Un agente fronterizo las detuvo por hablar español. Ahora ellas demandan al gobierno de Trump

Imagina que vas a una tienda a comprar chocolates con tu amigo, conversas en el segundo idioma más hablado de tu país y la policía fronteriza te retiene porque justo en tu pueblo no es “para nada habitual” escuchar ese lenguaje.

Esa fue la desagradable experiencia de Martha Hernández y María Suda en Havre, una pequeña comunidad de 9,000 habitantes del estado de Montana en mayo pasado.

Crédito: Brooke Swaney/ACLU de Montana via AP
Crédito: Brooke Swaney/ACLU de Montana via AP

“Hay límites constitucionales sobre lo que el organismo de Aduana y Protección de Fronteras puede hacer”, sostuvo la American Civil Liberties Union (ACLU, por sus siglas en inglés), tras demandar a ese órgano del gobierno en representación de ambas, quienes fueron detenidas e interrogadas en mayo pasado por un agente en Montana, luego de que las escuchó hablar español en una tienda.

Según denuncian las mujeres, que pasaron por esta situación el 16 de mayo de 2018, el agente, llamado Paul A. O’Neal, las escuchó hablando en español en un comercio y les pidió sus identificaciones, y luego de que ellas les mostraran sus licencias de conducir, las detuvo brevemente en el estacionamiento de la tienda.

“No tiene nada que ver con una cuestión racial: es por el hecho de que las escuché hablando en español en esa tienda, en un estado donde se habla predominantemente inglés”, les dijo O’Neal en el video que grabaron las dos mujeres durante ese momento.

“Es inconstitucional detener a personas por su idioma, acento o color de piel”, sostuvo Cody Wofsy, abogada de ACLU y responsable de presentar la demanda ante la Justicia, en representación de Suda y Hernández.

Además, en Estados Unidos NO existe un idioma oficial.

La demanda contra el organismo fronterizo parte de que ambas mujeres fueron retenidas y sometidas a un interrogatorio sólo por el hecho de hablar español, pero además, en el escrito presentado ante la justicia se indicó que “esta es una oportunidad para que los tribunales intervengan y digan que hay límites constitucionales sobre lo que el organismo de Aduana y Protección de Fronteras (CBP) puede hacer”.

“Esto no es nada nuevo respecto de lo que hemos visto en los últimos años durante la administración de Trump, ya que la agencia ha sido animada a actuar con alguno de sus peores impulsos”, agregó la ACLU.

Y también advirtió el poder de alcance que tienen los agentes de Aduanas y Protección de Fronteras, ya que tienen la autoridad de detener e interrogar a personas a una distancia de 100 millas de una frontera internacional. Havre –el lugar en donde las mujeres fueron detenidas-, se encuentra a 35 millas de la frontera con Canadá.

Si bien aún no se logró dar con el paradero de O’Neal, según reportan medios locales, el portavoz de Aduana y Protección de Fronteras, Jason Givens, destacó en un correo electrónico que, por una política de la agencia, no se manifiestan sobre los litigios pendientes.

Sin embargo, ello no significa que ello deba entenderse con tomar partido, indicó.

En tanto, las hispanas están decididas que el mal rato se convierta en una lección sobre los límites de los agentes fronterizos.

“Para mí, es importante ayudar a la comunidad, para ayudarles a saber que pueden hablar en cualquier lenguaje que quieran”, sostuvo Ana Suda en el video que grabaron para ACLU. Y Hernández agregó: “Mi amiga me dijo: ‘eligieron a la persona equivocada’, y yo le dije que no, que eligieron a la persona correcta: es quién va a salir en defensa de la próxima persona” que sufra un acto discriminatorio de este tipo.