Trump sigue subiendo el tono de vulgaridad. ¿Alejará a los votantes que necesita?

El expresidente Donald Trump en Carolina del Norte la semana pasada (Doug Mills/The New York Times)
El expresidente Donald Trump en Carolina del Norte la semana pasada (Doug Mills/The New York Times)

El expresidente ha difundido en internet insultos racistas y de carácter sexual contra la vicepresidenta, en línea con su historial de ataques procaces. Pero en Harris, puede haber encontrado un blanco muy riesgoso.

El expresidente Donald Trump, durante sus décadas en la escena pública, tiene un historial irrefutable de comentarios degradantes y racistas sobre las mujeres, las personas de color y prácticamente cualquier individuo que lo confronte.

Se trata de una propensión que se remonta a sus días como estrella de telerrealidad y que solo se ha amplificado en la era de los memes de las redes sociales. En palabras del senador Kevin Cramer, republicano por Dakota del Norte, Trump es “un ofensor en igualdad de oportunidades”.

La vicepresidenta Kamala Harris, sin embargo, ha sido un objetivo especialmente complejo y riesgoso para la marca personal de transgresión de Trump, debido a que de repente más estadounidenses están prestando atención a la que se ha convertido en una contienda muy reñida.

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Aunque no hay indicios claros de que Trump haya aumentado la cantidad de insultos a sus oponentes, su decisión en las últimas semanas de republicar una serie de ataques con contenido sexual y racial sugiere que ha subido el nivel de vulgaridad y crudeza.

Es probable que ese afán de ofender tenga un mayor escrutinio a medida que la campaña electoral entra en su recta final. En un momento en que los dos grandes partidos se disputan el voto de las mujeres y electores moderados de los estados decisivos, Trump podría alienar a un electorado indeciso que se siente incómodo con su retórica burda.

Desde el 21 de julio, cuando el presidente Biden se retiró de la contienda y respaldó a Harris, Trump no ha dejado de lanzar ataques contra una contrincante que resulta ser negra, sudasiática y mujer.

En poco más de cinco semanas, en discursos, publicaciones en redes sociales y entrevistas, Trump ha llamado a Harris “enloquecida”, “comunista”, “boba como una piedra”, “auténtica basura”, “vaga” y, empleando una frase que aplica casi exclusivamente a las mujeres, “desagradable”. A principios de agosto, volvió a publicar una imagen en la que aparece la cara de Harris, que parece estar oscurecida, unida al cuerpo de un escarabajo sobre un coco. Y ha hecho o amplificado referencias con insinuaciones sobre la antigua relación de su oponente con el exalcalde de San Francisco Willie Brown, sugiriendo que intercambió favores sexuales para avanzar en su carrera política.

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“Tenía un muy buen amigo llamado Willie Brown”, dijo Trump en un mitin el 3 de agosto. “Él sabe más sobre ella de lo que nadie ha sabido nunca. Podría contarte todo sobre ella, podría contarte historias que no vas a querer oír”.

En una convención con periodistas negros celebrada en Chicago el mes pasado, Trump cuestionó la identidad racial de Harris y dijo que solo recientemente “se había convertido en una persona negra”. Y además de una publicación que hizo el miércoles en su plataforma Truth Social, que hacía una referencia burda a Harris y el sexo oral, Trump reposteó un video de parodia de una cantante que dice que Harris ha pasado su vida “de rodillas”.

En un comunicado, James Singer, vocero de Harris, dijo que Trump estaba “fuera de sus cabales”. Y añadió: “Si algún miembro de tu familia publicara lo que Donald Trump está compartiendo, los estadounidenses estarían preocupados con razón”.

La campaña de Trump no respondió directamente a las preguntas sobre sus publicaciones y reposteos en las redes sociales o sobre el lenguaje que utiliza cuando ataca a sus oponentes. Más bien, la campaña, a la que se le pidió que abordara las preocupaciones sobre el riesgo que corría Trump de alienar a votantes clave, señaló que “las mujeres merecen un presidente que afiance las fronteras de nuestra nación, saque a los criminales violentos de nuestros vecindarios y construya una economía que ayude a nuestras familias a prosperar, y eso es exactamente lo que hará el presidente Trump”.

En mítines y otros foros públicos, Trump sigue empleando un lenguaje subido de tono, utilizando la frase “hijo de puta” al menos una decena de veces desde que anunció su campaña de reelección en noviembre de 2022, y variaciones de la palabra “mierda” decenas de veces en ese periodo. En un discurso del año pasado en Carolina del Norte utilizó dos veces la palabra “joder”.

