Trump y Macron se enfrentan en la cumbre de la OTAN por el futuro de la alianza militar

PARÍS.- Las profundas divisiones que agitan a la OTAN estallaron ayer en vísperas de su cumbre anual en Londres cuando los presidentes Emmanuel Macron y Donald Trump se enfrentaron a propósito de Siria, Turquía y el futuro de esa alianza militar.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, otro importante miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), agregó su grano de arena al advertir de su intención de bloquear el proyecto de defensa de los países bálticos contra Rusia, a menos que los otros Estados miembros reconozcan formalmente como grupo terrorista a los combatientes kurdos que pelearon junto con los occidentales en Siria.

La cumbre, destinada a celebrar los 70 años de la organización, terminó transformándose en un rompecabezas diplomático para el primer ministro británico. En vísperas de elecciones generales, Boris Johnson se vio obligado a evitar toda manifestación pública de simpatía hacia su amigo Trump, detestado por la opinión pública del Reino Unido.

La reunión se anunciaba de todos modos poco festiva, teniendo en cuenta los diferendos existentes sobre Siria o el financiamiento de la organización. Pero días atrás el presidente francés echó aceite sobre el fuego al juzgar durante una entrevista que la alianza nacida en 1949 se encuentra en estado de "muerte cerebral".

Ayer, poco antes de la cena oficial ofrecida por la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, Donald Trump calificó los propósitos del presidente francés de "extremadamente insultantes".

"Es un juicio muy, muy ofensivo para los otros 28 países de la OTAN", insistió durante una conferencia de prensa con el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg.

El jefe de la Casa Blanca, que hasta ayer había considerado la alianza atlántica "totalmente obsoleta", parece haber cambiado súbitamente de opinión. Para Trump, la actitud de Macron es "muy peligrosa" para Francia.

"Nadie tiene más necesidad de la OTAN que Francia", declaró, y subrayó que "ese país tiene serios problemas económicos y un enorme desempleo. Todo va muy mal en Francia". Agregó que veía perfectamente a Francia "saliendo de la OTAN", sin dar explicaciones.

Su tono cambió, sin embargo, después de la reunión bilateral que mantuvo con su homólogo francés. "Nuestros países han hecho muy buenas cosas juntos", declaró.

Macron reconoció por su parte que sus comentarios sobre la Alianza Atlántica pudieron "haber irritado" a mucha gente, pero mantuvo su posición. Según el presidente francés, la organización ha dejado de responder a sus objetivos fundamentales. Al describirla como "en estado de muerte cerebral", el joven mandatario señaló, por ejemplo, el creciente desinterés de su principal socio, Estados Unidos. También criticó a Washington por no haber consultado a sus aliados antes de retirar sus tropas del norte de Siria, dejando a las milicias kurdas a merced de los ataques turcos.

Hace algunos días, el presidente turco se había sumado a la disputa al sugerir que era Macron quien se encontraba en "estado de muerte cerebral" y acusarlo de tener "una comprensión enfermiza y superficial" del terrorismo.

"En torno de la mesa de la OTAN no todos tenemos la misma definición de terrorismo", ironizó Macron. "La principal prioridad es combatir a Estado Islámico", agregó.

En octubre, con la bendición extraoficial de Trump, que retiró sus tropas del norte de Siria, y sin consultar con sus socios de la OTAN, Turquía lanzó una operación en esa región controlada por los combatientes kurdos, con la excusa de crear una "zona de seguridad" a lo largo de la frontera turco-siria.

El secretario general de la OTAN intentó ayer poner paños fríos a la tensa situación.

"No estoy de acuerdo con Emmanuel Macron", dijo. "No hay que poner en duda la unidad y la voluntad de los aliados de defenderse mutuamente", agregó. "Esa es, precisamente, la base de la disuasión", recordó. Stoltenberg espera verse confiar en la reunión de hoy la misión de mejorar la reflexión estratégica dentro de la organización.

Es verdad que 70 años después de su creación, la OTAN enfrenta nuevos desafíos, como la emergencia insolente de China y la militarización del espacio, sin contar con las difíciles relaciones con Moscú, que muestra sus músculos en el flanco oriental de la Alianza.

Además de los ataques contra Francia, Trump no dejó de lanzar sus dardos contra los "malos contribuyentes" de la OTAN que, a su juicio, dejan que Estados Unidos haga solo el esfuerzo financiero que requiere la supervivencia de la organización. Alemania, como siempre, fue su blanco predilecto.