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Trump habla de otro fraude: el coronavirus

A lo largo de los años, el presidente Trump ha tildado muchas cosas de fraude ‒la investigación de la campaña de 2016 y su relación con Rusia, su juicio político, el calentamiento global‒, pero este lunes ha cuestionado la existencia de una epidemia que ha matado a 130 000 estadounidenses.

En medio de una ráfaga de tuits y retuits en su cuenta de Twitter, Trump retuiteó un mensaje del presentador del programa de juegos Chuck Woolery en el que afirmaba que “todo el mundo miente” en relación al coronavirus como parte de un complot destinado a sabotear la economía y perjudicar a la campaña de reelección de Trump.

“Las mentiras más escandalosas son las de la COVID-19”, escribió Woolery en el mensaje promocionado por Trump. “Todo el mundo miente. Los CDC, los medios de comunicación, los demócratas, nuestros médicos, no todos, pero la mayoría, en quienes se nos dice que confiemos. Pienso que todo tiene que ver con las elecciones y con impedir que la economía vuelva a marchar bien, lo cual tiene que ver con las elecciones. Estoy harto de esto”.

Según el seguimiento realizado por la Universidad Johns Hopkins, que ha informado de 61 352 casos nuevos y 685 muertes el sábado, un problema clave que impide que la economía vuelva a marchar bien es que han muerto 135 000 estadounidenses por el coronavirus. Woolery no ha dicho si piensa que la cifra de muertos es falsa. Florida ha alcanzado un récord de casos en un solo día superando a cualquier otro estado con más de 15 000 casos registrados el sábado, en el mismo día que Walt Disney World volvía a abrir sus puertas en Orlando. La semana pasada, Arizona, California, Florida, Mississippi y Texas alcanzaron nuevas cifras récord de muertes diarias.

Trump usa a veces el término “fraude” como una forma universal de denigrar otras opiniones ‒o hechos‒ que no le gustan. En febrero, calificó las críticas hechas a su gobierno por la respuesta al coronavirus como “el nuevo fraude [de los demócratas]”, pero no negó del todo la existencia de una epidemia, como sí parecía hacer Woolery en su tuit.

No existen antecedentes evidentes de un presidente que repita varias veces que una agencia clave de su gobierno ‒los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades‒ miente, salvo por las veces en las que el mismo Trump ha acusado al FBI y a los servicios de inteligencia de socavar su figura a propósito.

El presidente Donald Trump escucha durante un acto del “Diálogo nacional sobre la reapertura segura de las escuelas de Estados Unidos” celebrado en la Sala Este de la Casa Blanca el 7 de julio, en Washington (Alex Brandon / AP).
El presidente Donald Trump escucha durante un acto del “Diálogo nacional sobre la reapertura segura de las escuelas de Estados Unidos” celebrado en la Sala Este de la Casa Blanca el 7 de julio, en Washington (Alex Brandon / AP).

Trump también retuiteó a Woolery diciendo que “hay muchas evidencias científicas, sí, evidencias científicas, de que las escuelas deberían volver a abrir en otoño. Pasa en todo el mundo y es abrumador, PERO NO”.

La tasa de mortalidad infantil por el virus es menor, pero sigue habiendo muchos investigadores que no tienen conocimientos sobre la COVID-19, incluidos los posibles efectos a largo plazo en niños y la posibilidad de que estos se lo transmitan a sus familiares y cuidadores mayores más vulnerables. Los sindicatos de docentes son reacios a volver a las clases hasta que la epidemia esté bajo control. El viernes, la Academia Estadounidense de Pediatría fue evasiva respecto a su plan inicial de escolarización presencial publicando un comunicado en el que decía que “las agencias de salud pública deben hacer recomendaciones basadas en pruebas, no en la política” y “las circunstancias científicas y comunitarias deben ser las que orienten la toma de decisiones”.

Es cierto que otros países planean abrir las escuelas en otoño, pero es que hicieron mejor trabajo que el gobierno de Estados Unidos a la hora de sofocar al virus mediante la realización de pruebas, rastrear contactos y comunicar la importancia de las mascarillas.

Trump ya había restado importancia a las muertes de estadounidenses con anterioridad mientras ocupaba la presidencia, al declarar que la tasa de mortalidad en Puerto Rico debido al huracán María no era alta, tal y como concluían varios estudios, algo que dijo después de que la lenta respuesta de la Casa Blanca al desastre natural fuera criticada.

“No murieron 3 000 personas en los dos huracanes que golpearon Puerto Rico”, dijo Trump en septiembre de 2018, un año después de la tormenta. “Cuando salí de la isla, DESPUÉS de que golpeara la tormenta, tuvieron algo así como entre 6 y 18 muertes. Con el paso del tiempo, no subió mucho. Luego, mucho tiempo después, comenzaron a informar de cifras realmente altas, como 3 000”.

De acuerdo al gobierno puertorriqueño, la cifra oficial de muertos del huracán María es de 2975. Esta cifra ‒calculada por investigadores de la Facultad de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington‒ es más baja que la arrojada por un estudio de Harvard que hablaba de 4 645 muertes. Cualquiera de las dos cifras convertiría a María en el desastre natural más mortífero en los Estados Unidos en más de un siglo.

El presidente ha calificado constantemente de fraude la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016, pero el equipo del fiscal especial Robert Mueller descubrió evidencias de que hubo intromisiones extranjeras y contactos entre el asesor de Trump, Roger Stonem, y los oficiales de inteligencia rusos.

El aliado de Trump, Roger Stone, en una foto de 2019 en Miami, Florida (Hoo-Me / MediaPunch / IPX a través de AP).
El aliado de Trump, Roger Stone, en una foto de 2019 en Miami, Florida (Hoo-Me / MediaPunch / IPX a través de AP).

“También hemos identificado numerosos vínculos entre el gobierno ruso y el personal de la campaña de Trump, entre ellos Stone”, escribió Mueller el sábado en un artículo de opinión publicado por The Washington Post. “No hemos podido determinar que los miembros de la campaña de Trump conspiraran junto al gobierno ruso en sus actividades. Sin embargo, la investigación si ha podido determinar que el gobierno ruso se ha beneficiado de la presidencia de Trump y que ha trabajado para asegurar esos resultados obtenidos. También ha podido determinar que la campaña esperaba beneficiarse electoramente de la información robada y publicada por los rusos”.

Trump también calificó de fraude su juicio político por intentar presionar a Ucrania al hacer pública información sobre Joe Biden, aunque la mayoría en la Cámara de Representantes ‒prácticamente todos los demócratas más el republicano de Michigan, Justin Amash, quien se ha hecho independiente‒ votó para juzgarlo políticamente por abuso de poder, pero no se alcanzaron los 67 votos necesarios para destituirlo de su cargo, dado que los otros 52 senadores republicanos apoyaron al presidente.

Trump también ha tildado reiteradamente de fraude al calentamiento global, hasta llegar a un punto en el que dijo que “fue creado por y para los chinos con el objetivo de hacer que Estados Unidos no sea competitivo”. Una inmensa mayoría de científicos creen que los humanos están provocando el cambio climático; y el mes pasado una ciudad rusa del Círculo Polar Ártico registró una temperatura récord de 38 °C .

Imagen de portada: El presidente Trump y los fraudes (Ilustración fotográfica: Yahoo News; fotos: AP, Getty Images (2))

Christopher Wilson