevista.

Infantino llamó a la aerolínea desde la habitación del hospital y explicó que había sobrevivido al accidente y que seguía recuperándose. La aerolínea quería entrevistarlo para una vacante que podría ocupar cuando mejorara su salud.

Los empleados de Eastern visitaron a Infantino para una entrevista de dos horas. Le ofrecieron el puesto. Lo rechazó.

Infantino fundó su propia aerolínea para viajes cortos, que más tarde quebró, y se casó con su terapeuta respiratoria, quien también había sufrido tras perder a su prometido en un accidente por conducir ebrio. La pareja tuvo dos hijos.

Echando la vista atrás, Ruiz, quien ahora tiene 78 años y trabajó en Eastern hasta que la compañía dejó de volar en 1991, ve señales en los acontecimientos del 29 de diciembre de 1972.

Entre los restos del avión, su maleta color crema de la compañía fue la única que quedó intacta. Pero lo que había dentro era el verdadero premio: una cámara Kodak Instamatic y rollos de película.

La tripulación había tomado fotos como recuerdo del que habría sido su último viaje del año juntos. Solo aparecen nueve caras sonrientes porque una se ofreció voluntaria para tomar la foto.

Foto de las asistentes de vuelo del 401 de Eastern Airlines, tomada la mañana antes del vuelo. Arriba: Patty George. Fila central, desde la izquierda: Patricia Ghysells (fallecida), Trudy Smith, Adrianne Hamilton y Mercy Ruiz. Fila inferior, desde la izquierda: Sue Tebbs, Dottie Warnock, Beverly Raposa y Stephanie Stanich (fallecida). .
Foto de las asistentes de vuelo del 401 de Eastern Airlines, tomada la mañana antes del vuelo. Arriba: Patty George. Fila central, desde la izquierda: Patricia Ghysells (fallecida), Trudy Smith, Adrianne Hamilton y Mercy Ruiz. Fila inferior, desde la izquierda: Sue Tebbs, Dottie Warnock, Beverly Raposa y Stephanie Stanich (fallecida). .

El grupo quería equilibrar su pose, así que se colocaron en dos filas de cuatro con una de las asistentes de vuelo estirada encima de un armario. Era una foto que nadie debía ver y, en cambio, ha dado la vuelta al mundo, conocida por haber sido tomada justo antes de la catástrofe.

Copias de esa foto están ahora encuadernadas en un álbum de cuero que Eastern regaló a todas las asistentes de vuelo del vuelo 401 después de la tragedia.

El 18 de mayo de 1996, la asistente de vuelo Beverly Raposa muestra fotos de la tripulación de cabina del vuelo 401 de Eastern. El avión se estrelló en los Everglades el 29 de diciembre de 1972, matando a 101 personas.
El 18 de mayo de 1996, la asistente de vuelo Beverly Raposa muestra fotos de la tripulación de cabina del vuelo 401 de Eastern. El avión se estrelló en los Everglades el 29 de diciembre de 1972, matando a 101 personas.

Hay otra foto que Ruiz ha analizado a lo largo de los años. En ella, la tripulación gastaba bromas a dos de las asistentes de vuelo: a una le salían dedos de cuerno de la cabeza y a otra, bromeando, la agarraban por el cuello.

Foto de las asistentes de vuelo del 401 de Eastern Airlines, tomada la mañana antes del accidente. Fila superior, de izquierda a derecha: Mercy Ruiz, Sue Tebbs, Adrianne Hamilton y Trudy Smith. Fila inferior, desde la izquierda: Dottie Warnock, Patricia Ghysells (fallecida), Beverly Raposa, Patty George y Stephanie Stanich (fallecida). El avión se estrelló el 29 de diciembre de 1972 matando a 101 personas. Docenas sobrevivieron.

Fueron Stanich y Ghyssels, las dos asistentes de vuelo que murieron en el accidente.

“Eso también me dio la impresión de que las dos chicas estaban marcadas”, dijo Ruiz. “¿Por qué ellas dos?”

A lo largo de cinco décadas, las lecciones se quedan grabadas en la memoria de los sobrevivientes del 401.

Infantino recuerda el accidente cuando se siente frustrado por los inconvenientes de su vida cotidiana.

“Enumero las cosas del uno al 10, y el 10 es un accidente de avión”, dice. “Cuando estoy en un problema, digo: ‘Ron, ¿qué número es éste? No es un 10’”.

