España llora a Gabriel García Márquez

España siempre ocupó un hueco en el corazón de Gabriel García Márquez. El escritor llegó a Barcelona en 1967, en un Seat alquilado, junto a su mujer, Mercedes, y sus hijos, Gonzalo y Rodrigo. Se quedó siete años, como decía, en una ciudad que respiraba ya libertad. En ella escribió "El otoño del patriarca" y hasta el barrio de Gracia se coló en uno de sus "Doce cuentos peregrinos": el de "María dos Prazeres". Hoy, el mundo la cultura le recuerda: el escritor Juan Cruz, el periodista Iñaki Gabilondo, el crítico Winston Manrique o sus vecinos de la calle Caponata del barrio de Sarriá, en la parte alta de Barcelona. Todos han rememorado su legado y anécdotas personales. De reprocharle algo, han sido unánimes: se han quedado con ganas de que hubiera escrito mucho más.