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Harris, por el contrario, ha sido mesurada. Utilizó esa palabra una vez en mayo y dijo el término “half-assed”, una expresión procaz que significa “a medias”, durante su discurso de aceptación de la nominación a la candidatura presidencial en la Convención Nacional Demócrata.

Pero es en internet donde se arraiga gran parte del discurso político burdo. Para Trump, uno de los principales motores es la relación casi simbiótica que ha desarrollado con su base en Truth Social, una plataforma que lanzó a principios de 2022.

Aunque volvió a la plataforma X este mes, casi todo el contenido subido de tono que Trump ha amplificado se ha limitado a su propio sitio, que se ha convertido en una especie de cámara de resonancia para el contenido de su movimiento político MAGA.

En ese contexto políticamente homogéneo y libre de críticas, los mensajes de Trump son constantemente respondidos con memes racistas y sexistas por sus fervientes seguidores, con la esperanza de que el expresidente los vuelva a publicar, una insignia de honor en los círculos MAGA. En las últimas semanas, las redes sociales se han llenado de imágenes soeces de Harris manipuladas digitalmente, creadas por los seguidores de Trump, en las que aparece en situaciones sexuales, a menudo sin ropa o en lencería.

La publicación que Trump compartió el miércoles en Truth Social —una captura de pantalla de X que mostraba una imagen de Harris y Hillary Clinton y la respuesta de otro usuario: “Es curioso cómo el sexo oral impactó sus carreras de diferentes maneras”— era una respuesta a uno de los propios mensajes de Trump en el sitio.

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Una cuenta anónima con el alias @beware_the_penguin publicó la captura de pantalla en Truth Social. En las últimas semanas, esa misma cuenta ha subido y compartido decenas de imágenes muy sexualizadas sobre Harris en la plataforma. Al menos otra publicación de esa cuenta, más apta para menores, en la que aparecía Harris escondiéndose de los periodistas bajo una mesa, también fue republicada por Trump.

El comentario sobre el sexo oral procede de la cuenta de un creador de pódcast pro-Trump que se hace llamar Zeek Arkham. El comentario alude al marido de Clinton, el expresidente Bill Clinton, quien admitió haber mantenido una relación sexual con una becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, y a la relación de Harris con Brown a mediados de la década de 1990.

La publicación de Truth Social con la captura de pantalla parece haber sido borrada.

El miércoles, la persona que dirigía la cuenta de Zeek Arkham publicó en X que le “gustaría disculparse porque son demasiado tontos como para votar por alguien que realmente mejoró el país”, y añadió: “Hice un chiste verde. Ustedes van a votar por uno”.

Esa persona ha declarado en el pasado que es un antiguo agente del Departamento de Policía de Nueva York llamado Ezequiel Arkham, pero no se le ha podido localizar. The New York Times no pudo confirmar de inmediato la identidad de esa cuenta ni de la cuenta @beware_the_penguin en Truth Social.

Trump reposteó —o, en la jerga de Truth Social, retruthed— el contenido sexual en medio de una oleada vertiginosa de actividad en su plataforma de redes sociales.

El miércoles, republicó al menos cuatro publicaciones que hacían referencia a la teoría de la conspiración QAnon, así como imágenes alteradas que mostraban a Harris y a otros líderes demócratas con uniformes naranjas de prisión y otras publicaciones que pedían que el expresidente Barack Obama fuera juzgado en un tribunal militar.

En el pasado, Trump utilizó su plataforma e Instagram para atacar a Biden, republicando, por ejemplo, varios videos en los que el presidente aparecía como débil, realizados por un grupo de creadores de contenidos pro-Trump llamado Dilley Meme Team.

En enero, utilizó Truth Social para llamar “Nimrada” a Nikki Haley, la exgobernadora de Carolina del Sur que en ese momento le disputaba la candidatura presidencial republicana, un error ortográfico de su nombre de pila, Nimarata, que se interpretó como un código racista pensado para enfatizar su identidad como hija de migrantes del sur de Asia.

Esto imita una serie de mensajes publicados por Trump este mes en los que llamaba a la vicepresidenta “Kamabla”, en lugar de Kamala.

Susan C. Beachy y Tiff Fehr colaboraron con investigación.

Ken Bensinger cubre a los medios de comunicación de derecha y las campañas políticas estadounidenses para el Times. Más de Ken Bensinger

Karen Yourish es reportera del Times en el departamento gráfico, y combina la información tradicional con datos y análisis visuales. Más de Karen Yourish

Michael Gold es corresponsal político del Times y cubre las campañas de Donald J. Trump y otros candidatos a las elecciones presidenciales de 2024. Más de Michael Gold

Susan C. Beachy y Tiff Fehr colaboraron con investigación.

c. 2024 The New York Times Company

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