Unos padres que robaron ordenadores portátiles en un pabellón de oncología culpando a su hijo en fase terminal, han sido encarcelados

Unos padres desalmados que robaron varios ordenadores portátiles en un pabellón de oncología −y que después acusaron a su hijo en fase terminal de haberlo hecho− han sido encarcelados.

Kim Ager, de 34 años, y Matthew Ingham, de 37, se llevaron equipos de proyección y ordenadores portátiles y después los vendieron a través de Facebook por una cantidad muy inferior a su valor.

Cuando la policía dio con esta pareja de desempleados, estos intentaron echar la culpa a su hijo enfermo, llamado Callum, que ahora tiene 10 años.

El tribunal fue informado de que el material, incluidos proyectores por valor de unos 1.100 euros cada uno, y los ordenadores, entre 250 y 680 euros cada uno, desaparecieron del pabellón 31 del Hospital General de Leeds, en West Yorkshire (Reino Unido), entre el 1 y el 10 de julio del año pasado.

La desaparición fue advertida por Jo Shepheard, el director de Candlelighters, una organización benéfica que había proporcionado dicho material para que los niños enfermos pudiesen estar en contacto con sus familias.

Heather Gilmour, procurador, dijo al tribunal que los ordenadores portátiles estaban fijados a las camas del hospital y que llevaban unas etiquetas de seguridad.

Ingham alegó que había soltado los fijadores de los ordenadores porque Callum quería probar qué tan resistentes eran.

Ager después los vendió por 60-75 euros a través de una página de Facebook. Decía que se trataba de “material de una antigua oficina” y que había “tantos disponibles como se quisiera”.

Un miembro del personal del hospital se puso en contacto con la policía cuando vio los portátiles anunciados en la página de Facebook. Eso se explicó al tribunal.

Cuando la policía llegó a detener a Ingham a su casa de Keighley, en West Yorkshire, él lo reconoció: “Lo hice. Robé todo eso".

Sin embargo, más tarde modificó su declaración. Dijo que el responsable era su hijo. Ager dijo lo mismo.

Culpables: Matthew Ingham confesó el robo en un principio, pero más tarde cambio su versión (SWNS).

Un informe hecho por el servicio de libertad condicional señaló que Ingham había estado gastando el equivalente a 50 euros al día en heroína y crack durante los días de los robos.

El informe decía que Ager había afirmado estar “aterrorizada” por Ingham y que su relación de 17 años fue “extremadamente inestable”.

Julian White, en defensa de Ager, alegó como atenuante lo siguiente: “No está intentando inculpar a Matthew Ingham. Ella acepta que lo hizo”.

"La adicción a las drogas del señor Ingham tuvo un impacto significativo en el deterioro de su relación”.

"Su hijo ha estado con un pie dentro y otro fuera del hospital. Sufre una grave enfermedad, el pronóstico no es bueno. Ella necesita volver a ser una buena madre”.

Glenn Parsons, en nombre de Ingham, dijo lo siguiente: “Él comparece en este tribunal como un hombre quebrado. Su nombre ha quedado manchado. Es repudiado por su comunidad”.

“Cuando Callum estaba enfermo, el señor Ingham pasaba 12 horas al día acompañándolo junto a su cama. Después comenzó a drogarse y se volvió adicto. Luego robó para intentar pagar sus deudas. Es algo despreciable”.

Tras el juicio, Ingham fue declarado culpable de cuatro cargos de robo. Ager, por su parte, fue declarada culpable del cargo de posesión de mercancías robadas.

Ingham fue condenado a dos años de prisión y Ager, de Ilkley, también en West Yorkshire, a nueve meses.

La jueza Sally Cahill, responsable de la condena de la ahora expareja, dijo lo siguiente: “Es difícil dar con una palabra para describir la vileza de este infractor”.