En vísperas de la reunión con Xi, Macron advierte de los riesgos de cortar lazos con China

Oficiales chinos se preparan antes de la llegada del presidente Emmanuel Macron al Aeropuerto Internacional de Pekín Capital

Por Michel Rose y Laurie Chen

PEKÍN, 5 abr (Reuters) -El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó a su llegada para una visita de Estado el miércoles que Europa debe resistirse a la erosión de los lazos comerciales y diplomáticos con China, y trató de refutar cualquier sensación de que existe una "espiral ineludible" de tensión entre Pekín y Occidente.

Poco después de aterrizar junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que lo acompaña en este viaje de tres días, Macron dijo que mantener el diálogo con China era esencial dadas sus estrechas relaciones con Rusia, que está librando una guerra en Ucrania.

Macron, en su primer viaje a China desde 2019, habló con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, antes de la visita para tratar de comprometer al presidente chino, Xi Jinping, a acelerar el fin de la guerra en Ucrania iniciada por Rusia, aliado cercano de Pekín.

"Escuchamos voces cada vez más altas que expresan una gran preocupación por el futuro de las relaciones entre Occidente y China y que, de alguna forma, llevan a la conclusión de que existe una espiral ineludible de tensiones crecientes", dijo Macron a los periodistas en la embajada francesa en Pekín.

También dio la impresión de que la desvinculación de la economía china ya está en marcha y que la única cuestión que queda por resolver es el ritmo y la intensidad, según añadió.

"No creo, en todo caso no quiero creer, en este escenario".

El viaje supondrá la primera visita de Von der Leyen a China desde que asumió la presidencia de la Comisión Europea hace más de tres años, y se produce después de que dijera que la UE debe disminuir los riesgos inherentes a sus lazos con Pekín, lo que incluye limitar el acceso chino a tecnología sensible y reducir la dependencia para insumos esenciales.

Las relaciones de Europa con China se han agriado en los últimos años, primero por el estancamiento de un pacto de inversión en 2021 y después por la negativa de Pekín a condenar a Rusia por la guerra en Ucrania.

Para Macron, que se enfrenta a vergonzosas protestas por las pensiones en su país, el viaje también ofrece la oportunidad de conseguir algunas victorias económicas, ya que viaja con una delegación empresarial de 50 personas, entre ellas Airbus, que está negociando un gran pedido de aviones, Alstom y el gigante nuclear EDF.

Sin embargo, según algunos analistas, la ostentosa firma de acuerdos parecería oportunista en un momento de creciente desconfianza hacia China por parte de Estados Unidos y sus aliados occidentales en cuestiones que van desde Taiwán a su uso de tecnologías sensibles.

"No es el momento de anunciar acuerdos comerciales o grandes inversiones", afirma Noah Barkin, analista de Rhodium Group. "Sería esencialmente un voto de confianza en la economía china y enviaría el mensaje de que Francia no está de acuerdo con el enfoque de Estados Unidos".

Macron invitó a Von der Leyen a unirse al viaje como una forma de proyectar la unidad europea, después de que responsables franceses criticaran al canciller alemán Olaf Scholz por ir a China por su cuenta a finales del año pasado.

Antes del viaje, tanto Macron como Von der Leyen han dicho que quieren persuadir a China de que utilice su influencia sobre Rusia para lograr la paz en Ucrania, o al menos evitar que Pekín apoye directamente a su aliado.

China propuso este año un plan de paz de 12 puntos para la crisis ucraniana, que instaba a ambas partes a acordar una desescalada gradual que condujera a un alto el fuego general.

Sin embargo, el plan fue descartado en Occidente debido a la negativa de China a condenar a Rusia, y Estados Unidos y la OTAN dijeron entonces que China estaba considerando enviar armas a Rusia, afirmaciones que Pekín ha negado.

UCRANIA EN EL PUNTO DE MIRA

Las sospechas sobre los motivos de China se intensificaron después de que el presidente Xi Jinping volara a Moscú para reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin el mes pasado.

Macron ha dicho que también quiere recalcar a Xi, con quien se reunirá el jueves junto a Von der Leyen, que Europa no aceptará que China suministre armas a Rusia.

"Teniendo en cuenta la proximidad de China con Rusia, es obvio que es uno de los pocos países, si no el único, que podría tener un efecto de cambio de juego en el conflicto, de una manera u otra", dijo uno de los asesores de Macron antes del viaje.

En una reunión con Xi en Pekín la semana pasada, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que había animado al líder chino a hablar con los dirigentes ucranianos y conocer de primera mano su fórmula de paz.

Se prevé que Macron y Von der Leyen reiteren el mensaje de que Xi debería hablar con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

Tras negociar por sorpresa una distensión entre Irán y Arabia Saudita el mes pasado, China se ha mostrado ansiosa por presentarse como un pacificador y una alternativa a Estados Unidos, del que dice que aviva las llamas enviando armas a Ucrania.

Las conversaciones con los dirigentes europeos se producen en el contexto de protestas de Pekín contra las restricciones a la exportación de tecnología impuestas por Estados Unidos, que considera parte de un esfuerzo más amplio de Washington por contener su ascenso.

China ha advertido a Europa de que no se sume a estas medidas.

En respuesta a los comentarios de Von der Leyen la semana pasada sobre los riesgos del comercio con China, el periódico estatal nacionalista chino Global Times afirmó esta semana que Europa sufriría las consecuencias de cualquier intento de cortar los lazos económicos con Pekín.

"La UE se encuentra en una difícil lucha, ya que está sometida a una gran presión por parte de Estados Unidos para que ajuste sus relaciones económicas con China. La desvinculación entre China y la UE sólo servirá a los intereses estadounidenses, pero hará sufrir tanto a China como a Europa", afirmó.

(Reporte de Michel Rose y Laurie Chen en Pekín; redacción de John Geddie; edición de Andrew Cawthorne y Robert Birsel, editado en español por José Muñoz y Flora Gómez)