Raposa, quien trabajó en una agencia de viajes tras dejar Eastern, se recuerda a sí misma que no debe salir de casa enfadada y que debe decir a sus seres queridos lo mucho que los quiere, porque volver nunca es una garantía.

“Cuando has visto a la muerte tan de cerca como yo ya no das las cosas por sentadas”.

Recordando a los que murieron

El 29 de diciembre, aniversario del accidente, los sobrevivientes inaugurarán un monumento conmemorativo en el camellón cubierto de hierba de Curtiss Parkway, en Miami Springs, frente al club campestre. El acto, que comenzará a la 1 p.m. estará abierto al público. Los interesados en atender pueden enviar un correo electrónico a flt401memorial@gmail.com.

El monumento de granito, que se inaugurará en Miami Springs el 29 de diciembre con motivo del 50 aniversario del accidente, lleva grabados los nombres de los fallecidos.
El monumento de granito, que se inaugurará en Miami Springs el 29 de diciembre con motivo del 50 aniversario del accidente, lleva grabados los nombres de los fallecidos.

Miami Springs, una comunidad vecina del Aeropuerto Internacional de Miami, fue el hogar de muchos empleados de Eastern en los años 70 y 80. Raposa, quien ahora vive en Broward, estudió para ser asistente de vuelo a pocos pasos del lugar conmemorativo.

Los organizadores siguen buscando donaciones para cubrir el costo del monumento, que asciende a unos $20,000. Cualquiera que desee donar puede emitir un cheque a nombre de la Fundación Nacional de Desastres Aéreos o donar en línea.

En 2021, se instaló un monumento conmemorativo en los Everglades para conmemorar el 25 aniversario del accidente del ValuJet del 11 de mayo de 1996. En el accidente, otro momento fundamental en la historia de la aviación del sur de la Florida, murieron las 110 personas que iban a bordo. El avión se precipitó a los Everglades tras despegar del Aeropuerto de Miami.

La idea de erigir un monumento en memoria del Eastern Flight 401 surgió por primera vez en la reunión del 35 aniversario en los Everglades. Un grupo de sobrevivientes elaboró un proyecto, pero la vida se interpuso en el camino.

Sobrevivientes del vuelo 401 de Eastern posan para una foto el 31 de diciembre de 2008. De izquierda a derecha: Patricia McQuigg, asistente de vuelo, Jan Coviello, pasajera que perdió a su hijo; Mercy Ruiz, asistente de vuelo; Miguel Junco, pasajero de 11 meses, que perdió a sus padres, Beverly Raposa, asistente de vuelo y Ron Infantino, pasajero que perdió a su esposa con quien se había casado 20 días atrás.

Hace cinco años, Raposa retomó la idea y obtuvo la aprobación para colocarla en un terreno público de Miami Springs. Esa vez, las finanzas se interpusieron.

A principios de 2022, Raposa recordó su promesa de rendir homenaje a los que perdieron la vida en el vuelo. Redujo los planes para el monumento conmemorativo de modo que pudiera completarse mientras los sobreviviente aún vivieran.

Foto de las asistentes de vuelo del 401 de Eastern Airlines, tomada la mañana antes del accidente. De izquierda a derecha: Patty George, Dottie Warnock, Adrianne Hamilton, Trudy Smith, Stephanie Stanich (fallecida), Patricia Ghysells (fallecida), Mercy Ruiz, Beverly Raposa y Sue Tebbs.
Foto de las asistentes de vuelo del 401 de Eastern Airlines, tomada la mañana antes del accidente. De izquierda a derecha: Patty George, Dottie Warnock, Adrianne Hamilton, Trudy Smith, Stephanie Stanich (fallecida), Patricia Ghysells (fallecida), Mercy Ruiz, Beverly Raposa y Sue Tebbs.

“Llevo a esa gente en el corazón todos los días”, dijo Raposa refiriéndose a los fallecidos en la tragedia. “No ha habido un solo día en los últimos 50 años en el que no hayan estado en mi corazón y en el que no haya querido asegurarme de cumplir la promesa que les hice. A veces no parecen 50 años”.

Para Ruiz, el memorial será una luz en la oscuridad, un lugar para rezar, reflexionar y recordar a las vidas perdidas en la tragedia.

Es como la luz que necesitaban en los Everglades aquella noche de diciembre hace 50 años.