Mientras Venezuela amenaza con invadir Guyana, a EEUU le preocupa hasta dónde llegará Maduro

Las amenazas de Venezuela de anexarse la mayor parte de Guyana pueden ser un esfuerzo de su líder por consolidar el poder en casa de cara a unas posibles elecciones presidenciales el próximo año, en lugar de una intención real de invadir a su vecino, dicen funcionarios estadounidenses. Pero a Washington le preocupa cada vez más hasta dónde puede estar dispuesto a llegar Nicolás Maduro.

Una evaluación interna del Departamento de Estado, así como el consenso de observadores internacionales y analistas independientes, es que Maduro está buscando apalancamiento contra Estados Unidos en la mesa de negociaciones amenazando con una invasión del oeste de Guyana, una región rica en petróleo y gas que ha sido objeto de disputa entre los dos países durante más de un siglo.

Maduro está sometido desde hace años a sanciones estadounidenses por socavar la democracia venezolana y actualmente recibe presiones de Washington para que celebre elecciones libres y justas.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, habla durante la ceremonia de notificación del referendo sobre el futuro de un territorio en disputa con Guyana, en Caracas, Venezuela, el lunes 4 de diciembre de 2023. (AP Photo/Ariana Cubillos)
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, habla durante la ceremonia de notificación del referendo sobre el futuro de un territorio en disputa con Guyana, en Caracas, Venezuela, el lunes 4 de diciembre de 2023. (AP Photo/Ariana Cubillos)

La administración del presidente Biden no ve señales inminentes de una invasión. Pero la posibilidad está elevando los niveles de ansiedad en la región. El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió el miércoles a Caracas que evite el uso de la fuerza y respete el reciente fallo de la Corte Internacional de Justicia. El tribunal de la ONU pidió la semana pasada a Venezuela que se abstenga de emprender cualquier acción que pudiera cambiar el control y la administración por parte de Guyana de la región del Esequibo, que sigue siendo parte de una disputa territorial.

“El secretario general apoya firmemente el uso de medios pacíficos para resolver las disputas internacionales”, dijo el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, y confirmó que el líder de la ONU había hablado con el presidente de Guyana, Irfaan Ali, la noche anterior sobre la más reciente escalada.

¿Una excusa para la ley marcial?

En Washington aumentó la preocupación de que una acción militar venezolana contra Guyana pudiera proporcionar a Maduro una excusa para imponer la ley marcial en su atribulada nación sudamericana de 28 millones de habitantes, estableciendo condiciones favorables para sí mismo en una elección presidencial amañada el próximo año, dijeron funcionarios y expertos.

En octubre, la administración de Biden anunció una relajación de las sanciones al sector petrolero de Venezuela como parte de un acuerdo electoral entre Maduro y la oposición. Washington dijo que levantaría las sanciones si antes del 30 de noviembre Maduro comenzaba la liberación de los rehenes estadounidenses “injustamente detenidos” por su gobierno, y si levantaba la prohibición que impide a los opositores que quieren postularse para las elecciones presidenciales ejercer el cargo. Hasta ahora, Maduro ha incumplido el plazo, y María Corina Machado, la ganadora de las primarias presidenciales de la oposición, sigue sin poder ejercer el cargo.

“Quiere consolidar el poder de una manera en la que pueda asegurar una ‘victoria sólida’ cuando se celebren las elecciones el próximo año”, dijo Ivelaw Lloyd Griffith, experto en seguridad en la región nacido en Guyana.

Griffith dijo que la reactivación por parte de Maduro de la reclamación venezolana del territorio de Esequibo, en Guyana, también tiene que ver con intentar apoderarse del petróleo descubierto allí en los últimos años.

El martes, Maduro anunció la creación de una zona militar que será creada en la región de Esequibo, que representa tres cuartas partes de la masa terrestre actual de Guyana. La zona fue objeto de una decisión de 1899 de árbitros internacionales que la colocó bajo el control de lo que entonces se llamaba Guayana Británica. La nueva zona militar de Venezuela es una de las siete medidas que Maduro afirma que ha sido autorizado a llevar a cabo tras el referendo del domingo en el que los electores apoyaron abrumadoramente su toma de posesión de la densa región selvática que es aproximadamente del tamaño de la Florida.

Además de las medidas, Maduro también ordenó a las empresas estatales que concedan licencias para la exploración y explotación de petróleo, gas y minas en el territorio.

La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo el miércoles que el presidente Joe Biden está al tanto y sigue de cerca los acontecimientos.

“Es preocupante. Estamos observando esto muy de cerca”, dijo John Kirby, coordinador de comunicaciones estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, a los periodistas en una conferencia de prensa el miércoles. “Hay que respetar la decisión [de 1899]. Obviamente no queremos que ocurra ningún tipo de violencia aquí, ni conflicto, y obviamente estamos en contacto con todos nuestros aliados”.

Griffith, el experto en seguridad, dijo que Maduro está “llevando al límite lo que yo llamo la guerra psicológica contra Guyana que está emprendiendo, la maniobra militar, la creación de una base, las siete medidas que anunció”.

