La ultraderecha francesa somete su credibilidad económica al juicio de la patronal

París, 20 jun (EFE).- La credibilidad económica de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) fue sometida este jueves al juicio de las organizaciones patronales francesas, que han manifestado su inquietud por los tintes claramente proteccionistas y antieuropeos de un programa que les da casi tanto miedo como el de la nueva coalición de izquierdas, las claras favoritas para imponerse en los comicios legislativos que se celebrarán en Francia los próximos 30 de junio y 7 de julio.

Bruno Le Maire, que ha sido el ministro de Economía y Finanzas desde que Emmanuel Macron fue elegido presidente de la República francesa en 2017 y que ahora ve peligrar todo lo que han hecho desde entonces con unas encuestas que les dan como los claros perdedores en las elecciones, lanzó un grito de súplica ante los representantes de las empresas.

"No cedan a los cantos de sirena de la Agrupación Nacional" (RN), pidió Le Maire a los representantes de la patronal reunidos en la sala Gaveau de París donde habían convocado a los responsables de los grandes bloques políticos que se van a disputar el Gobierno para que desgranaran sus proyectos económicos: "Somos tal vez menos glamurosos, pero más eficaces", insistió el ministro.

Le Maire fue quien más aplausos recibió de la sala después de recordar lo que han hecho en los últimos siete años y lo que tienen intención de hacer si consiguen dar la vuelta a las encuestas en la campaña: "estabilidad fiscal" y "restablecer las cuentas públicas" para bajar el déficit en 2027 por debajo del límite del 3 % del producto interior bruto (PIB) que fija el Pacto de Estabilidad.

Con la vista en sus dos grandes adversarios, la RN de Jordan Bardella y Marine Le Pen y el nuevo Frente Popular que reúne a La Francia Insumisa, el Partido Socialista, el Partido Comunista Francés y los Ecologistas, Le Maire afirmó que prefiere "ser responsable a ser popular".

Un debate más racional

Esta particular sesión de evaluación la abrió el presidente de la principal organización patronal francesa (Medef), Patrick Martin, que explicó que buscaban introducir "racionalidad" en el debate electoral para poder apreciar "la solidez y la transparencia" de los programas y que lo que las empresas esperan es "competitividad, legibilidad y estabilidad".

Martin había señalado por anticipado, en una entrevista al diario Le Figaro, que "el programa de la RN es peligroso para la economía francesa, para el crecimiento y para el empleo; y el del Frente Popular lo es tanto o más".

Con la extrema derecha, sus principales divergencias están su voluntad de cerrarse al mundo y de enfrentarse a la Unión Europea (UE), algo que, como teme el presidente del Medef, reducirá todavía más la influencia de Francia en un bloque comunitario, lo que considera esencial para defender los intereses de sus empresas en un mundo más polarizado.

Bardella, candidato a primer ministro, se presentó al examen de la patronal acompañado por Éric Ciotti, presidente de Los Republicanos (LR), el partido de la derecha convencional que ha saltado por los aires por su alianza con RN.

El principio de realidad

Una forma de tratar de convencer a los empresarios de que lo que proponen con esa alianza es "la alternancia razonable y responsable" y que en caso de gobernar aplicarán "el principio de realidad".

El joven presidente de RN (28 años) rechazó que, como afirma Le Maire, su programa electoral supondría 100.000 millones de euros anuales de gasto público adicional, y aseguró que su intención es "volver a una política presupuestaria razonable".

En primer lugar porque está convencido de que el Gobierno de Macron oculta la gravedad de la situación financiera de Francia, que una vez más calificó de "catastrófica" y "de casi quiebra", razón por la cual pedirá una auditoría de las cuentas públicas si llega al poder.

En ese contexto, su prioridad será una medida en favor del poder adquisitivo, que consistiría en rebajar el IVA de los combustibles, del gas y de la electricidad del tipo normal del 20 % a otro reducido del 5,5 %, con un costo estimado de 12.000 millones de euros anuales para las arcas públicas.

Es decir, quedan aplazadas sin fecha otras promesas muy costosas como la nacionalización de las autopistas o dar marcha atrás con carácter general al retraso de la edad de jubilación.

En cualquier caso, Bardella no renuncia a un pulso de desenlace incierto con la UE para reducir su contribución al presupuesto comunitario y para salir del mercado eléctrico de la electricidad con el objetivo de bajar los precios al consumidor francés.

(c) Agencia EFE