Solo tienes tres minutos para causar buena impresión
Durante las últimas décadas la principal ocupación de la Neurociencia o la Psicología ha sido intentar comprender los mecanismos que utiliza nuestro cerebro para obtener información del mundo exterior, analizarla y ofrecer una respuesta para interactuar con la realidad. Miles de estudios científicos en este campo se han dedicado a entender cómo captamos el mundo exterior, cómo procesamos esa información para obtener un resultado. Una de las más sorprendentes conclusiones a la que hemos llegado es que la evolución ha conseguido que seamos realmente rápidos en este proceso, casi inmediatos.
Precisamente hoy, 12 de febrero día de Darwin, resulta interesante recordar que la naturaleza, mediante la selección natural, ha favorecido aquellos mecanismos y atajos neuronales que ofrecían una ventaja en determinadas situaciones. Se suele decir que somos herederos de aquellos que reaccionaron con rapidez ante la amenaza de un depredador en la selva y esa velocidad de análisis y respuesta, aún hoy se ve reflejada en infinidad de aspectos de nuestra vida cotidiana. Nuestro cerebro es increíblemente rápido catalogando y clasificando cosas o situaciones. Esto no me gusta, está demasiado salado, esa persona me cae bien, esta situación no me da buena espina, aquel es un presuntuoso… estas opiniones se forman en nuestro cerebro a una velocidad pasmosa, y ya sabemos lo que se suele decir: la primera impresión es la que cuenta.
Posiblemente el estudio científico más importante en este campo se publicó en 2009 en la Revista Nature Neuroscience y se titulaba “el mecanismo neuronal de las primeras impresiones”. Un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva York dirigido por la célebre neurocientífica Elizabeth Phelps lograba identificar las diferentes áreas cerebrales implicadas en este proceso. Utilizando técnicas de imagen por resonancia magnética funcional (IRMf) los investigadores señalaban principalmente dos áreas cerebrales: la amígdala y la corteza cingular posterior. La evaluación y la opinión que nos formamos de los demás se crea tras un rápido procesamiento de la información, tan rápido que bastan con unos pocos segundos o minutos para que ya tengamos una primera opinión de alguien que acabamos de conocer.
En la actualidad, un equipo de investigadores canadienses ha publicado un nuevo artículo en el Journal of Research in Personality donde miden la velocidad de esas primeras impresiones, y su porcentaje de acierto, utilizando un ingenioso método: una reunión de citas rápidas.
Determinar cómo nos ven los demás no es una tarea fácil , pero los responsables del estudio prepararon un experimento en el que invitaron a 372 voluntarios a participar en un encuentro de citas rápidas, donde solo tendrían tres minutos para calificar las diferentes personalidades que iban conociendo. Antes de este evento, los investigadores pidieron a cada participante que rellenaran un cuestionario diseñado para evaluar tanto su personalidad como su sensación de bienestar. Tras las citas rápidas de tres minutos, los voluntarios debían rellenar ese cuestionario respecto a las personas que habían conocido. Los autores del estudio podrían así comparar los resultados de ambos cuestionarios y ver qué grado de acierto tenían los participantes, después de haberse conocido solamente durante tres minutos.
Este experimento de citas rápidas, cara a cara, sería muy difícil de realizar en nuestros días, pero afortunadamente las entrevistas se llevaron a cabo en Montreal, divididas en varios encuentros en momentos anteriores a la pandemia actual, por lo que los investigadores pudieron analizar los datos obtenidos en aquellas reuniones y mostrar ahora el resultado de su análisis. Las conclusiones son que, efectivamente, las primeras impresiones se aproximaban mucho a la personalidad de cada participante y que, incluso las ideas surgidas a partir de ese breve lapso de tres minutos, eran “significativamente precisas”.
Los resultados, además, confirman otro trabajo que el mismo equipo publicó en 2011 sobre el mismo tema: sus primeras impresiones sobre un desconocido suelen ser precisas. En esta ocasión, el estudio se realizó fuera del ambiente romántico de las citas y se centró en reuniones más profesionales… aunque las conclusiones fueron muy similares: La mayoría de las personas pueden juzgar con precisión a un completo extraño después de una breve reunión de apenas unos minutos.
Muchas decisiones importantes se toman después de encuentros muy breves: qué candidato contratar, con quién voy a salir, a quién voy a aceptar como compañero de piso… saber que nuestro cerebro procesa con velocidad y precisión toda esa información, incluso en una breve entrevista de minutos, ofrece un punto de tranquilidad respecto a nuestras decisiones, aunque también añade algo de presión en los primeros momentos para dejar una buena impresión.
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Referencias científicas y más información:
Kerr, Lauren Gazzard, et al. “Are Some First Dates Easier to Read than Others? The Role of Target Well-Being in Distinctively Accurate First Impressions” Journal of Research in Personality, (2020) ScienceDirect DOI:10.1016/j.jrp.2020.104017.
Schiller, D., Freeman, J., Mitchell, J. et al. “A neural mechanism of first impressions” Nature Neuroscience 12, 508–514 (2009). DOI:10.1038/nn.2278