La tragedia de las gemelas argentinas de Sallent reabre en España el debate sobre los niños trans

Dos Gemelas se precipitaron del tercer piso de un edificio en Sallent, España, una murió y la otra está en grave estado
La tragedia ocurrió en la localidad catalana de Sallent, más de 70 kilómetros de Barcelona - Créditos: @Captura

BARCELONA.– La aprobación por el Congreso de los Diputados la semana pasada de la llamada “ley trans”, que se basa en el principio de la autodeterminación de género, parecía haber puesto fin a la polémica sobre los derechos de las personas trans que rodeó la redacción de la legislación de la norma. Sin embargo, la tentativa de suicidio de dos hermanas argentinas de 12 años en la localidad catalana de Sallent, que se saldó con la muerte instantánea de una de ellas y dejó a la otra en estado crítico, ha reabierto el debate en las redes sociales.

Según han filtrado varios medios, como el diario El Mundo, en las cartas de despedida que dejaron las pequeñas aludían a la falta de comprensión por el hecho de que una de ellas quería transitar al género masculino.

Estoy cansada de que me hagan bullying en la escuela, no lo soporto”, rezaba la nota de Alana, la gemela que perdió la vida tras precipitarse al vacío y que había solicitado a su entorno que la llamaran Iván, porque sentía que era un niño. “Yo esto lo voy a sufrir el resto de mi vida y tomé la decisión de no seguir”, añade la nota.

En su mensaje, Leila, su hermana, habría dejado escrito: “Disculpas a todos, ustedes saben de lo que yo amo a mi hermana, yo vi todo el bullying que sufre ella, voy a hacer lo que ella decida. La voy a acompañar donde ella quiere”.

Las cartas se hallan en posesión de los Mossos d’Esquadra, la policía autónoma catalana, que no ha querido confirmar a LA NACION la veracidad del contenido de las notas.

En una comparecencia pública, Josep González-Cambray, el Consejero de Educación del Gobierno de la Generalitat, anuncio ayer la apertura de una investigación paralela a la que realizan los Mossos por parte de la unidad encargada de los casos de violencia y acoso escolar. “El centro no había detectado en ningún caso una problemática relacionada con el bullying”, declaró González-Cambray.

De momento, la dirección del colegio al que asistían las gemelas, el Institut Llobregat de Sallent, se ha limitado a informar que ambas recibían orientación por parte del psicólogo del centro. Por su parte, el entorno de las pequeñas ha declarado que también eran objeto de burlas por su condición de extranjeras y su acento, una hipótesis que está siendo investigada por las autoridades. La familia residía en Sallent desde hace más de un año y medio y también contaba con un hijo varón de menor edad.

Muestras de duelo

Las muestras de duelo por la desgracia han sido unánimes en Sallent, y la entrada del edificio donde residía la familia se ha llenado de velas. Ayer por la tarde, hubo una manifestación en la que participaron familiares y compañeros de clase: recorrieron las calles de Sallent pidiendo justicia.

Entre las entidades que reaccionaron de manera más rápida se cuenta el Observatorio contra la Homofobia. “Una noticia que nos rompe el corazón, un niño trans de 12 años se suicida en Sallent. Una muerte marcada por la intolerancia, el bullying y la transfobia. Enviamos todo el calor al entorno de Iván y nos ponemos a disposición en caso de que se solicitara acompañamiento psicosocial y jurídico”, reza su comunicado público.

La tragedia ha llegado cuando acaba de entrar en vigor la “ley trans” con la que el Gobierno liderado por el socialista Pedro Sánchez ha querido acomodar las demandas de la comunidades LGTBI y transgénero. Con esta legislación, las personas mayores de 16 años ya pueden dirigirse al Registro Civil por sí mismas y pedir un cambio de sexo, sin la necesidad de presentar ningún informe. Es decir, se despatologiza el hecho de no sentirse a gusto con el sexo biológico.

La cuestión que suscitó uno de los más acalorados debates en el Congreso es la situación de los menores de 16 años. Finalmente, las personas de entre 14 y 16 años deben cursar la solicitud acompañadas por sus representantes legales, mientras que los niños de entre 12 y 14 años necesitan una autorización judicial para hacerlo. Los menores de 12 años no pueden llevar a cabo el cambio registral, pero sí modificar su nombre en la carta de identidad y ser tratados por el nombre que deseen.

La principal impulsora de la ley fue la Ministra de Igualdad, Irene Montero, del partido Unidas Podemos. Ayer, en la obertura del Encuentro Internacional Feminista, Montero ha citado el caso de Sallent al inicio de su intervención: “Creo que lo primero que toca decir hoy es: se llamaba Iván. Y que nadie más tenga que sufrir por ser quién es”.

Al aprobarse la ley, Montero proclamó en el pleno que ya es posible que “las infancias trans sean reconocidas y que encuentren comprensión donde antes encontraban burla”, así como para evitar que una personas transgénero o LGTBI puedan ver cómo se les niega el alquiler de un piso por su identidad sexual.

La ley contó con el rechazo de la oposición, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, ha prometido derogarla si vence en las elecciones generales, previstas para finales de año. La portavoz del PP en el Pleno, Pilar Moro, acusó al Gobierno de “experimentar con las personas” y auguró que la ley tendrá “consecuencias dañinas” y “efectos irreversibles”.

Según los psicólogos, el rechazo a las personas transgénero provoca un gran sufrimiento que puede desembocar en conductas suicidas, sobre todo entre los adolescentes. “Con los datos en la mano, los jóvenes trans, sobre todo las chicas, presentan una tasa de intentos de suicidio más elevada que el resto de jóvenes. El riesgo de suicidio se multiplica por ocho entre los adolescentes trans que se sienten rechazados de manera elevada por su familia”, explica Joan Roa, psicólogo experto en prevención del suicidio.

Ante tal realidad, la gran duda que deberán desvelar las investigaciones en curso es si la menor fallecida recibió el tratamiento adecuado por parte de las instituciones públicas.