Venden sus croquetas veganas en Miami, pero las regalan en este parque de patinaje

La croqueta de jamón es un elemento básico de la cocina de Miami: es un manjar enrollado, empanado, rebozado y frito de jugosa bondad cultural con generaciones de perfección epicúrea bajo su crujiente exterior.

Gabriel López está reimaginando la croqueta. 2 The Rootss, la empresa de este cubanoamericano de 28 años, vende versiones veganas de este apreciado aperitivo en sabores que van desde el cilantro con ajo y limón hasta las galletas de taro y crema. Sus croquetas veganas se han extendido desde North Trail Skatepark, cerca del Dolphin Mall, donde López empezó a distribuirlas grais a los patinadores hace dos años, hasta Grand Tasting Village de South Beach Wine and Food Festival, donde las entradas pueden alcanzar $550.

Receta de croquetas de berenjena, sabrosas y delicadas

¿El objetivo de López? Que Miami mantenga sus tradiciones culinarias, pero mejorando la calidad de vida de sus habitantes. De hecho, los médicos han relacionado el consumo de carne con el cáncer de colon y las enfermedades cardíacas, entre otros males, y, por supuesto, su producción genera gases de efecto invernadero que calientan el planeta, mucho más potentes incluso que el dióxido de carbono.

López creció en San Diego, donde su herencia cubanoamericana lo hizo destacar; pronto lo apodaron “Cubano”.

Hace unos cinco años, se trasladó a Miami, trayendo consigo más de una década de dedicación a la cultura del patinaje callejero, un contrato con Black Pool Skateboards y una gran comprensión del impacto negativo que una dieta rica en carne tenía en energía.

Croquetas de pollo, receta fácil y deliciosa

“En algunos momentos me sentía fatal y sin energía”, dijo López. “No podía creer cómo me sentía a mi edad y buscaba algo que me devolviera la vida”.

La solución de López pasó por sustituir la carne de su dieta por verduras. Esto lo llevó inevitablemente a la cocina de su casa, donde, cocinando con su madre, se le ocurrió la idea de elaborar una croqueta completamente vegana. Fiel a su cultura, la receta se compone de verduras tradicionales cubanas, como pimientos verdes, boniato y yuca.

Por aquel entonces, López trabajaba en el local original de Night Owl Cookies, al oeste del Condado Miami-Dade, donde vio cómo un pequeño proyecto de cocina se convertía en un negocio multimillonario. De día patinaba en North Trail SkatePark, a un par de millas de distancia, donde pronto se dio cuenta que no era el único patinador que se quedaba sin energía.

López en North Trail Skate Park con su uniforme de 2 The Rootss.
López en North Trail Skate Park con su uniforme de 2 The Rootss.

“Conozco a muchos jóvenes y niños que también aparecen por aquí dispuestos a patinar, pero que no tienen energía”.

Esto lo inspiró para montar un negocio propio que representara su cultura y la de muchos patinadores de North Trail, aportando una nueva visión del favorito de los hogares cubanos que no se podía encontrar en la ventanita. Con la ayuda de su socia Erica Denis se ha diversificado a sabores más aventureros, como nachos con frijoles y queso, pastel de fresa e incluso “espaguetis de mamá”.

El objetivo de López era mantener las tradiciones culinarias de la cocina cubana, pero haciéndola más sana al excluir el jamón procesado. Llamó a su negocio 2 The Rootss, una especie de doble sentido que hace referencia tanto a los vegetales de raíz que usa para casi todas sus croquetas como a la herencia de la comida.

“Es importante”, dijo, “poner los cimientos y dar a conocer que la comida cultural va a tomar un camino más sano”.

López ahora vende las delicias a $2 cada una en tres tiendas: Aguacate’s Sanctuary of Love en Bird Road, Mendez Fuel en Coral Way y Organic Food Kings, justo al lado de Miami Avenue. El dúo puede encontrarse todos los sábados en Coconut Grove Farmers Market y no es su única parada semanal.

Casi todos los lunes, López y Denis van al parque de patinaje, donde reparten croquetas veganas a los patinadores, en un evento al que los lugareños se refieren como “Lunes sin carne”.

López preparando dos de sus croquetas de autor para exponerlas en el mercado agrícola: galletas de taro y crema y de limón y ajo al cilantro.
López preparando dos de sus croquetas de autor para exponerlas en el mercado agrícola: galletas de taro y crema y de limón y ajo al cilantro.

Una tarde reciente, unos 20 patinadores estaban calentando cuando López y Denis llegaron con un carrito que incluía un pequeño horno. Pronto ocurrió el ritual de chocar los cinco y decir “Qué vuelta”.

A continuación, los dos repartieron unas 150 croquetas: cada patinador se comió al menos seis, bañadas en una variedad de salsas, desde crema glaseada hasta cilantro casero; también hubo una promesa de un par extra en el horno. Casi nadie pagó, pero algunos le dieron uno o dos dólares como agradecimiento.

Volviendo al lugar en donde empezó el negocio, los dos continúan con la tradición de saciar el hambre de una forma que convierte el conocido tentempié en una comida a tiempo completo; suficiente para animar incluso al más aplicado de los patinadores.

Juani Martínez, un patinador conocido por su habilidad para hacer que una tabla parezca flotar en el aire desde debajo de sus pies, estaba más que agradecido por la comida. Al preguntarle qué habría comido si López no hubiera aparecido, mencionó los frutos secos que había dejado en casa.

“No he comido en todo el día”, dijo Guillermo Sánchez, el mejor handboarder del parque. “Pero con esto estoy lleno y, así de fácil, rendiré toda la noche”.

Este reportaje se hizo en colaboración con Lee Caplin School of Journalism and Media de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).