Una esposa recomienda ‘no se vayan a dormir enfadados’ después de despertarse, tras una discusión, y encontrar a su marido muerto en el sofá
Una mujer, madre de tres hijos, al despertarse tras una discusión descubrió que su marido estaba muerto en el sofá. Destrozada, insta a las parejas a no irse a dormir enfadadas.
Ashley Murrell, de 33 años, se enzarzó en una discusión acalorada con su marido Mikey de 36 después de que este último llegará tarde a casa tras una larga jornada laboral de 16 horas.
Ella le dio a entender que le preocupaba lo mucho que se estaba descuidando y, al no poder resolver su disputa, le dijo que durmiera en el sofá esa noche.
Cuando la señora Murrell, terapeuta de belleza, se despertó a la mañana siguiente, descubrió que su marido había muerto durante la noche.
Para agravar la tragedia, más tarde se enteró que su marido estaba haciendo horas extra como limpiador de alfombras para poder ahorrar dinero y llevarla a Praga en su aniversario el 3 de julio.
En homenaje a su esposo, la señora Murrell, que vive en Wellington, Somerset (Inglaterra), expresó: “Mikey era muy cariñoso, si entraba en un lugar y veía a alguien triste, él era la primera persona en intentar levantarle el ánimo”.
“Amaba absolutamente a su familia. Quería que sus hijos tuvieran todas aquellas cosas que él no tuvo en su vida, y trabajaba muy duro para conseguirlo”.
“Hacía turnos de 16 horas, siete días a la semana, para llevarnos a Disney cada año. Estaba muy agotado, pero hacía lo que fuera necesario para vernos sonreír”.
“Pero la cantidad de horas que estaba trabajando eran demasiadas. Estaba muy exhausto todo el tiempo, se estaba descuidando, y eso se cobró su salud rápidamente”.
“Al llegar a casa aquella noche, estaba hecho un desastre, nunca lo había visto tan agotado. No soportaba más verlo así y me enfadé. Estaba harta de esa situación”.
“Le dije lo que pensaba y que durmiera en el sofá, lo cual fue estúpido, porque realmente solo quería que estuviera más cerca”.
Sincerándose sobre cómo descubrió a su marido muerto a la mañana siguiente, Murrell contó: “Cuando salí del dormitorio y lo vi a la mañana siguiente, supe de inmediato que algo andaba mal”.
“Estaba acostado exactamente donde lo dejé y tenía el rostro descolorido, con un aspecto gris”.
“Me acerqué y lo toqué, pero estaba frío, di un salto hacia atrás y salí corriendo de la sala”.
“Empecé a gritar ‘tú padre está muerto’ a mi hija de 14 años y salí corriendo a la calle gritando ‘Mikey está muerto’”.
“Me desmayé y los vecinos tuvieron que llevarme a casa. Era tan surrealista que no podía procesarlo. No sentía que estuviera muerto, sentía como si me hubiera dejado”.
“Cuando llegó la ambulancia y confirmaron que estaba muerto, me desplomé en el suelo y me puse enferma. Nada tenía sentido”.
“Me sentí tan culpable. Estaba tan enfadada conmigo misma por haberlo hecho dormir en el sofá. Todavía me cuesta pensar que las últimas palabras que le dije estuvieran cargadas de ira”.
“Cuando me enteré de que había estado ahorrando para que viajáramos por nuestra fiesta de aniversario fue horrible; desgarrador es una palabra que se queda corta”.
“La pérdida de Mikey ha cambiado completamente mi perspectiva sobre la vida. La vida es demasiado corta como para estar enfadada y no pasar cada momento que puedas con tu familia”.
Murrell dijo que la autopsia reveló que su marido se había ahogado mientras dormía, pero que las causas no son “concluyentes”.
La pareja se conoció en 2007 y se casaron en 2010, tras lo cual él adoptó a Morgan, de 14 años e hija de Ashley. Después, la pareja tuvo gemelos en 2013: Mikey Junior y Lisa.
Tras lastimarse la espalda levantando peso y descubrir que sufría artritis espinal en 2014, la dedicación exclusiva de Murrell al trabajo empezó a pasarle factura.
La señora Murrell explicó: “Tras su lesión, Mikey no se recuperó del todo”.
“Hasta en su peor momento se presionaba con el trabajo y siempre que podía, hacía de todo con los niños”.
“Sabía que iba a pasar algo así, sabía que se estaba pasando, pero una nunca está preparada para esto”.
“Una de las partes más difíciles ha sido explicárselo a los niños. Al principio no lo hice, pero seguían preguntando cuándo iba a volver a casa su papá. Ahora mi pequeño siempre me pregunta si podemos visitar a su padre en el cielo. Es muy difícil”.
Foto de cabecera: Mercury Press Media