Visita a Malta, la joya del Mediterráneo y el país más pequeño de Europa

En Malta hay tantas iglesias y campanarios que durante los seis días de mi visita a la isla escuché el repique de las campanas a todas horas. “Hay 365 iglesias y capillas”, dijo Mayca de Antonio, una guía de turismo maltesa que conocí en Mdina, capital de Malta, antes de La Valeta. “Desde que San Pablo visitó la isla en el año 60 d.C. y convirtió gran parte de la población al cristianismo”, agregó, “tenemos una fuerte tradición religiosa”.

Lo primero que llama la atención al salir del único aeropuerto de la isla, es la belleza, el impresionante tamaño y la complejidad de las fortificaciones en piedra caliza local. En Malta se conduce por la izquierda y se adelanta por la derecha. Es el país más pequeño de Europa y uno de los más turísticos y ricos en historia. Es una riqueza de arte barroco, fortificaciones, castillos, catacumbas, iglesias, museos y ensenadas en un precioso mar azul y esmeralda.

Los turistas van a Malta para disfrutar del sol, el mar, las discotecas, y últimamente se ha puesto de moda para los jóvenes que van a las escuelas a estudiar inglés.

Desembarcadero de barcos de turismo en La Valeta, Malta.
Desembarcadero de barcos de turismo en La Valeta, Malta.

Si bien Malta solo tiene 28 kilómetros de largo por 13 de ancho, y una población de 500,000 habitantes, posee tres sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: los templos megalíticos, el hipogeo de Hal Saflieni y la ciudad de La Valeta. Además cuenta con una gran cantidad de sitios culturales que la convierten en uno de los países con mayor concentración de patrimonio histórico del mundo. Su ubicación a 90 kilómetros al sur de Sicilia, en el corazón del Mediterráneo, atrajo el interés por conquistarla de fenicios, romanos, árabes, normandos, turcos, aragoneses y otras potencias.

Complejo de fortificaciones de la La Valeta.
Complejo de fortificaciones de la La Valeta.

Aquí estuvo Napoleón y finalmente los ingleses. El 21 de septiembre de 1964 logró su independencia del Reino Unido y se convirtió en una república. El inglés se mantuvo como uno de los dos idiomas oficiales junto con el maltés, una mezcla del árabe, italiano, griego, inglés y español. La gastronomía de Malta refleja su historia con influencias magrebí, italiana, provenzal y española. Nos dijeron que “el conejo guisado es el plato local desde hace 3,000 años”, y mi esposa y yo lo saboreamos junto al rico “pastiche con ricota”.

Calle de Malta.
Calle de Malta.

La visita a la ConCatedral de San Juan en La Valeta, es uno de los recorridos más alucinantes. Quedé abrumado por la combinación de la arquitectura barroca, los elementos decorativos y los tesoros artísticos, que guarda. Es el esplendor del arte barroco. Edificada en 1573, fue la iglesia conventual y sede durante 200 años de la Orden de los Caballeros Hospitalarios y dedicada a su patrono San Juan Bautista. Justamente esa es una de las joyas más interesantes.

Interior de la ConCatedral de San Juan en La Valeta.
Interior de la ConCatedral de San Juan en La Valeta.

Alberga la pintura de “La decapitación de San Juan Bautista” del artista italiano Caravaggio, que vivió aquí y fue Caballero de la Orden de Malta. En este templo están enterrados 400 caballeros de la Orden de Malta quienes eran unos guerreros de élite. También guarda la cripta del fundador de la ciudad Jean La Valeta. La catedral además de ser centro religioso fue el lugar donde se realizaban los actos de estado más importantes de la Orden. Por momentos no sabía si detenerme para ver en el suelo de mármol, las 369 lápidas de familias aristocráticas europeas, o admirar la mezcla de lapislázuli, mármol y plata del altar mayor. “Esta visita pagó el viaje”, pensé, a la salida del museo de la ConCatedral.

