Votantes muestran un “nivel inusualmente alto” de aversión hacia los candidatos de 2024

Cuando la mayoría de los estadounidenses ve la lista actual de candidatos presidenciales, no está satisfecha con sus opciones. Como si se tratara de un menú de restaurante escaso, lo ojea, le da la vuelta y busca opciones más frescas y apetecibles.

A menos de un año de las elecciones de 2024, el 52% de los votantes —incluido el 72% de los independientes— quiere que se presenten nuevos candidatos, de acuerdo con una encuesta del 15 de noviembre de la Universidad Quinnipiac, en la que participaron 1,743 adultos estadounidenses.

Es la última de una serie de encuestas que indican que la mayoría de los estadounidenses se resiste a ver una revancha entre el presidente Joe Biden y el ex presidente Donald Trump.

Aunque un cierto grado de insatisfacción de los votantes es normal —quejarse de los candidatos presidenciales es tan americano como la tarta de manzana—, el nivel actual de desafección parece anormalmente alto y podría sentar las bases para una buena actuación de los aspirantes de terceros partidos, dijeron los expertos.

Un nivel de insatisfacción inusualmente alto

“El electorado muestra un nivel inusualmente alto de insatisfacción con los candidatos de los principales partidos”, le dijo Barry Burden, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Wisconsin-Madison (UW-Madison), a McClatchy News. “Tienen reservas sobre ambos candidatos”.

“No recuerdo haber visto niveles de preocupación como los que estamos viendo hoy”, le dijo Michael Hanmer, profesor de política en la Universidad de Maryland (UMD), a McClatchy News.

Aunque el ex presidente Trump cuenta con una base de apoyo aparentemente inamovible —la mayoría de los republicanos le favorecen para la reelección en múltiples encuestas—, grandes franjas de la población lo consideran una amenaza para la democracia y no apto para volver a la oficina oval, dijo Hanmer.

“Trump se enfrenta a 91 cargos por delitos graves en cuatro tribunales diferentes”, le dijo Alan Lichtman, profesor de Historia en la Universidad Americana, a McClatchy News. “Ni las acusaciones ni las condenas descalifican a los candidatos a la presidencia, pero claramente representan una carga pesada y sin precedentes, especialmente si Trump es condenado en cualquier tribunal y sentenciado a prisión antes de las elecciones generales”.

Biden viene con su propio bagaje, incluyendo una “falta de atractivo carismático y un pobre mensaje sobre sus logros”, dijo Lichtman.

Ahora está perdiendo apoyo entre su propio partido, incluidos los jóvenes liberales y las minorías que están particularmente desencantados con el presidente, dijo Burden, añadiendo que “muchos demócratas también están preocupados por la edad de Biden”.

Aunque no es inusual ver a un electorado resistirse a los candidatos presidenciales, “es algo único ver este nivel de insatisfacción dentro del partido del presidente en ejercicio”, le dijo Spencer Goidel, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Auburn, a McClatchy News.

Habría que remontarse tres décadas atrás para ver este grado de desencanto entre el partido del presidente, dijo Goidel, quien investiga la opinión pública.

En el periodo previo a las elecciones de 1992, menos de la mitad de los republicanos, el 44%, estaban satisfechos con el presidente George H.W. Bush, dijo Goidel. En aquel momento, Bush se enfrentaba a una recesión económica y a un electorado dispuesto a romper con el statu quo luego de más de una década de liderazgo del Partido Republicano.

Ross Perot, un candidato independiente, acabó eclipsando no solo a Bush, sino también a su contrincante Bill Clinton, en las encuestas hechas varios meses antes de las elecciones, dijo Lichtman.

“¿Importó? Bueno, vimos [... que] Perot recibió una parte sustancial de los votos en ambas elecciones”, dijo Goidel.

Algunos argumentaron que Perot, quien recibió el 19% de los votos, pudo haberle costado las elecciones a Bush, aunque es difícil analizar los numerosos factores en juego, según una investigación de American Enterprise Institute (AEI), un grupo de expertos de centroderecha.

Con niveles similares de desafección de los votantes de cara a las elecciones de 2024, es posible que los candidatos de terceros partidos —de los que ya se han presentado unos cuantos— también desempeñen un papel destacado, dijo Goidel.

Robert Kennedy Jr., abogado ecologista, quien ha llegado a obtener un 20% en las encuestas en enfrentamientos a contiendas de tres candidatos con Biden y Trump, primero declaró su intención de presentarse a la nominación demócrata y ahora lo piensa hacer de forma independiente; también lo hicieron la escritora Marriane Williamson y el diputado Dean Philips. El activista Cornel West también se presentará como independiente y Jill Stein, médico y activista, lo hará por el Partido Verde.

Otros, como el senador demócrata de Virginia Occidental Joe Manchin y el ex gobernador de Maryland Larry Hogan, están considerando presentarse como candidatos centristas, de acuerdo con Axios.

Los votantes pueden ‘volver a casa’ con los candidatos

Sin embargo, los candidatos de terceros partidos se enfrentarán a una ardua batalla, ya que la opinión de los votantes cambiará a medida que se acerquen las elecciones. A pesar de mostrar su descontento ahora, es probable que muchos votantes se tapen la nariz y voten por uno de los candidatos de los principales partidos, dijeron los expertos.

“Las encuestas son una fotografía instantánea en el tiempo, así que la cuestión es si esas mismas debilidades entre partes de la base de Biden seguirán existiendo cuando lleguemos a noviembre”, le dijo Matthew McDermott, estratega demócrata, a McClatchy News.

“Ahora mismo, está bastante claro en las encuestas que los encuestados todavía no se están enfrentando plenamente a la realidad que presentan estas elecciones”, que es “una repetición de exactamente las mismas elecciones presidenciales, algo que no ha ocurrido desde los años 50” entre Dwight Eisenhower y Adlai Stevenson, dijo McDermott.

En última instancia, las opiniones actuales no predicen necesariamente la mentalidad de los votantes el día de las elecciones, le dijo Stephen Ansolabehere, profesor de Gobierno en la Universidad de Harvard, a McClatchy News.

“En noviembre de 2003, habríamos tenido al presidente Kerry”, dijo Ansolabehere. “En noviembre de 2007, Hillary Clinton habría sido la candidata y en noviembre de 2011 podríamos haber elegido al presidente Romney. Se debería de dudar cualquier encuesta con un pronóstico”.