Las troyanas de Birmania: la vida de las mujeres que padecen el conflicto asiático

Bruselas, 22 mar (EFE).- Entre las voces invisibles de las mujeres en Birmania se encuentra una mujer que cava su propio refugio antibombas, una activista en las calles, profesoras, madres y refugiadas que, de diferente etnia y religión muestran (como pocas veces) su realidad cotidiana en mitad de un conflicto que parece no tener fin.

La muestra 'Nuestras voces, nuestras necesidades', expuesta durante tres días y hasta este viernes en Bruselas, recopila alrededor de siete temáticas las obras de 25 artistas que cuentan la lucha de las mujeres en la deteriorada situación humanitaria de Birmania.

"Las mujeres son vistas en los conflictos como personas frágiles que tienen que ser protegidas, esta es la narrativa dominante. Aquí vemos a mujeres como madres y guerreras, médicos en primera línea, mujeres encarceladas por ser políticamente activas", explicó a EFE una de las comisarias de la muestra Nyein Chan May.

En febrero de 2021, un golpe militar detuvo la transición democrática de Birmania, con efectos devastadores para sus comunidades, donde hasta la fecha, más de 7.200 civiles han sido asesinados y cerca de 20.000 detenidos.

Para conocer la realidad de "las troyanas" del sudeste asiático, el visitante ha de atravesar un túnel confeccionado con ropa de mujer que, según advierte, "no se responsabiliza de la pérdida de masculinidad que cause durante o después de la visita".

Según supersticiones de algunos pueblos en Birmania, caminar bajo la ropa tendida de una mujer puede traer consecuencias negativas para la virilidad. Ahora, ellas cuelgan su ropa a la entrada de las casas y las calles a fin de impedir la entrada de los soldados.

La exposición reúne documentales, fotografías, pinturas, poemas e instalaciones que describen el conflicto hasta este momento, cuando la junta birmana ha comenzado a realizar reclutamientos forzosos de cientos de rohinyás.

"Sabemos que las empresas están perdiendo cerca del 80 % de su personal porque la gente está empezando a huir para evitar el reclutamiento. Es muy similar a lo que sucedió en Rusia hace un año", afirmó a EFE el responsable creativo y comisario de la exposición, Donald Eastwood.

Una de las obras recrea el momento de recibir la llamada del reclutamiento, con un móvil roto expuesto y fotografías de las pocas opciones que quedan sobre la mesa en ese momento.

"Somos los supervivientes de una vida injusta, viviendo como si no existiera la vida de un ser humano. Solo llamado como refugiado rohinyá. Para nosotros todo es limitado, incluso los movimientos", reza uno de los poemas, firmado por Parmin Fatema, poetisa que vive en el campo de refugiados de Cox's Bazar (Bangladesh).

Al navegar entre las entrañas de los conflictos étnicos en Birmania, la exposición se encuentra de lleno con las cuestiones de género, identidad y religión.

La instalación de la artista Kyaw Min Hlet adorna con cabello real de su difunta tía abuela una marioneta de madera para hablar de los roles de esposa, madre o trabajadoras que deben suplir las mujeres en la conservadora sociedad birmana.

Eastwood, también fundador de la agencia Bridge que organiza junto con el Parlamento Europeo la exposición, resaltó la distancia cultural que separa a Birmania de otros conflictos como el de Ucrania o Gaza, y cuya situación humanitaria comienza a tener cada vez menos prioridad.

La vicepresidenta del Parlamento Europeo, la finlandesa Heidi Hautala, quien patrocina esta exposición, destacó a EFE sobre la situación en Birmania que "ya existe la sensación de que en los últimos meses las fuerzas democráticas y la resistencia habían ganado territorio".

La Unión Europea (UE) ha comprometido más de 290 millones de euros en los últimos tres años para abordar la crisis de Birmania, donde 2,6 millones de personas han sido desplazadas dentro de las fronteras y 18,6 millones necesitan apoyo humanitario, frente al millón antes del golpe.

Laura P. Gutiérrez

(c) Agencia EFE