La nueva vida de Melinda French Gates: la política del aborto y Kamala Harris
Tras divorciarse de Bill Gates, Melinda French Gates pasó a disponer de miles de millones de dólares con los que podía hacer lo que quisiera. Solía insistir en parecer apartidista, pero ya no.
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Cuando Melinda French Gates dirigía la fundación filantropica más grande del planeta con su marido, Bill Gates, insistía en mantenerse al margen de la política. Era la mitad de una de las parejas más célebres de Estados Unidos y no quería generar reacciones negativas de gobiernos de todo el mundo, por no hablar de enfrentarse a Washington por respaldar a alguien que podía perder.
Pero, en 2021, esa vida bien organizada estalló.
Su divorcio fue una bomba, y sus consecuencias siguen resonando tres años después. De repente recibió miles de millones de dólares, con los que podía hacer lo que quisiera. Este año, decidió renunciar a su fundación homónima, lo que significaba que podía establecer su propia agenda. Y, tras décadas de una neutralidad cuidadosamente diseñada, hizo lo que había querido hacer desde que la Corte Suprema anuló el caso Roe contra Wade: se metió de lleno en la política.
A sus 60 años, French Gates se ha reinventado, sorprendentemente, como una megadonante demócrata en ascenso. Ha respaldado a candidatos políticos, ha donado más de 13 millones de dólares a grupos que apoyan la campaña presidencial de la vicepresidenta Kamala Harris, ha hecho que su equipo hable con los asesores de Harris sobre un acto conjunto y ha defendido públicamente el derecho al aborto, un tema al que le restó importancia durante décadas porque era demasiado delicada políticamente.
Según personas cercanas a ella, su transformación se debe más a las circunstancias que están cambiando en su hogar y en el mundo que a un momento de inspiración repentina. Su separación de Gates y de la fundación le dio independencia, y la revocación de Roe la impulsó a actuar.
“Ahora puedo tomar por mí misma la decisión de respaldar o no el aborto”, dijo en una breve entrevista el mes pasado. Aunque le restó importancia al divorcio, admitió que antes “había más consideraciones porque yo era la directora de una fundación”.
French Gates no siempre ha sido la férrea defensora de los valores liberales que parece ser hoy en día. Su reciente entusiasmo por las contribuciones políticas de siete cifras no forma parte de su temperamento natural. Insistió en la necesidad de parecer bipartidistas cuando era una de las líderes de la Fundación Bill y Melinda Gates, una organización reacia a los riesgos. Hoy, algunos demócratas se quejan en privado de que no adoptara su nuevo punto de vista antes, durante el ascenso del expresidente Donald Trump y el retroceso del derecho al aborto.
Por ejemplo, aunque French Gates tenía una estrecha relación con Hillary Clinton, no la respaldó para la presidencia en su contienda contra Trump.
“Bill y yo siempre mantenemos en privado por quién votamos en las elecciones”, dijo cuando se le preguntó antes de las elecciones de 2016 si quería ver ganar a Clinton.
En el pasado, French Gates incluso hizo donaciones modestas a algunas dirigentes políticas que se oponían a ampliar el acceso al aborto, como las legisladoras republicanas Elise Stefanik, representante por Nueva York, y Shelley Moore Capito, senadora por Virginia Occidental.
Pero en los últimos años, ha aumentado enormemente sus donaciones a grupos liberales de fondos de financiación anónimos que apoyan en gran medida a los demócratas, según dos personas que conocen los detalles de estas donaciones. Y en este ciclo electoral, dicen estas personas, se ha sentido cada vez más cómoda haciéndolo de manera abierta y ha entregado megadonaciones a súper comités de acción política demócratas, las cuales se hacen públicas.
Al preguntarle si se había arrepentido de no haber ayudado más a los demócratas a resistir contra Trump en ciclos electorales previos, French Gates dijo que no y que “de lo único que se arrepentía” era de no haber financiado a más candidatos que abogaban por un permiso familiar remunerado garantizado antes de que el presidente Joe Biden presionara sin éxito para incluirlo en un proyecto de ley de 2021.
Ese esfuerzo fue un punto de inflexión para French Gates, dijo Sondra Goldschein, directora ejecutiva de Campaign for a Family Friendly Economy, cuyo súper comité de acción política recibió 3 millones de dólares de ella este ciclo. French Gates y su equipo “vieron que teníamos un problema político y que los problemas políticos requieren soluciones políticas”, dijo Goldschein.
La decisión de la Corte Suprema en el caso Dobbs contra Jackson Women’s Health Organization, que anuló el derecho constitucional al aborto, se produjo un año después.
French Gates ha comenzado a ampliar su presencia política. Este año, por ejemplo, contrató a una antigua ayudante política de Biden, Natalie Montelongo, para que le ayudara con las donaciones políticas. Y lo que es más importante, se ha visto influida por dos de sus hijos, quienes le han pedido que profundice aún más en su apoyo a los demócratas en estas elecciones, incluso en una conversación reciente, según una persona con conocimiento de la conversación.
Su hijo, Rory, es un ambicioso donante demócrata que ha consultado a expertos en tecnología política y asistió a una reunión de la Democracy Alliance, una red de megadonantes progresistas que coordinan sus donaciones. French Gates recordó que él, desde el bachillerato, “me ayudó a abrir los ojos y me enseñó mucho”.
Su hija menor, Phoebe, se graduó recientemente en Stanford y tiene muchos seguidores en redes sociales enfocados en el derecho al aborto. Ella hace sus propias contribuciones políticas de seis cifras, con la ayuda de asesores políticos personales.
