Un youtuber dejó caer 200 billeteras en varias ciudades de EEUU y averiguó dónde vive la gente más honesta

¿Qué haría si camina por la calle y de repente se topa, tirada en una esquina, con una gorda cartera, al parecer repleta de billetes? Esa fue la interrogante que se planteó el youtuber Mark Rober y para dilucidarla desarrolló un singular experimento social.

Rober es un youtuber famoso, con 3.1 millones de suscriptores en su canal y un interés por la ciencia, el diseño y el cuestionamiento, con tono jocoso, de ideas preconcebidas y posibilidades técnicas. Una singular mezcla del método científico y el entretenimiento.

El youtuber Mark Rober realizó un curioso videoexperimento social para saber qué tan honesta era la gente que se encontraba una cartera en la calle. ¿Se la quedan, la devuelven, en qué ciudad más y en cuál menos? Esas eran sus incóginitas. (YouTube/Mark Rober)
El youtuber Mark Rober realizó un curioso videoexperimento social para saber qué tan honesta era la gente que se encontraba una cartera en la calle. ¿Se la quedan, la devuelven, en qué ciudad más y en cuál menos? Esas eran sus incóginitas. (YouTube/Mark Rober)

Así, cuenta Rober, el día que perdió su cartera sintió a la vez tristeza y molestia (por el dinero que se le fue y lo engorroso de recuperar sus identificaciones, tarjetas y demás) y se preguntó qué clase de persona era la que se encuentra una cartera en la calle y no intenta devolverla a su dueño.

¿Qué tan común es que alguien se tome esa molestia, incluso respetando el dinero dentro? ¿Hay lugares de EEUU donde hay más buenos samaritanos que devuelven carteras perdidas, de preferencia intactas, que en otros?

Para dilucidarlo Rober consiguió 200 carteras idénticas y las llenó con los siguientes elementos:

  • 6 dólares estadounidenses y 200 pesos filipinos, que aunque tienen un valor reducido (menos de 4 dólares) hacen lucir la cartera abultada y atrayente.

  • Una identificación con nombre pero sin foto, que en realidad es falsa para no poner en riesgo los datos personales de nadie, y tarjetas varias.

  • Una imagen de un ultrasonido que muestra un bebé y la foto de un perrito, para dar el tono emotivo.

  • Una nota con un teléfono local para que, justo en caso de pérdida, quien encuentre la cartera pueda contactar a su dueño y no tenga pretexto para no devolverla (salvo, según Rober, la deshonestidad del individuo en cuestión).

Entonces, con la ayuda de voluntarios reclutados a través de redes sociales, se procedió a dejar caer en las calles de 20 ciudades (entre ellas Chicago, Dallas, Detroit, Las Vegas, Los Ángeles, Miami, Nueva York, Portland, Salt Lake City y Washington D.C.) las notorias carteras y eso se hizo tanto en barrios acaudalados como en vecindarios populares, para saber si el nivel económico influye en la bonhomía o la indiferencia al respecto.

Curiosamente, los voluntarios tomaron video del momento en que las carteras eran encontradas, a fin de documentar todo el asunto, y esperaron a ver qué pasaba. Pasaron tres días, en los cuáles se comenzaron a recibir llamadas de personas que hallaron la cartera y deseaban devolverla a su dueño, y entonces se levantó una estadística curiosa.

  • Rober reveló que dos tercios de las carteras fueron devueltas, 96% de ellas con todo el dinero íntegro.

  • La edad promedio de los que devolvieron las carteras fue 36 años, muy cerca del promedio a nivel de la población estadounidense, lo que según Rober sugiere que los diferentes grupos de edad serían igualmente honestos, o deshonestos, en lo concerniente a su experimento.

  • La proporción de carteras devueltas fue similar en el caso de las que se dejaron en barrios ricos y en barrios pobres, por lo que Rober indica que el nivel económico no fue un factor que propicie mayor o menor solidaridad.

  • Tampoco pareció haber mucha diferencia por el género o la raza de las personas. En principio los niveles de entrega de carteras fueron similares en los diferentes grupos: una honestidad igualitaria.

Finalmente, quedaba la gran pregunta: ¿son los habitantes de una ciudad más honestos, o empáticos con quien pierde su cartera, que los de otra urbe?

Por el número de carteras devueltas entre las peores figuraron Detroit y Nueva York, en media tabla aparecieron Dallas, Los Ángeles y Miami, y los ganadores, donde más carteras fueron devueltas en proporción a las que se abandonaron allí fueron Chicago y Salt Lake City.

El citado video del experimento ha sido muy exitoso en YouTube y aunque tiene su tono de simplicidad e informalidad, resultó divertido e ilustrativo.

Al final, la conclusión útil para todos es que es buena idea dejar un teléfono de contacto en la cartera para que, si se pierde, pueda ser devuelta a su dueño. Y para quien se encuentra una cartera, una sugerencia es depositarla en cualquier buzón del correo postal de Estados Unidos. Así, si hay en ellos datos de su dueño, la cartera y su contenido (preferentemente con todo el dinero dentro) podrán volver a casa.

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