Vecinos aplauden el hito de cerrar factoría contaminante pero reiteran que es insuficiente

Quintero-Puchuncaví (Chile), 31 may (EFE).- Al grito de "¡Educación sin contaminación!", cientos de personas, en su mayoría docentes, celebraron este miércoles el cierre -tras casi 60 años- de la industria minera Fundición Ventanas, al tiempo que advertían que este hito no es suficiente para recuperar la bahía de Quintero-Puchuncaví, la región más contaminada de Suramérica.

Ubicada en la región de Valparaíso, a 160 kilómetros al noroeste de Santiago, la fundición cuprífera es solo una más de las 20 industrias contaminantes de un robusto y dañino cordón que incluye termoeléctricas, cementeras, refinerías, puertos graneleros y concentrados.

Un antiguo vergel transformado en "área de sacrificio medioambiental" en el que durante los últimos 50 años esas industrias han vertido humos tóxicos pero también toneladas de carbón en sus playas, petróleo y otros detritos industriales, que han asfixiado la actividad económica tradicional como la pesca y el turismo.

Además de acumular decenas de episodios de graves intoxicaciones de ciudadanos, en su mayoría estudiantes, víctimas de un aire y un agua insalubre.

"Sabemos que esto es un avance, pero no podemos estar celebrando cuando tenemos a nuestros niños intoxicados y las escuelas cerradas", dijo a EFE una profesora en medio de la carretera F-30-E, frente a la minera.

Según relató este martes Katta Alonso, dirigente de "Mujeres de Zonas en Sacrificio en Resistencia Quintero-Puchuncaví" a la comisión de Medio Ambiente del Senado, solo en mayo cerca de 550 personas han sufrido náuseas, cefalea, desmayos, vómitos e irritación en el rostro a causa de la polución.

NUDO ECONÓMICO Y CONTAMINANTE

"No fue una decisión fácil y sabemos que generó incertidumbre, aunque estamos convencidos de que era la decisión correcta. Nuestra prioridad es mejorar la calidad de vida de niños y niñas. Codelco se mantendrá en la zona con la refinería, aumentando sus estándares ambientales", señaló en un mensaje grabado el presidente chileno, Gabriel Boric.

Las dificultades de esta decisión se explican por la historia del territorio: muchos de sus habitantes son trabajadores de estas empresas y, en general, la actividad económica del área -una de las cinco "zonas de sacrificio" que existen en Chile, gira en torno a este polo industrial.

"El problema es que mientras se busca una estrategia que haga viables los cambios, se nos siguen enfermando nuestros niños y niñas, y nosotros mismos", dijo a EFE uno de los docentes presentes este miércoles en una manifestación.

Por su parte, tanto los sindicatos como los directivos de la estatal Codelco, propietaria de la fundición, describen su cierre como un golpe duro, un "día triste" para los fundidores y la minería de Chile.

"Sucumbimos ante el miedo de no saber qué estamos respirando. Acá no solo opera Codelco, hay otras 16 y solo se regula a 2", reclamó Juan Peña Bernal, dirigente sindical de Codelco

"Con todas sus letras, cada vez que hay un problema ambiental se nos señala a nosotros con el dedo, casi da lo mismo lo que los números y nuestros registros digan, porque ya está instalada esa idea", agregó el presidente del directorio de Codelco, Máximo Pacheco Matte.

MÁS DE 1.000 INTOXICADOS EN 2023

Según un informe de 2022, el país tiene "graves brechas" entre su norma ambiental y los estándares fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a contaminantes como el material particulado, el dióxido de azufre, el dióxido de nitrógeno y el ozono, todos presentes en la zona.

A principios de marzo, vecinos de la bahía solicitaron la reposición de la alerta sanitaria por parte de las autoridades, una medida que da facultades para suspender operaciones industriales. Entonces fue rechazada.

"Datos concretos demuestran que solo desde la segunda semana de marzo de este año en nuestro establecimiento llevamos más de 200 niños con síntomas de intoxicación y cerca de 50 a 70 adultos con las mismas condiciones", comentó a EFE el director de la Escuela República de Francia de Quintero, Guillermo Trejo.

"Acortar la jornada escolar no solo representa un desbarajuste para las familias, sino que también está violando los derechos de nuestros estudiantes a jugar, a la educación, a respirar un aire limpio, a tener una vida social con sus amigas y amigos de manera cotidiana", agregó.

Según el reporte que Katta Alonso entregó al Senado, durante el año se han registrado más de un millar de afectados, aunque esa cifra, dice la profesora Dayana Pérez, puede esconder la "naturalización" de vivir enfermos.

"Somos muchos (los) que estamos todos los días con dolores de cabeza, malestares, náuseas, dolor de nariz, irritación de ojo, de mucosa y no vamos al hospital a registrarnos porque eso tristemente está normalizado", comentó a EFE.

"Aún no sabemos qué respiramos, qué nos intoxica, y nos preguntamos si están identificados quienes nos envenenan", concluyó Alonso.

Sebastián Silva

(c) Agencia EFE