La Universidad Estatal de California tiene nueva rectora. Estos son sus mayores retos

Mildred García, presidenta de la American Association of State Colleges and Universities (AASCU) y ex presidenta de Cal State Fullerton y de Cal State Dominguez Hills, fue presentada el miércoles como la undécima persona a cargo de la rectoría del sistema de la Universidad Estatal de California en una reunión de la junta directiva.

Desde enero de 2018, García ha liderado la AASCU como activista de la educación superior a nivel nacional, impulsando asuntos de políticas y su agenda estratégica en nombre de las más de 400 instituciones de la organización.

En sus seis años como presidenta de Cal State Fullerton, García supervisó un aumento del 65% en las tasas de graduación de los estudiantes de primer año y un aumento del 30% en las tasas de graduación de seis años. La universidad también duplicó con creces sus compromisos de donaciones filantrópicas hasta los $22 millones. Tras su partida en 2018, la universidad fue clasificada como la número 1 en el estado y la número 2 en la nación en la concesión de títulos de licenciatura a estudiantes hispanos, y la número 5 en la graduación de estudiantes de color.

García, la primera latina nombrada para supervisar la CSU, recibirá un salario de $795,000 al año, más $80,000 anuales en compensación diferida, un subsidio de vivienda de $8,000 al mes y un subsidio de automóvil de $1,000 al mes.

“La Universidad Estatal de California es un poderoso motor de cambio y movilidad ascendente para California y la nación, apoyando a cientos de miles de estudiantes en el logro de sus aspiraciones educativas, profesionales y personales”, dijo García en un comunicado de la CSU.

“Me siento honrada, humilde y emocionada por esta oportunidad de servir al sistema universitario de cuatro años más grande de la nación y de trabajar junto a sus dedicados líderes, profesores y personal, y sus talentosos y diversos alumnos para impulsar el logro estudiantil, cerrar las brechas de equidad y continuar impulsando la prosperidad económica de California”.

Como rectora, García se hace cargo de la CSU en un momento turbulento en el que el mayor sistema universitario público de la nación se tambalea tras las acusaciones de acoso sexual que llevaron a la renuncia del ex rector Joseph I. Castro. También enfrenta problemas laborales, presupuestarios y de infraestructura en sus 23 campus y a un descenso de las inscripciones en un momento en el que ha propuesto aumentos anuales de las cuotas para ayudar a cerrar un desalentador déficit de financiamiento de $1,500 millones.

“Este sistema de educación superior y sus 23 universidades siguen enfrentando importantes retos fiscales que son insostenibles a largo plazo”, dijo la rectora interina, Jolene Koester, a la junta directiva de la CSU el martes, al abordar su presupuesto para 2023-24.

“El sistema no tiene los ingresos suficientes para hacer todo lo que debemos seguir haciendo para proporcionar una educación transformadora. No solo acceso, sino una educación de calidad, y también proporcionar a nuestros estudiantes los servicios de apoyo integral que necesitan para tener éxito. Y, sí, compensar justamente a nuestro valioso profesorado y personal. Y, sí, proporcionar instalaciones seguras y modernas donde el aprendizaje y el descubrimiento puedan prosperar. Y sí, reforzar nuestra cultura de atención y cumplimiento. Se ha esperado y se espera continuamente que hagamos más y queremos hacer más, por eso asumimos trabajos y compromisos para los que no tenemos ingresos.

“Ahora estamos en un punto en el que el presupuesto que acabo de describir, por el que estamos profundamente agradecidos y apreciamos, pero este presupuesto simplemente no se acerca a salvar, a cerrar, a eliminar, a reducir el déficit que existe entre nuestros ingresos y nuestros gastos. No se acerca a permitirnos hacer aquello a lo que estamos llamados por el público, por nuestros estudiantes, por nuestro profesorado, por nuestro personal”.

Junta directiva debate un aumento plurianual de las colegiaturas

La CSU ha propuesto un incremento anual del 6% a las colegiaturas durante cinco años, aunque funcionarios de la universidad dijeron que por sí solo no eso cerraróa un déficit cada vez mayor entre los ingresos procedentes del financiamiento estatal, las colegiaturas y las cuotas y sus gastos.

