Trump y DeSantis logran influenciar elecciones y se perfilan como ganadores en Miami-Dade | Editorial

El gobernador Ron DeSantis está presionando para convertirse en una fuerza omnipresente en la política de la Florida con seguidores leales en todos los niveles del gobierno que impulsarán su agenda. Ha tomado una página del manual del hombre cuyo apoyo lo impulsó al estrellato político hace cuatro años: Donald Trump.

Los apoyos en las contiendas locales son sus herramientas más eficaces para ejercer el poder hasta el nivel más específico de cómo se administran las comunidades en la Florida. Y esa estrategia está funcionando.

En el Condado Miami-Dade, dos miembros de la junta escolar respaldados por DeSantis se impusieron en las primarias del martes. La maestra Monica Colucci desbancó a quien fuera la titular por 24 años Marta Pérez, una conservadora que cayó en desgracia con los republicanos después de votar por un mandato de uso de mascarillas el año pasado. De los 30 candidatos respaldados por DeSantis en todo el estado, 19 ganaron directamente y seis se dirigen a la segunda ronda, informó el Herald.

Los dos candidatos a la comisión del condado que Trump respaldó también tuvieron un buen desempeño. Kevin Cabrera, un ex empleado de la campaña de Trump que se presentó con una plataforma de “Miami-Dade Primero”, salió adelante en el Distrito 6, pero tendrá una segunda ronda en noviembre. J.C. Bermúdez ganó un escaño en el Distrito 12 seis días después de obtener el respaldo de Trump.

La importancia del ex presidente en esa contienda es objeto de debate, ya que Bermúdez también obtuvo el respaldo de la alcaldesa de Miami-Dade, la demócrata Daniella Levine Cava. Bermúdez es el conocido alcalde de Doral y enfrentó a una candidata no apta, una ex comisionada de Sweetwater que se vio obligada a dejar su puesto tras declararse culpable de perjurio. Sophia Lacayo también intentó presentarse como candidata trumpista, usando al ex presidente en los materiales de campaña.

Se supone que no son partidistas

Las elecciones para la junta escolar y la comisión del condado no son partidistas, lo que significa que los candidatos no declaran su afiliación política. Antes se consideraban contiendas electorales secundarias, a las que pocos votantes prestaban atención. Ahora los republicanos ven el potencial de esas contiendas como guerras de poder, donde políticos como DeSantis y Trump pueden exportar un estilo de política de “nosotros contra ellos”.

El resultado final es que los gobiernos locales corren el riesgo de convertirse en no partidistas solo de nombre.

Hace menos de un año, la mayoría de los floridanos nunca habían oído hablar de la teoría crítica de la raza, un área de estudio académica de 40 años de antigüedad centrada en cómo el racismo está incrustado en los sistemas y políticas legales.

Ahora las escuelas se ven obligadas a hacer frente a la indignación que DeSantis y los republicanos han creado y a la percepción de que la teoría es un tema generalizado en las aulas de educación básica (los distritos han negado que sea parte del plan de estudios). Quién sabe cuál será el próximo tema inventado del día. Cuantos más aliados leales tengan DeSantis y Trump a nivel local, más eficazmente podrán mantener su plataforma en el centro del escenario.

DeSantis adoptó medidas sin precedentes para insertarse en las elecciones locales este año. Pidió a los candidatos a las juntas escolares que buscaron su apoyo que rellenaran un cuestionario con preguntas como: “¿Está usted de acuerdo en que los estudiantes deben ser educados y no adoctrinados?”. El comité político de su vicegobernadora también pagó anuncios en apoyo de Colucci.

No está claro cuánto podemos extrapolar de estas victorias. En Miami-Dade, DeSantis y Trump se involucraron en distritos que se inclinan fuertemente por los republicanos. No es ningún secreto que Trump sigue siendo popular entre los electores republicanos (los electores de las primarias también tienden a ser los más partidistas). DeSantis ha seguido machacando sobre los temas de la guerra cultural que recibieron una cobertura omnipresente por parte de los medios de comunicación conservadores: la teoría crítica de la raza, la “ideología progresista” y el escepticismo ante las vacunas y el uso de mascarillas.

DeSantis dio en el clavo

No se equivoquen: el martes fue una victoria para DeSantis. Su retórica divisiva es una distracción de los problemas reales que afectan a la educación pública, pero ha tocado un nervio entre algunos padres y electores preocupados por no tener suficiente influencia sobre lo que los niños están aprendiendo y que se oponen a los mandatos de usar mascarillas

Y hay indicios de que su involucramiento quizá haya aumentado el interés en las elecciones a las juntas escolares. Un promedio de 30,000 votos fueron emitidos en esas contiendas en Miami-Dade, en comparación con un promedio de 25,000 en las contiendas primarias de las elecciones intermedias de 2018, informó el Herald.

Trump, quien ha repartido avales como fichas políticas y ha ayudado a muchos negacionistas electorales a ganar primarias en todo el país, no hace nada por la bondad de su corazón. Tampoco lo hace el astuto DeSantis.

Los apoyos, después de todo, no son gratuitos.