La Valeta con la Basílica del Monte Carmelo y otros edificios.
La Valeta con la Basílica del Monte Carmelo y otros edificios.

Los vaivenes de la historia hicieron de este rincón perteneciente a la Corona española, un enclave estratégico apetecido. Ante la amenaza de los otomanos, el Rey Carlos V cedió en 1530, el archipiélago de Malta, Gozo y Comino, a la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén con el propósito de detener los avances de los otomanos hacia Europa. Para construir los fuertes defensivos y los bastiones, el Papa y los Caballeros contrataron a los mejores ingenieros y arquitectos. El pintor calabrés Mattia Preti formó un exitoso taller con artistas y produjo más de 400 cuadros, muchos de ellos decoran el interior de la catedral.

LA VALETA Y MDINA

La Valeta, la capital de Malta, debe su nombre al fundador de la ciudad, Jean de La Valeta, un noble francés que combatió a los turcos al servicio del cristianismo. Está enterrado en una cripta en la Co Catedral de San Juan. La Valeta amerita mucho tiempo para poder visitar sus impresionantes fortificaciones y museos así como la red de túneles subterráneos que ayudaron a su población a resistir el Gran Asedio de Malta por los otomanos en 1565.

Tienda en Rabat, zona suburbial de Mdina.
Tienda en Rabat, zona suburbial de Mdina.

El segundo día estuvimos en Mdina, un pueblo medieval amurallado con callejones y rincones de encanto, cuyo origen pasa por los fenicios y la época de los romanos. Aseguran que aquí vivió San Pablo; hoy residen 300 habitantes. “Algunos son descendientes de nobles, quienes se ven obligados a soportar el calor del verano, pues no permiten instalar aire acondicionado para no alterar las líneas estéticas del pueblo”, comenta Mayca, la guía de turismo.

Marsaxlokk, pueblo de pescadores.
Marsaxlokk, pueblo de pescadores.

El viaje en ferry desde Malta a las islas de Comino y Gozo es de 25 minutos. Victoria Rabat es la capital comercial y cultural de Gozo. Es otra cautivadora ciudad fortificada de 30,000 habitantes.

El bus Hop on Hop off, del sistema turístico que utilizamos en Malta, nos llevó por todas las poblaciones de la isla. Nos detuvimos para comer en Marsaxlokk, un pintoresco pueblo de pescadores en una bahía llena de barcas de colores.

Catedral de San Pablo, en Mdina.
Catedral de San Pablo, en Mdina.

Otro día fuimos a un pueblito con una atractiva cala, llamado Xleni. “Soy de Montenegro”, comentó la camarera que nos atendió. Antes habíamos hablado con húngaras, irlandesas, italianas, australianos, polacas, venezolanos y colombianos. “Preferimos a Malta porque es más barato estudiar inglés aquí que estudiarlo en Estados Unidos o Inglaterra”, explicó Leo, un bogotano en su puesto de trabajo de medio tiempo en Starbucks.

Orlando García, un venezolano que trabaja en turismo, expresó “atravesé la isla con mi hijo y nos tomó seis horas caminando”.

Capilla de San Dimitri, Gozo.
Capilla de San Dimitri, Gozo.

Malta es un destino aconsejable para los amantes de la historia, el arte, el submarinismo, la tranquilidad, la navegación, ver pasar el tiempo, o apreciar el cruce de las culturas. Los malteses viven muy orgullosos de su isla. Mi viaje fue por la aerolínea Air Europa, que tiene vuelos diarios saliendo de Miami y Nueva York a Madrid con conexiones a 40 ciudades. Business Class Air Europa, una forma exclusiva de volar con máxima privacidad y comodidad. www.aireuropa.com

Enrique Córdoba es cronista de viajes de Miami. enriquecordobar@gmail.com

Edificaciones con el estilo maltés.
Edificaciones con el estilo maltés.
Complejo de fortificaciones de la La Valeta.
Complejo de fortificaciones de la La Valeta.