Un nanorobot comestible que se despliega y limpia en tu estómago
Para empezar, un dato curioso: cada año, y solo en Estados Unidos, más de 3500 personas (en su mayoría bebés o niños pequeños) son hospitalizados a causa de la ingesta accidental de pilas botón. Son pequeñas, redondas, brillantes… todo un reclamo para los peques de la casa, que en un descuido de los padres terminan llevándose a la boca estas escurridizas baterías.
Por supuesto, además de pilas botón, algunas de las más frecuentes urgencias hospitalarias infantiles están relacionadas con objetos de pequeño tamaño que los niños se tragan y que pueden desembocar en problemas más serios.
Esta semana el célebre Instituto Tecnológico de Massachussetts, en colaboración con su homólogo en Tokio y la Universidad de Sheffield, han presentado una idea que podría resolver estos problemáticos accidentes digestivos gracias a un pequeño dispositivo cuyo funcionamiento, como podréis ver en el vídeo, es tan sorprendente como efectivo:
El MIT califica el invento como “robot origami comestible” y tenemos que reconocer que la descripción es realmente acertada. Las imágenes se han grabado utilizando un estómago y esófago artificiales pero nos ofrecen una idea muy realista de cómo funciona el pequeño dispositivo.
Inspirándose en la tradicional papiroflexia, u origami, tan popular en Japón, los ingenieros han desarrollado esta especie de transformer que se despliega al llegar al estómago y que busca (y efectivamente encuentra) los objetos metálicos gracias al imán que lleva acoplado.
Un sistema imaginativo que podría ahorrar muchas visitas a urgencias, y que incluso puede evitar una cirugía mayor puesto que una de sus principales funciones es “despegar” objetos que se encuentren adheridos a las paredes del estómago, facilitando su evacuación de una forma más rápida y natural a través del sistema digestivo.
Referencias científicas y más información:
Larry Hardesty “Ingestible origami robot” MIT News
Litovitz T, Whitaker N, Clark L, et al. Emerging battery ingestion hazard: clinical implications. Pediatrics. 2010;125(6):1168-77. PMID: 20498173