‘Humillante para Brasil’

Las implicaciones, dijo, también pudieran afectar a Brasil, que comparte frontera con ambos países, y a otras naciones de Sudamérica, entre ellas Colombia, que tiene frontera con Venezuela. Varias de las naciones de la región llevan décadas reclamando sus propias fronteras.

“Si se abre la caja de Pandora, muchos países se quejarán de sus fronteras.

“En la medida en que los pequeños y poderosos amigos de Guyana, las personas que se preocupan por el respeto del derecho internacional, las personas que están interesadas en la paz y no en la inestabilidad, sean capaces de señalar directa e indirectamente a Maduro que tiene una cierta línea que no puede cruzar, eso influirá en lo lejos que él está dispuesto a llegar”, dijo Griffith.

Oliver Stuenkel, profesor adjunto de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas en Sao Paulo, cree que hay pocos actores políticos capaces de frenar a Venezuela, y dijo que la crisis se ha convertido “potencialmente en un dolor de cabeza para la administración de Biden” y para los líderes sudamericanos.

“Es bastante humillante para Brasil”, que quiere ser un líder regional a la hora de ayudar a resolver conflictos, añadió, porque en lugar de acudir a Brasil en busca de ayuda, el presidente de Guyana buscó a Estados Unidos.

“Guyana ya recurrió a Estados Unidos, en parte porque no cree que los gobiernos latinoamericanos sean capaces o estén dispuestos a condenar a Venezuela con más fuerza o, como último recurso, para defender realmente a Guyana”, dijo Stuenkel.

La crisis es un reflejo de las limitaciones de la influencia de Brasil en la región, añadió, porque “este es el tipo de cosas en las que un líder regional daría un paso al frente y se aseguraría de que esto no continúe”.

Stuenkel dijo que cree que el plan de Maduro no es realmente invadir “sino producir una sensación de crisis, movilizar a la población durante el mayor tiempo posible porque necesita desviar la atención de la crisis” económica en Venezuela.

“Ahora tiene un supuesto mandato”, dijo, señalando que Maduro incluso ha publicado un nuevo mapa de Venezuela que incluye un nuevo estado en el Esequibo. “Sigo creyendo que un conflicto real es poco probable, pero ya ha tenido muchos efectos”.

No sería la primera vez que un país latinoamericano amenaza o hace la guerra para distraer la atención de sus problemas internos. Existen varios paralelos en la historia latinoamericana, como el conflicto de 1982 que estalló después que Argentina tomó el control de las islas Malvinas y proclamó el fin de 149 años de soberanía británica.

Los analistas señalan que en la guerra no declarada, que duró 10 semanas, no le fue bien a Argentina, cuyo esfuerzo terminó en derrota ante las fuerzas británica.

Brian Fonseca, director del Jack D. Gordon Institute for Public Policy y profesor adjunto de Relaciones Internacionales en la Universidad Internacional de la Florida (FIU), cree que lo que está haciendo Maduro no es tan diferente.

Aunque se suponía que la disputa fronteriza entre Guyana y Venezuela sobre el Esequibo se había resuelto en 1899, los venezolanos se han mostrado partidarios de hacer valer sus reclamaciones sobre la región.

Fonseca y otras personas que siguen de cerca a los ejércitos de la región afirman que, aunque las fuerzas militares de Venezuela son significativamente mayores y están mejor equipadas que las de Guyana, que cuenta con unos 5,000 soldados, la capacidad de los más de 100,000 soldados venezolanos para abrirse paso en la densa selva de la región del Esequibo está en entredicho.

Las fuerzas venezolanas adolecen de “falta de recursos, falta de mantenimiento, tienen un entrenamiento inadecuado”, dijo Fonseca.

Manuel Cristopher Figuera, ex director del Servicio de Inteligencia de Venezuela bajo Maduro, también puso en duda la capacidad de Caracas para invadir a su vecino.

“Muchos de los puestos están vacantes, y muchos de los soldados están mal entrenados o no han sido entrenados en absoluto. Así que cuando se examina, la operatividad es prácticamente cero”, dijo.

Tanto él como otros expertos militares venezolanos no creen que se esté preparando realmente una invasión armada.

Sin participación militar estadounidense

Si Maduro enviara tropas a Guyana, ninguno de los expertos entrevistados por el Miami Herald prevé un escenario en que Estados Unidos, que actualmente proporciona a Guyana experiencia militar, despliegue tropas para defender a Guyana o a la región.

“Creo que los estadounidenses tratarían de reunir una coalición de naciones para condenar a Venezuela y ejercer mayor presión” sobre Maduro, dijo Fonseca.

Fonseca agregó que cree que el motivo de Maduro para la amenaza es la reciente victoria aplastante de Machado en unas primarias de la oposición para la presidencia.

La presión de Estados Unidos para que se celebren elecciones presidenciales libres y justas en Venezuela el próximo año, y la capacidad de la oposición para presentar su propio candidato, añadió Fonseca, “ha obligado a Maduro” a buscar otros medios de presión.

La amenaza de Maduro de invadir Guyana, un firme aliado de Estados Unidos, añadió, “hace mucho más complejas” las negociaciones.