Trump denuncia ‘estafa’ del Canal de Panamá e insiste en que exigirá su devolución
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, denunció este domingo que su país está sufriendo una “estafa” del Canal de Panamá e insistió en que exigirá su devolución si no se reducen las tarifas que cobra para su tránsito.
Durante su intervención en un foro de la organización ultraconservadora Turning Point en Phoenix (Arizona), Trump se hizo eco de las críticas que lanzó el sábado en redes sociales contra el Canal de Panamá, que estuvo controlado por Estados Unidos hasta 1999.
“Nos están estafando en el Canal de Panamá como nos están estafando en todas partes”, declaró Trump, quien subrayó que esa vía interoceánica es “crucial para el comercio estadounidense y el rápido despliegue de la Marina”.
El republicano denunció que las tarifas que cobra Panamá son “sumamente injustas” y no tienen en cuenta la “extraordinaria generosidad” que tuvo Estados Unidos al cederle “tontamente” la gestión del canal.
“Si no se respetan los principios, tanto morales como legales, de este magnánimo gesto de generosidad, exigiremos que el Canal de Panamá sea devuelto a Estados Unidos”, continuó. “Por lo tanto, funcionarios de Panamá, les pido que se guíen en consecuencia”, advirtió.
El canal de Panamá fue construido por Estados Unidos, que lo inauguró en 1914 y lo administró hasta su traspaso al Estado panameño el 31 de diciembre de 1999, como quedó establecido en los Tratados Torrijos-Carter firmados el 7 de septiembre de 1977 en Washington por los entonces presidentes de Panamá Omar Torrijos (1929-1981) y estadounidense Jimmy Carter (1977-1981).
Trump, quien asumirá el próximo 20 de enero el Gobierno estadounidense, se quejó este sábado a través de un mensaje en la red Truth Social de las tarifas “exorbitantes” y el manejo del Canal de Panamá, y amenazó con exigir su “devolución” si no se respetan los principios “morales y legales”.
También criticó a Carter (1977-1981), quien “tontamente lo regaló, por un dólar, durante su mandato”, y volvió a reclamar que China tiene injerencia en la administración de la vía acuática, por la que pasa alrededor del 3% del comercio mundial.