Voto de mexicanos en el exterior: aciertos y tareas pendientes

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El pasado 2 de junio se celebraron las elecciones más grandes de la historia de México. De un padrón de casi 100 millones de personas habilitadas para elegir presidente, 128 senadores, 500 diputados y más de 1800 presidentes municipales, entre más de 20 mil cargos, participaron 60,115,184 electores, es decir, el 61 % del padrón electoral.

Una vez conocidos los resultados, llega el momento de analizar algunos componentes del proceso electoral, con el objetivo de proponer medidas que incrementen la participación ciudadana y faciliten el voto.

De acuerdo al Instituto de los Mexicanos en el Exterior, hay un poco más de 11 millones de mexicanos que residen en el exterior. Cerca del 98 % se encuentra en los Estados Unidos. Con el propósito de darles representación, teniendo en cuenta el peso y la influencia que siguen teniendo en su país de origen, los residentes en el exterior tienen derecho a votar no solo en categorías nacionales, sino también locales.

De esos 11 millones, según datos del Instituto Nacional Electoral (INE), 258,461 personas estaban habilitadas para sufragar desde el extranjero en este proceso electoral 2023-2024. Un total de 223,961 personas solicitaron anticipadamente su registro en la Lista Nominal del Electorado en el Extranjero (151.989 bajo la modalidad electrónica por Internet; 56.249 bajo la modalidad postal, y 15.723 para votar de manera presencial) y se previó que hasta 1,500 personas pudieran votar en 23 representaciones consulares (20 en Estados Unidos, 1 en Montreal, 1 en París y 1 en Madrid) aún sin estar registradas.

184,326 mexicanos en el exterior finalmente emitieron su voto, lo que equivale al 71 % del padrón de registrados. Un número positivo si se compara con quienes habían expresado su intención de participar, pero ínfimo si se compara con el total de mexicanos en el exterior.

Era la primera vez en una elección presidencial que los residentes en el exterior contaban con la opción de votar por internet y/o presencialmente en los consulados, ya que anteriormente solo estaba disponible el voto postal. En las elecciones locales del año pasado, con un padrón mucho más reducido, se habían inaugurado estas modalidades.

De esta manera, 122.497 votaron por internet, 39.586 por correo y 22.243 mexicanos se acercaron a las 23 representaciones consulares para emitir su voto.

Esto sin duda es un gran avance para facilitar la participación política de la diáspora, y hay que felicitar al INE por hacer viable el ejercicio de los derechos políticos a través del uso de tecnología, ya que no basta con que estén previstos en la ley, el verdadero desafío es eliminar o minimizar los obstáculos para que se hagan efectivos.

Para tener una referencia del impacto de la implementación de las nuevas modalidades de votación, recordemos que en las elecciones de 2018 votaron desde el exterior 98.470 mexicanos residentes en el exterior; es decir, que la participación aumentó casi un 100% entre 2018 y 2024.

Ahora bien, después de destacar este acierto, debemos decir que se presentaron algunos problemas que la autoridad electoral deberá subsanar en futuros procesos.

En primer lugar, en cuanto al voto por internet, se reportaron más de 39 mil registros “improcedentes” por inconsistencias en la autenticación del elector. Las razones fueron diversas: firmas falsificadas, fotos de firmas, direcciones IP de donde se mandaron múltiples solicitudes, comprobantes de domicilio de empresas falsas, entre otras. Aunque los afectados contaban con un plazo para revisar sus datos para volver a aparecer en el listado de electores, y de hecho así ocurrió en la gran mayoría de los casos, esta exclusión temporal impulsó narrativas de fraude, ya que distintas agrupaciones de mexicanos en el exterior e incluso actores en México consideraron que se estaba excluyendo deliberadamente a decenas de miles de electores.

Si bien es fundamental establecer mecanismos de seguridad que garanticen el secreto del voto, estos no deben desincentivar la participación. Es un delicado equilibrio que no es fácil de conseguir.

Por otro lado, también se reportó que algunos electores que estaban habilitados para votar por internet no lograron hacerlo por las dificultades al momento de emitir el sufragio. Una vez que los votantes ingresaban a la plataforma, tenían un plazo para marcar sus preferencias. En una elección de hasta cuatro categorías, al usuario no familiarizado con este tipo de tecnología podría tomarle más tiempo de lo estipulado y como consecuencia la sesión finalizaba antes de emitir el voto.

En este sentido, es fundamental a la hora de desarrollar o seleccionar una aplicación de voto por internet tener en cuenta la accesibilidad y usabilidad, de manera de hacer de la experiencia algo intuitivo y fácil, independientemente de la edad o conocimientos del elector. Incluir a la ciudadanía en el diseño y desarrollo de estos sistemas contribuye significativamente, así como realizar múltiples pruebas con usuarios, pilotos, focus group, entre otros.

A pesar de estos inconvenientes, el 66 % de los mexicanos en el exterior registrados votaron por internet, lo que muestra el impacto que ha tenido el esfuerzo del INE en la implementación de tecnología para la emisión del voto.

Finalmente, en cuanto a la opción de votar en los consulados sin registro previo, parece ser que se subestimó la cantidad de personas que se decantaron por esta modalidad. Los consulados contaban con tablets para que los electores previamente registrados pudieran emitir su voto, pero además, cada sede consular tenía 1500 boletas para que las personas que no se hubieran registrado con anticipación pudieran sufragar.

Las largas filas de Madrid, Washington o Los Ángeles, ciudades en las que miles de mexicanos se quedaron sin poder votar, evidencian que no se hizo un estudio previo que anticipara este escenario, lo que dejó a miles sin poder expresarse después de haber pasado.

A partir del encomiable esfuerzo que adelantó el INE para facilitar el voto de los ciudadanos mexicanos en el extranjero, es prioritario seguir profundizando la campaña comunicacional para que más mexicanos participen en los asuntos políticos de su país, reforzar la accesibilidad y usabilidad de la interfaz de voto por internet, y fortalecer la capacidad de las sedes consulares para recibir grandes flujos de votantes.

* Jesús Delgado Valery (@JesusDValery) es director ejecutivo de Transparencia Electoral (@TransparenciaAL). Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Central de Venezuela (UCV). Candidato a Magíster en Estudios Electorales por la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Participó y coordinó más de 50 Misiones de Observación / Acompañamiento / Veeduría Electoral en América y Europa. Autor de varias publicaciones sobre democracia y elecciones.