Volkswagen, el auto tramposo del año
(Foto:EFE)
Por Angélica Ferrer
Después de la Segunda Guerra Mundial y la caída del régimen de Adolf Hitler, Volkswagen se posicionó como la empresa con mayor producción de automóviles a nivel mundial.
Su prestigio internacional y populares modelos como el Tipo Uno,“Vocho” o ‘Escarabajo’, Bora y Golf, cautivaron al público hasta que en septiembre de este año, admitió haber colocado más de 11 millones de motores con un software que modificaba las emisiones contaminantes.
El “destape”
El 18 de septiembre, la Agencia de Protección del Medio Ambiente en Estados Unidos (EPA) descubrió que 482 mil vehículos fabricados por la compañía alemana tenían un programa que disminuía el número de emisiones contaminantes, entre ellos, dióxido de carbono, cuando los autos eran verificados; el dispositivo se apagaba automáticamente al terminar la prueba.
Según la EPA, los automóviles fueron vendidos entre 2009 y 2015. Los modelos que inicialmente estuvieron involucrados en el escándalo eran aquéllos de cuatro cilindros, como Jetta, Beetle y Golf, además de los Passat de 2014 y este año.
Cuatro días después, Volkswagen admitió haber instalado más de 11 millones de motores con ese software en todo el mundo. Ante el anuncio, Estados Unidos, Francia, Italia y Alemania iniciaron acciones legales contra la empresa. Los problemas para el “gigante de los autos” apenas comenzaban.
En México, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) informó que podría multar a la compañía por 3.7 millones de pesos por automóvil “modificado”; esta medida será confirmada cuando la Procuraduría Federal de Medio Ambiente concluya con su investigación.
El 28 de septiembre, la compañía Audi afirmó que 2.1 millones de sus automóviles tenían el mismo programa fraudulento y fueron distribuidos en Alemania y parte de Estados Unidos.
En octubre, la EPA volvió a acusar a VW de colocar el software en vehículos de tres litros V6 de cilindrada, pero la compañía desmintió esta versión.
Para ese entonces, más de 30 directivos fueron señalados como responsables del fraude, el director de VW en América del Norte, Winfried Vahland, presentó su renuncia y se designó a Matthias Müller como el nuevo presidente a nivel mundial de la compañía auomotriz.
El 10 de octubre, Müller anunció el recorte de más del 10 por ciento del personal a nivel mundial para poder manejar “las consecuencias de la crisis”.
La caída en el mercado
Meses antes de las primeras acusaciones Volkswagen ya registraba una caída importante a nivel mundial. Entre julio y septiembre, perdió mil 673 millones de euros; parte de esta cantidad fue utilizada por la empresa para solventar los gastos jurídicos después de conocerse el fraude.
La firma Standard & Poor’s redujo la calificación crediticia a corto y largo plazo de VW de A a –A. Además, dijo que mantendría bajo vigilancia a la compañía ya que la instalación de un software que manipula las emisiones de contaminantes “es un riesgo significativo para su reputación y finanzas”.
“Como parte del proceso de vigilancia, continuaremos considerando, entre otras cosas, el impacto potencial de las acciones de VW sobre sus perspectivas de negocios y su posición competitiva”, reiteró la firma en un comunicado.
Además de las demandas presentadas por estados en la Unión Americana como Texas, la empresa liderada por Müller recibió un ultimátum de la Unión Europea el 10 de noviembre: en menos de dos semanas, debían aclarar la controversia suscitada por la instalación del programa fraudulento.
Si se comprueba que los vehículos exceden el número de emisión de contaminantes, VW será multada por cada gramo de dióxido de carbono extra y esta cantidad se multiplicará por las millones de unidades que fueron vendidas en el continente europeo.
Aunque Volkswagen no ha aclarado esta situación en Europa, Müller anunció que en 2016 iniciarán las reparaciones gratuitas de los automóviles, que serán gratuitas para los clientes que adquirieron los automotores, y espera que ese trabajo concluya ese mismo año.