Cuando French Gates comenzó a moverse, se corrió la voz. En los últimos dos años, los recaudadores de fondos demócratas han buscado relacionarse con su equipo en lo que algunos de ellos han descrito como un “frenesí”. Pocos megadonantes liberales nuevos habían surgido desde los primeros días de la era Trump, por lo que los recaudadores demócratas comenzaron a ver a como una de las pocas fuentes nuevas de capital.
Tras el ascenso de Harris a la nominación demócrata, French Gates se implicó aún más. Donó cerca del máximo legal, 929.600 dólares, a la campaña de Harris en julio, según dos personas que saben de sus actividades. French Gates también ha mantenido conversaciones con la oficina de campaña de Harris sobre la realización de un evento junto a ella sobre la economía del cuidado —políticas destinadas a ayudar a padres y otros cuidadores—, de acuerdo con dos personas con conocimiento de las conversaciones.
French Gates y Pivotal Ventures, su oficina familiar de facto con la misión de ampliar el poder y la influencia de las mujeres, han declarado más de 10 millones de dólares en contribuciones a grupos y candidatos federales en este ciclo. La mayor parte del dinero se ha destinado a grupos centrados en cuestiones de la mujer, como el comité de acción política de Campaign for a Family Friendly Economy de Goldschein y Women Vote!, un súper comité de acción política afiliado a EMILYs List, que respalda a las candidatas demócratas que apoyan el derecho al aborto. Hace dos años, French Gates nunca había hecho una donación federal declarada de más de 35.800 dólares. Luego hizo 14 en los siguientes dos años.
Pivotal Ventures también ha hecho importantes contribuciones no declaradas a algunas organizaciones políticas sin fines de lucro. Su empresa dio un millón de dólares a cada una de las organizaciones sin fines de lucro CFFE, Care in Action y Galvanize Action, una organización sin fines de lucro pro-Harris centrada en las mujeres votantes, según una persona con conocimiento de las donaciones, además de una cantidad desconocida a una organización sin fines de lucro afiliada a Future Forward, el principal súper comité de acción política pro-Harris.
Al preguntarle cuánto dinero gastaría en las elecciones de 2024, French Gates dijo que “no iba a decir una cifra”.
Ella también ha experimentado una reinvención tardía en el tema del aborto.
En 2012, pronunció un discurso de gran resonancia sobre temas relacionados con la mujer en una conferencia TED. Ahí abogó por ampliar el acceso a la anticoncepción en todo el mundo, pero intencionadamente minimizó el tema del aborto. “Si queremos avanzar en esta cuestión, debemos tener muy claro cuál es nuestra agenda”, dijo. “No vamos a hablar del aborto”.
Exfuncionarios de la Fundación Gates dijeron que el discurso causó cierta angustia entre su personal. Algunos de sus integrantes se preguntaban si French Gates, que es católica practicante y se crió en el sur, se oponía en privado al derecho al aborto. En una entrada de blog de 2014, que desde entonces se ha eliminado del sitio web de la Fundación Gates, dijo que ella misma “tuvo problemas” con el tema y había “decidido no entrar en él públicamente.“
Algunas líderes feministas han tenido problemas para cuadrar la reputación que estaba cultivando —como defensora de las mujeres y de su salud— con su falta de voluntad para confrontar directamente el asunto.
“Era un ejemplo emblemático del estigma del aborto y de cómo se manifestaba en personas que se identificaban como feministas”, dijo Erin Matson, que dirige una organización de acceso al aborto llamada Reproaction. “Fue realmente una bofetada en la cara verla atacar al aborto en aquel momento”.
Incluso hoy evita fastidiosamente usar la palabra “aborto”.
French Gates mostró poco arrepentimiento de no haber presionado más en favor del derecho al aborto, teniendo en cuenta lo que ocurriría con Roe.
“Creo que la decisión que tomamos en la fundación fue absolutamente la correcta, y la forma en que utilicé mi voz en ese asunto”, dijo. “Creo que una mujer debe tener la decisión de tener o no un hijo, pero cuando hay una brecha de cientos de millones de dólares en anticonceptivos en todo el mundo, una mujer joven ni siquiera tiene la posibilidad de elegir”.
Incluso desde la anulación de Roe, French Gates no ha invertido dinero en iniciativas para ayudar a las mujeres a abortar, sino que ha financiado servicios como litigios para ampliar el acceso en general, lo que ha frustrado a líderes del derecho al aborto.
“Le preocupan los derechos, no el acceso”, dijo Tracy Weitz, quien solía supervisar la filantropía centrada en el aborto en la Fundación Susan Thompson Buffett. “Le molesta que sus nietos tengan menos derechos constitucionales que ella. Eso está muy lejos de querer ayudar a alguien a abortar”.
Daniella Ballou-Aares, directora de Leadership Now Project, un grupo empresarial a favor de la democracia que recibió dinero de Pivotal Ventures, dijo que French Gates se había sincerado sobre lo que ella llamaba una “evolución”. A principios de este año, French Gates organizó una reunión con una decena de empresarias que le insistieron en la necesidad de utilizar las donaciones políticas para complementar su filantropía no partidista.
“Es un cambio”, dijo Ballou-Aares, “y creo que necesario”.
Theodore Schleifer
escribe sobre financiación de campañas y la influencia de los multimillonarios en la política estadounidense. Más de Theodore Schleifer
c. 2024 The New York Times Company