Tribunal falla a favor de desarrollador hotelero de Florida acusado de fraude por inversionistas

Una jueza de Miami que supervisa una demanda contra el desarrollador de hoteles Rodrigo Azpúrua se pronunció a favor del empresario venezolanoamericano, diciendo que las dos docenas de inversionistas que le demandaron no pudieron demostrar que haya cometido alguna irregularidad.

La jueza del circuito de Miami-Dade Lisa Walsh rechazó el martes la moción de los inversionistas de que reconsiderara su fallo anterior, que desestimó las acusaciones presentadas por los inversionistas contra Azpuúua y su esposa, Dania Carmela Azpúrua, de que malversaron deliberadamente los fondos proporcionados por ellos para el desarrollo de un hotel La Quinta y un hotel Tryp en Orlando.

Describiendo las acusaciones hechas en su contra como difamatorias, Azpurua insistió desde el principio en que los problemas del grupo hotelero fueron causados por la pandemia de coronavirus.

La decisión tomada por la jueza esta semana ratifica su fallo anterior, declarando que los demandantes “no han cumplido con su obligación de ‘demostrar claramente’ el fraude”, dictaminó.

Los inversionistas habían pedido a la jueza que nombrara un receptor, un experto designado por el tribunal para supervisar la propiedad.

Pero “el hecho de que los hoteles no hayan sido gestionados de la manera más eficiente después de la pandemia en términos de gastos por habitación o tasas de gastos operativos no justifica la medida extraordinaria de nombrar un síndico”, añadió la jueza.

“Los demandantes no presentaron ninguna prueba de que los demandados robaran, malversaran o hicieran mal uso de fondos o ingresos de ninguna manera que justificara el nombramiento de un síndico”, sostuvo.

Azpíurua, al celebrar la decisión de la corte, dijo que el pronunciamiento permitirá a su empresa proceder con la venta de los hoteles y recuperar la mayor cantidad de dinero posible para los inversionistas.

“Entendemos la ansiedad de los inversionistas, ya que las pérdidas operativas hicieron que su capital disminuyera. Pero, como ocurre con prácticamente con todos los desarrollos inmobiliarios, este emprendimiento conllevaba riesgos y el drástico cambio de las condiciones del mercado provocó la pérdida de valor”, dijo en un comunicado.

“Con sus acciones, incluida la demanda, los demandantes crearon una situación de dificultad con el banco de los proyectos”, añadió, lo que provocó “un impago del préstamo de construcción y el cobro de una tasa de interés más alta. Además, cuanto más se demore una venta, las pérdidas operativas seguirán acumulándose y más se perderá ese valor”.

Azpúrua, un residente de Weston que aparecía en ocasiones en programas de televisión y escribía columnas en los periódicos para promocionar sus proyectos, recaudó millones de dólares de inversionistas individuales, que iban desde $50,000 hasta un $1 millón cada uno.

Algunos de los inversionistas proporcionaron el dinero en virtud del Programa de Inversionistas Inmigrantes EB-5 del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, que alienta a los extranjeros a invertir y puede conducir a la residencia en Estados Unidos.

El empresario, que ha estado involucrado en el sector inmobiliario del sur de Florida desde mediados de la década de 2000, es el propietario de Riviera Point, una compañía que recaudó decenas de millones de dólares a través del programa de visas EB-5.

Durante la última década, la empresa completó la construcción de cinco edificios de oficinas en Doral y Miramar a través del programa, que otorga a los extranjeros el derecho a residir en EEUU si invierten al menos $500,000 en proyectos de creación de empleo.

En años más recientes, Riviera Point ingresó al negocio de construcción y administración de hoteles, construyendo La Quinta Del Sol Orlando Hotel en 2019, Tryp by Wyndham Orlando Hotel en 2020, La Quinta Inn & Suites Sebring Hotel en 2020 y el Radisson Red Miami Airport Hotel en 2021, según el sitio web de la empresa.

Pero la empresa no pudo completar todos los proyectos. Un segundo hotel que estaba programado para construirse cerca del Aeropuerto Internacional de Miami nunca se construyó, a pesar de que se había comprado el terreno.

Si bien los hoteles de Orlando se construyeron y comenzaron a operar, pronto tuvieron problemas como consecuencia del brote de coronavirus, que afectó a la industria turística de la ciudad.

Los problemas empeoraron cuando la empresa se vio incapaz de cumplir con los términos de un préstamo de $17.3 millones obtenido del Apollo Bank en Miami, que luego fue adquirido por Seacoast Bank.

El brote de COVID-19 fue la gota que derramo el vaso, dijo Azpúrua.

“Los problemas de flujo de efectivo en los hoteles provienen de las condiciones del mercado que comenzaron con la pandemia y se agravaron con la inflación y un mercado hotelero débil en Florida Central: baja ocupación, mayores costos de mano de obra, alimentos y seguros, y la realidad de que las condiciones del mercado hacen imposible cobrar tarifas de habitación más altas”, dijo.

Y las cosas empeoraron con la acción legal emprendida por sus inversores, agregó.

“En lugar de aceptar los desafortunados hechos de lo que causó los problemas financieros, los demandantes están siguiendo la falsa narrativa de que fueron causados por la gerencia que desvió fondos de los hoteles. Nada podría estar más lejos de la verdad “, manifestó.