Una guerra nuclear mataría al equivalente del 72% de la población española en 5 horas

Que las consecuencias de una guerra nuclear entre dos de las mayores potencias mundiales serían devastadoras es algo fácil de prever. Pero desde la Universidad de Princeton han decidido ir un paso más allá y realizar una simulación para calcular cuál sería el número de víctimas en caso de llegar a producirse una situación como la planteada. Los datos hablan por sí solos. En cuestión de menos de 5 horas morirían 34 millones de personas. Una cifra que equivale al 72,7% de la población española.

En su punto más álgido, el mapa de la guerra nuclear simulada entre EEUU y Rusia quedaría así. (Foto: Captura de Youtube)
En su punto más álgido, el mapa de la guerra nuclear simulada entre EEUU y Rusia quedaría así. (Foto: Captura de Youtube)

Lo han llamado Plan A y tiene su razón de ser, según explican en BBC Mundo, en el hecho de que “el riesgo de una guerra nuclear ha aumentado dramáticamente en los últimos dos años a medida que Estados Unidos y Rusia han abandonado los tratados de control de armas nucleares”, según señalan los propios autores de la simulación, expertos en seguridad y armas nucleares de esta universidad estadounidense.

En un contexto tan complejo y potencialmente peligroso en este sentido, han decido llevar a cabo este proyecto para mostrar las “consecuencias potencialmente catastróficas de los actuales planes de guerra nuclear de Estados Unidos y Rusia”.

Para hacer su cálculo, estos expertos han tenido en cuenta las posturas vigentes de los dos países implicados en la contienda ficticia, cuáles serían sus planes estratégicos, la colocación de sus efectivos nucleares, los objetivos militares posibles y el daño potencial que pueden causar estas armas. Con todo eso sobre la mesa, han recurrido al NukeMap (una herramienta que recoge el daño que causarían) para poner de manifiesto cuál sería la escalada de daños inmediatos en cuanto a víctimas, heridos y muertos.

Todo empezaría con un intento de Rusia por evitar el avance de EEUU y los miembros de la OTAN. Activaría un ataque a modo de aviso desde la frontera con Alemania, Polonia y República Checa. Desde la OTAN responderían. En total, entre unos y otros, activarían 480 ojivas nucleares y en cuestión de tres horas se calculan 2,6 millones de víctimas, que no desglosan en muertos y heridos.

Después vendría el lanzamiento de EEUU con 600 ojivas más y destino a Rusia y la respuesta de este país. En tres cuarto de hora, 3,4 millones de afectados más. Se intensificaría el intercambio, poniendo en el punto de mira a 30 ciudades clave de cada nación, las que tengan más población, a razón de entre 5 y 10 ojivas por cada núcleo urbano.

El resultado, 85,3 millones de personas muertas o heridas en 45 minutos. En total, en menos de cinco horas, 4,5 para ser exactos, 91,5 millones de víctimas inmediatas. De las cuales 34,1 millones serían muertos en el acto. Lo que supone, teniendo en cuenta que según el INE en España hay 46.934.632 habitantes, poco más del 72% de la población española. Y eso sin contar con las víctimas a largo plazo por los efectos de la radiación.

El porqué de una simulación así es evidente. Como señalan expertos consultados por BBC, pueden ser útiles para disuadir a los implicados o a cualquiera con potencial nuclear entre sus manos.

Sarah Kreps, profesora de la Universidad de Cornell, reconoce que “en algunos sentidos, estas simulaciones son útiles para reforzar la disuasión. Si no hay transparencia o si hay optimismo sobre las consecuencias de un enfrentamiento nuclear, es más probable que cualquiera de las dos partes escale su postura, ya sea consciente o inconscientemente”.