US Open. Thiem venció a Medvedev y jugará la final el domingo contra Zverev

El austríaco Dominic Thiem, de 25 años y número 3 del ránking mundial, venció al ruso Daniil Medvedev, de 24 años y quinto, en la segunda semifinal del Abierto de Estados Unidos de tenis accedió al encuentro decisivo del torneo, que se celebrará el domingo. Ese día se encontrará con el alemán Alexander Zverev, que en el primer turno había derrotado al español Pablo Carreño Busta en cinco sets. El marcador del último partido de la jornada en Nueva York favoreció a Thiem por 6-2, 7-6 y 7-6.

Para el austríaco será la cuarta final de un certamen de Grand Slam. Hasta ahora perdió dos de Roland Garros, en 2018 y 2019, y la del Abierto de Australia de este año. Medvedev es el subcampeón saliente de Flushing Meadows (en la temporada última cayó frente a Rafael Nadal). En tanto, para Zverev, campeón del Masters en 2018 y actualmente séptimo del ranking, se tratará de la primera definición en este nivel.

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Thiem derrotó a Medvedev porque su mente funcionó mejor en los puntos decisivos y porque su físico le dio una marcha extra durante todo el partido. El ruso intentó correrlo de un lado a otro de la base con cada tiro, pero el austríaco, todo un atleta, llegaba a cada pelota y frustraba a Medvedev. Además, el campeón de Buenos Aires 2018 fue más preciso en los dos tie-breaks. El triunfo en sets corridos permite a Thiem llegar más descansado a la final, por más que terminó de jugar unas tres horas después que Zverev.

Para llegar al partido decisivo, que será revancha de la semifinal que en Australia 2020 le ganó a su buen amigo alemán, Thiem tuvo que emplearse a fondo. A pesar de lo que sugiere el tanteador, le sobró poco y nada; de hecho, Medvedev estuvo dos veces 5-3 arriba, en los últimos sets. Incluso contó un set point en el segundo. Thiem sacó fuerzas de donde parecía no haberlas. No dio por perdida ninguna pelota y así dio una muestra de carácter de la que su entrenador, el chileno Nicolás Massú, bien puede estar orgulloso.

En el estadio Arthur Ashe, del complejo de Flushing Meadows, Nueva York, Thiem también padeció algunos pasajes más allá del resultado parcial. Se resbaló varias veces y hasta fue asistido a raíz de una torcedura en el tobillo derecho. En una de esas ocasiones, el austríaco se quejó. A nadie en particular; ni siquiera había público en el escenario de tenis más grande del mundo. Estaba descontento consigo y no entendía por qué había terminado en el piso.

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"Es a todo o nada", apuntó Thiem en la charla postpartido, en relación con la final con Zverev. Y recordó la semi de Melbourne en la que se impuso: "Fue un partido muy cerrado. Su primer saque es de otro planeta. Estoy ansioso por jugar mi primera final de Grand Slam con él", comentó el austríaco, que está en ventaja en el historial con el alemán: 7-2. El domingo, en el partido decisivo, habrá en juego algo más que la estadística: uno de los apenas tres títulos de Grand Slam de esta temporada.