El aumento de la colegiatura, que pudiera ser votado por la junta directiva en septiembre o aplazado a noviembre, está previsto para el otoño de 2024. La colegiatura aumentaría $342 por semestre, de $5,742 a $6,084. Para 2028-29, ascendería a $7,682, sin incluir las cuotas que varían según el campus.

Las colegiaturas no se han incrementado en todo el sistema desde 2011-12, cuando se aumentaron en un 5%, o $270 por semestre.

Varios miembros de la junta directiva, entre ellos la vicegobernadora Eleni Kounalakis, miembro de oficio de la junta, expresaron sus reservas sobre el aumento y la forma en que se aplicaría, aunque reconocieron la cruda realidad.

Kounalakis, quien asistió a la reunión a distancia, se preguntó si el aumento de la colegiatura no perjudicaría al 60% de los estudiantes que reciben ayuda financiera.

“Hemos oído hablar de esta idea de que esto solo afectará al 40% de nuestro alumnado”, dijo Kounalakis: “$840 millones recaudados en cinco años, cargados sobre las espaldas del 40% de nuestros estudiantes. ¿Cómo podemos contemplar esa cantidad de dinero, mientras hablamos de estudiantes que sabemos que no son ricos?”.

La Cal State Student Association se pronunció en contra del aumento en la reunión y en un comunicado dijo: “A pesar de entender la necesidad de la universidad de hacer frente a los desafíos de ingresos, creemos que la propuesta no sirve a los mejores intereses de los estudiantes, especialmente teniendo en cuenta la actual presión financiera y la disminución del número de alumnos inscritos”, dijo.

“El aumento sugerido es considerablemente superior al promedio del Índice de Precios de la Educación Superior de los últimos tres años (3.25%), y amenaza con suponer una carga para los estudiantes, especialmente para aquellos que luchan contra las secuelas de la pandemia y la escalada de los costos de vida”.

CSU enfrenta un retraso de $6,500 millones en mantenimientos aplazados

La CSU también enfrenta enormes mejoras de infraestructura. Un reporte de la Oficina del Analista Legislativo (LAO) publicado en enero detallaba $3,100 millones en proyectos emergentes de renovación de capital en la CSU durante los próximos 10 años, con un retraso de $6,500 millones en proyectos de mantenimiento diferido, incluyendo la sustitución de tejados y mejoras en los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC), eléctricos y de comunicaciones multimedia.

El gasto en renovación de capital dentro del sistema de la CSU y la Universidad de California no ha seguido el ritmo de las necesidades emergentes, según la Oficina del Analista Legislativo, y tampoco hay planes para financiar proyectos de renovación de capital. La UC proyecta $12 millones en proyectos de renovación de capital durante el mismo periodo, con $7.3 millones en proyectos de mantenimiento diferido a la espera de ser abordados.

“El financiamiento estatal ha sido episódico, con grandes cantidades en algunos años y ninguno en otros”, declaró la LAO. “Además, como la UC y la CSU siguen manejando su espacio académico, no existe ningún proceso para dar cuenta de las futuras necesidades de renovación de capital de las nuevas instalaciones. A falta de un plan para abordar estas cuestiones, es muy probable que los atrasos sigan creciendo, lo que provocará mayores costos y un mayor riesgo de interrupciones programáticas”.

La junta directiva de la CSU también divulgará el lunes un informe completo sobre una evaluación a nivel de todo el sistema de sus departamentos de Título IX y Discriminación, Acoso y Represalias realizada por el bufete de abogados Cozen O’Connor. Un informe sobre su manejo de las denuncias de acoso sexual realizado por el Auditor del Estado de California está programado para ser divulgado el martes.

Pero la junta directiva de la CSU está entre los demandados en una serie de pleitos, al menos tres relacionados con Fresno State y su manejo de las demandas por acoso sexual y discriminación.