La vida, instrucciones de uso

El término “autoficción” fue creado por el escritor francés Serge Doubrovsky para definir su novela Fils (1977). En esa obra, que describía los acontecimientos de su familia, desde la contraportada el autor alertaba al lector con lo que se iba a encontrar entre las páginas: “Ficción de acontecimientos y de hechos estrictamente reales. Si se quiere, autoficción, por haber confiado el lenguaje de una aventura a la aventura del lenguaje”. En esa novela Doubrovsky presentaba a un personaje que llevaba su mismo nombre, lucía como él y los rasgos biográficos coincidían con los del propio autor.

Este es el caso del libro de cuentos y relatos Fugaz (Ediciones Aguamiel) de la escritora argentina-venezolana Claudia Prengler Starosta, donde los datos autobiográficos encajan en la obra que ha escrito y, así, logran el efecto de la autoficción estableciendo un juego con el lector.

En las historias de Fugaz se alinean la experiencia y la literatura, y sus fronteras son porosas: por la fisura de esta obra confluye una voz serena y melancólica donde, ante todo, nos permite ser testigo privilegiado de una vida y con ello del éxito, la intimidad, las pérdidas y la voluntad de ser feliz. Para confirmarlo, están los cuentos “Minnesota”, “La decisión”, “La noche infinita”, “El venado” y “Al pasado por una hora”.

portada
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Claudia Prengler Starosta nació en Buenos Aires. En la adolescencia emigró a Caracas con sus padres y hermanos. Años más tarde lo hizo hacia los Estados Unidos. Desde el 2009 reside en Miami. Es autora del libro de no ficción Dos ramas, dos destinos (O.T. Editores). También ha participado en distintas recopilaciones, entre las que se destacan Vacaciones sin hotel. Antología de autores del Sur de la Florida y Relaciones imperfectas. Antología de escritores hispanos en los Estados Unidos (ambas de Ediciones Aguamiel).

¿Cuál fue el origen de ‘Fugaz’?

Fugaz surge como la recopilación de algunos de mis cuentos y relatos breves que fui acumulando durante años gracias a los disparadores para escribir que logran que busquemos en nuestra memoria historias que nos sucedieron y dejaron una huella. Estos llamados disparadores, que surgieron en talleres de escritura creativa, los orienté a las etapas de mi niñez, juventud y adultez, en diferentes lugares geográficos que me tocó vivir, y me puse a pensar en lo fugaz de esos momentos que conforman nuestro paso por la vida. Entonces se me ocurrió la idea de plasmarlos en un libro para que los recuerdos quedaran vivos.

Lo autobiográfico tiene un peso importante en el libro. ¿En algún momento tuvo algún prurito por contar algunos incidentes de su vida?

Sí lo creo, y pienso que eso nos pasa a todos, sobre todo cuando alcanzamos cierta edad. Todos hemos tenido muchas experiencias y anécdotas a lo largo de nuestra vida que nos gusta compartir con familia y amigos y a algunos se nos ocurre también escribirlas. Solo necesitamos escudriñar en nuestra memoria y aparecen allí momentos que hasta somos capaces de revivirlos en segundos como si fuera una película instantánea.

¿La escritura es catártica para usted?

Sí. Es una buena forma de expresar y gestionar las emociones. Pienso que en el momento que escribimos lo que estamos sintiendo, y especialmente si es algo doloroso, nuestra mente y cuerpo se liberan en buena parte de ese peso.

¿Cómo descubrió su vocación literaria?

Desde chica me interesaban los libros. Recuerdo mi favorito en esos tiempos Corazón de Edmundo D’amicis que me releía una y otra vez.

¿Qué lecturas enriqueces su literatura?

En realidad es muy variada en cuanto a tema y escritores. Me gusta leer temas de carácter histórico, autobiográfico y testimonial como, por ejemplo, El hombre en busca de sentido por Viktor Frankl, otro es Léxico Familiar de Natalia Ginzburg. Me cautivó también, París es una Fiesta de Ernest Hemingway, y últimamente, una novela que me pareció muy interesante que se titula Territorio de luz de la escritora japonesa Yuko Tsushima. Me atrae biografías de personajes famosos así como leer poesía. Otro tema que me atrae es el psicológico, como Miedos y yo de la escritora Ofelia Czernik y leer libros directamente del inglés, puedo citar Psychological Perspectives of Eveyday Life por Daniel Benveniste, y Hungarian Patchwork, Journey of Seven Jews fron Fascism to Communism to Freedom, por Peter Tarjan.

Ha vivido en tres países. ¿Qué aprendió de Argentina, de Venezuela y ahora de los Estados Unidos?

Aprendemos mucho de cada país por donde pasamos a lo largo de nuestra vida. Lo más importante es que en cada he tenido experiencias buenas la mayoría, y algunas no tanto, pero de todas me ha quedado un buen sabor y amor hacia cada uno de ellos. De la Argentina aprendí que el mate con facturas se puede tomar los domingos en la cama con los padres y hermanos, como fue crecer en una familia adornada de primos, abuelos y bisabuelos y que el dulce de leche argentino es el mejor del mundo y a caminar sola en mis pensamientos por las callecitas de Buenos Aires. De Venezuela, a donde llegué en plena adolescencia, aprendí el valor de la naturaleza con su verdor por doquier y las playas más hermosas, conocí el amor y el ritmo alegre de la música, y de Estados Unidos en donde estoy viviendo desde el 2009, aprendí a ser puntual, a defenderme bien con el inglés, a que cada cosa que quieras lograr lleva un tiempo y te desarrolla la paciencia. Y algo muy lindo e importante: que, si tienes un deseo, un talento, una afición, pues haz que suceda, sin importar tu edad. Creo en la adaptación, hacer el esfuerzo de que sea lo más rápida posible Perder el miedo al cambio y reinventarse si lo deseamos porque la vida es fugaz.

¿Qué viene después de ‘Fugaz’?

Además de la traducción de Fugaz al inglés, estoy en un proyecto de escribir una novela histórica basada en hechos reales. Tengo la experiencia de mi primer libro, basado en el Holocausto: Dos ramas, dos destinos que obtuvo, Award Winning Autor, ILBA 2022 en la categoría de “Historia Familiar”, esto me anima a sumergirme nuevamente en novela histórica sobre historias que suceden durante la segunda Guerra Mundial, personajes con anhelos, familias que atravesaron una de las más trágicas épocas de la historia contemporánea.

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