‘Traiciones y transgresiones’, el arte de la traducción poética
Traduttore, traditore, dice el conocido refrán italiano. No sé quién lo acuñó, pero es evidente su intención peyorativa. Desafortunadamente con demasiada frecuencia es empleado para referirse a la labor de los traductores. Lo he visto también, con las mismas coincidencias fónicas del original, traducido al español: Traductor, traidor.
En realidad, los traductores no son traidores de los escritores. En todo caso serían sus aliados. Sin ellos, sus obras no se conocerían más allá de las fronteras de sus países, ya que como dijo Saramago en alguna ocasión: “Los escritores hacen las literaturas nacionales y los traductores, la literatura universal”.
Como quiera que sea, lo cierto es que el oficio de traductor puede llegar a ser uno de los más ingratos del mundo. Sobre todo, cuando se trata de la traducción poética, como bien sabe el poeta y traductor, Juan Cueto, que acaba de publicar, Traiciones y transgresiones -Treasons and transgressions- (Editorial Betania, 2024), un libro bilingüe en el que incluye algunas de sus -como él mismo las llama- “traiciones favoritas”.
Se trata de poemas traducidos del inglés al español y escritos por algunos de los más importantes autores de la literatura estadounidense, como Dorothy Parker, de quien escojo el titulado, Resumé: “El mar es muy frío;/ muy húmedo el río;/ las cuchillas duelen;/ y los nudos ceden. / Huele horrible el gas/ y el veneno aún más, / …y es tan corrosivo;/ mejor sigues vivo”. O como este de Carl Sandburg con el título de Huesos: “Échenme al fondo del mar/. Que me amortaje la humedad y la sal/. No habrá arado de granjero que quiebre mis huesos”.
En la segunda sección, titulada Transgresiones, Cueto ha incorporado sus propios poemas, escritos originalmente en español y traducidos al inglés. Pero antes de que el lector llegue a ellos, hay un preámbulo en el que hace una aclaración sobre las dificultades que enfrentó al traducirlos: “Incluí el poema original, solo como referencia, no para que se compare con la versión en inglés, ya que hay palabras intraducibles, o sus equivalencias en inglés no son exactas ni idóneas y, en algunos casos, ni fonética ni poéticamente adecuadas”.
Es la única mención que encontraremos sobre “las tribulaciones de un traductor”, como Cueto llama a las complicaciones técnicas que debió resolver mientras traducía los poemas. Pero, me pregunto: ¿quién puede descubrir, comparándolos, alguna inapropiada equivalencia en estos versos? Por ejemplo, en español, escribió: “El árbol, preso en sus raíces, se fuga con el alba en un sueño de alas”. Y en inglés: “The tree, imprisoned by its roots, escapes at dawn in a dream of wings”.
Desde luego, siempre habrá quien la encuentre. Y es que, a veces, el traductor -en este caso el propio Cueto- debe escoger entre una absoluta literalidad o una amplia y creativa interpretación. Y, además, debo añadir, sin que el texto pierda su esencia. Las traducciones, como se ha dicho, no son perfectas. Por eso creo que una incorreción no debe ser considerada una traición.
Traiciones y transgresiones –Treasons and transgressions- (Editorial Betania, 2024), es un libro cuidadosamente editado en el cual es posible encontrar, no solo una importante parte de la extensa obra poética de Cueto, sino también su valiosa labor como traductor. Uno no puede menos que imaginar, sabiendo las dificultades que existen en la traducción poética, los obstáculos que debió superar para llegar al final. Sin embargo, lo logró. Si traicionó a los poetas traducidos o a sí mismo, no es importante. Al menos, para mí, no lo es.
Juan Cueto-Roig nació en Caibarién, Cuba. Se exilió en 1966. Ha escrito una veintena de libros: poesía, cuentos, crónicas y traducciones. En 2009 The Florida Book Award le otorgó la medalla de oro por Veintiún cuentos concisos, como el mejor libro publicado en español en el Estado. Es miembro del PEN Club de Escritores Cubanos Exiliados.