Un traje a medida y confeccionado de apuro para para cumplir los deseos de Cristina en la causa que más temía

El gesto de Cristina Kirchner en el acto del viernes
El gesto de Cristina Kirchner en el acto del viernes

El ejemplo clásico es el del muerto que aparece, y resulta que no había muerto, justo cuando estaba a punto de empezar el juicio oral contra su supuesto asesino. La inexistencia de delito es evidente, aunque el Código Procesal Penal no prevea expresamente esa causal de sobreseimiento a las puertas del juicio. El debate no se hace y el acusado es sobreseído.

Así de excepcional debe ser el motivo que justifique poner fin a un proceso a estas alturas. El juicio oral tiene que ser innecesario “fuera de toda posible discusión”, en términos del propio abogado de Cristina Kirchner.

Caso Hotesur: la trama del alquiler de hoteles a Lázaro Báez que le reportó millones a la familia Kirchner

Siete años lleva Comodoro Py investigando los negocios hoteleros de los Kirchner y empresarios amigos. Las pruebas acumuladas ocupan una habitación entera en el edificio de la Armada que está en frente de los tribunales de Retiro. Decenas de fallos que hicieron avanzar las causas (Hotesur y Los Sauces, hoy fundidas en una) y de recursos de revisión contra esas sentencias. Algunos, todavía en la Corte Suprema.

Jueces, fiscales, camaristas federales y de Casación respondieron los argumentos de las defensas para concluir que el caso merecía un juicio oral y público que determinara si Cristina Kirchner y sus compañeros de causa son culpables o inocentes. Si la Cámara Federal de Casación no revierte lo decidido hoy, ese juicio nunca existirá.

Los jueces Daniel Obligado, Adrián Grünberg y Adriana Paliotti, integrantes del tribunal que falló en favor de Cristina
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Los jueces Daniel Obligado, Adrián Grünberg y Adriana Paliotti, integrantes del tribunal que falló en favor de Cristina (Collage/)

Y la forma en que se tomó la decisión es al menos sospechosa. Menos de un mes le llevó a Tribunal Oral Federal 5 volver a revisar lo ya revisado y decidir el cierre de la causa. Lo hizo contrarreloj porque el martes próximo deja el tribunal Adrián Grünberg, que es subrogante. Lo resolvió sin esperar el resultado de dos peritajes que el propio tribunal había pedido y que está previsto que estén listos en diciembre y marzo próximos.

Además, falló contra lo dictaminado por el fiscal Diego Velasco, que pretendía que el juicio se hiciera y se quejó de que lo hubieran hecho contestar “una vista de 2300 páginas en el término de tres días”. Para él, el planteo de las defensas debía rechazarse “in limine” (sin trámite). “Los argumentos brindados ya fueron tratados en anteriores resoluciones judiciales de diversas instancias”, alegó. “Son parte de una incesante repetición”, dijo. “De un loop”. Citó 33 veces en las que, a su juicio, se discutieron los mismos planteos.

Grünberg y Daniel Obligado hoy le contestaron que la “práctica tribunalicia” acepta dictar sobreseimientos sin nuevas pruebas, con las mismas que ya había en la instrucción. Le dijo que “incluso el propio fiscal” lo había aceptado en otros casos.

Hoy, el tribunal de juicio hizo de sí mismo un nuevo tribunal de revisión. Los jueces que están llamados a hacer oral y público un proceso que hasta ahora fue escrito y secreto decidieron darle la razón a Cristina Kirchner y que no haya debate.

Los mismos jueces que anularon “dólar futuro” revisarán ahora Hotesur y el pacto con Irán

“Esto pasa porque todo el sistema funcionó muy mal. Ninguna de las instancias de revisión hizo su trabajo. Están todas cooptadas”, dijo a LA NACION una fuente que lleva años defendiendo a exfuncionarios kirchneristas en Comodoro Py. En las antípodas, otro abogado afirmó: “Ahora resulta que no te pueden hacer más juicios cuando te llamas Cristina”.

Las causas “dólar futuro” y “memorándum con Irán” tuvieron el mismo final. Pero en esos casos buena parte de quienes caminan Comodoro Py, incluso muchos muy críticos del kirchnerismo, coincidían en que esos expedientes nunca debieron haber llegado tan lejos. Para Hotesur-Los Sauces se esperaba otro final.

No solo por la enorme relevancia institucional del caso (la principal acusada es la vicepresidenta, dos veces presidenta y principal líder de la coalición gobernante), sino porque era la única causa que quedaba en pie de las que investigaban los negocios de los Kirchner.