Vine a Miami a aprender de la escuela cubana de boxeo. Respeto a los que se tiran buscando un sueño

Ray Beltrán vino a Miami a buscar algo diferente. A los 40 años de edad y con más una década como boxeador profesional, resulta extraño escuchar eso, pero guerrero mexicano quiere sumar algo de la llamada escuela cubana y está considerando seriamente un cambio de ambiente.

Recientemente, el ex campeón del mundo sostuvo varios entrenamientos con el profesor Franco González y no debería sorprender si en lo adelante encuentra terreno común para trabajar juntos en esta nueva etapa de un peleador que siempre da espectáculo.

No cabe duda de que está en el epílogo de su carrera, pero como hombre que ha sobrevivido a grandes retos dentro y fuera del ring, Beltrán espera irse del deporte tirando golpes hasta el final. Dice que Miami le ha encantado por lo verde y los espacios abiertos. Será bueno tenerlo aquí.

¿Qué viniste a buscar en Miami?

“Vinimos a visitar a nuestro amigo Franco González y aprendiendo de la escuela cubana, algo que es nuevo para mí, porque no lo es para el boxeo. Me da tristeza, porque veo el talento de los boxeadores cubanos y lo veo en parte neutralizado por el gobierno. Es una injusticia fea limitar al ser humano. Respeto a los cubanos que se la rifan y cruzan el mar para venir a buscar un sueño, que queremos todos los inmigrantes’’.

Franco, ¿en qué te puede ayudar?

“”El me ha acogido en Miami como familia y estoy muy agradecido. Tiene mucho que ofrecerme técnicamente. Está muy correteado en el mundo del boxeo, sabe mucho de esto, conoce a muchas personas y creo que le puede dar mucho a mi carrera’’.

A tu edad, ¿qué te mantiene en el ring?

“Desde que nací, estaba en contra de todo. La vida se encargaba de negarme lo que yo quería. Dicen que si la vida te da limones, haz limonada. Ni madre, la vida es un buffet de muchas cosas. No soy conformista, no quiero limones, Yo agarro lo que yo quiero. Para eso hay que trabajar un extra. Cuando las cosas se ponen mal, me gusta ir en contra’’.

Por ejemplo...

“Yo estaba haciendo sparrings contra todo el mundo, Manny Pacquiao, Amir Khan, pero no me daban oportunidades. Un matchmaker dijo, Ray Beltrán es un journeyman [que no va a ninguna parte] y eso me dio coraje. Yo solo quería que me dejaran pelear. Se caían las peleas, me cancelaban, pero soy una persona persistente.El mundo es cabrón, se hacen las cosas para quebrarte, pero yo no me quiebro’’.

¿Sientes que puedes seguir relevante?

“Trato de no escuchar los comentarios negativos. El boxeo es de peleadores jóvenes, porque ahí está el negocio, la televisión. Dejar que la negatividad te entre es malo. Me enfoco en lo mío y en lo que me pongan enfrente. Nada más que eso’’.

Al menos te hiciste campeón mundial.

“Cuando pelee contra contra Ricky Burns y me robaron por el título y luego fui contra Crawford y me ganó bien, Cuando le gané la faja a Moses, ya me sentía campeón. Yo era campeón desde que subí al ring contra Burns. Yo ya sabía lo que era y lo demostré. Yo fui campeón esa noche, aunque no me dieron la faja’’.

Todo ese mundo en contra, ¿te hizo más fuerte?

“Los golpes de la vida son para dos cosas: para hacerte más fuerte o tumbarte. Soy rebelde, me gustan los retos, lo que van en contra. No me puedo quebrar. Creo en mí y lo que puedo hacer. No estoy satisfecho, soy ambiciosa. Aprecio lo que tengo, pero busco siempre una nueva meta. Mi sueño es ir contra todos los pronósticos y mostrarle al mundo que sí puedo triunfar’’.

¿Cómo te ves ahora en las 140 libras?

“Creo en mis posibilidades. Top Rank no me pone a ninguno en 140 porque tiene miedo que los clave. Respeto a Taylor, a Ramírez, Cepeda. Pero están vendiendo mentiras a la gente. No me ponen a ninguno de los nuevos, porque saben que no me llegan. Peleo en febrero en Los Angeles y ojalá pueda llegar a los grandes’’.

¿Te adaptas bien a Miami?

“Sí, me gustan los cambios, pero también me gusta mucho lo verde. Lo verde es vida. Me gusta la playa, el ambiente, la gente. Es una cultura diferente. No he visto un pinche mexicano todavía. Al final todos somos iguales’’.