Qué fue la Tragedia de Aberfan, el "mayor arrepentimiento" de la reina Elizabeth

Viernes 21 de octubre de 1966, 9.15 de la mañana. Una escombrera de una mina de carbón colapsa por la acumulación de agua de lluvia y baja en olas de barro de hasta nueve metros de alto hacia el pueblo galés de Aberfan, destruyendo a su paso la escuela primaria de Pantglas.

¿El saldo? 144 víctimas fatales, de las cuales 116 fueron niños, la mayoría de entre siete y diez años.

El incidente, conocido como la Tragedia de Aberfan, acaba de ser dramatizado en el episodio tres de la tercera temporada de The Crown, la serie de Netflix que dramatiza algunos de los acontecimientos más importantes ocurridos durante el reinado de Elizabeth II.

Y, como queda claro durante el capítulo, la -postergada- reacción de la monarca británica a esta catástrofe sigue siendo, hasta el día de hoy, causa de un gran arrepentimiento.

¿Qué pasó?

Las intensas lluvias que cayeron sobre Aberfan en las primeras tres semanas de octubre ocasionaron un desprendimiento de la pila 7, como se conocía a la montaña de 34 metros compuesta por casi 230.000 metros cúbicos de desechos provenientes de la extracción de carbón.

Entre la noche del 20 y la madrugada del 21 de octubre, la acumulación de agua redujo en casi tres metros la altura de la pila y produjo un agujero en el suelo. Los operarios de la mina recién descubrieron la situación a las 7.30 y decidieron suspender las tareas del día.

Pero, poco menos de dos horas después, las cenizas y partículas de carbón mojadas cayeron sobre el pueblo. "Fue como una ola brillante y oscura", dijo posteriormente G. M. J. Williams, un ingeniero que participó de la investigación del desastre.

Los alumnos del Pantglas Junior School acababan de entrar a sus aulas y les estaban por tomar asistencia cuando esa marea negra arrasó con ellos. En total, murieron cinco maestros y 109 chicos, de los 240 que asistieron a clase. Era el último día antes de las vacaciones.

La destrucción también alcanzó a la escuela secundaria vecina y a 18 casas. Cuando el desprendimiento finalmente se detuvo, el material que integraba la ola volvió a endurecerse, asfixiando en su interior a todas las personas que había arrastrado.

La Junta Nacional del Carbón, el organismo a cargo de controlar la industria minera nacionalizada en Reino Unido, fue culpada por el incidente, pero ningún funcionario fue condenado.

Culpa real

En The Crown, Elizabeth -interpretada por Olivia Colman- resiste los pedidos de su primer ministro, Harold Wilson -Jason Watkins- de visitar Aberfan.

Aunque no existe certeza de que la causa de esa negativa -que recién se devela cerca del final del episodio- haya sido la que efectivamente arguyó en la vida real, sí se sabe que la monarca retrasó bastante la decisión.

Primero envió un mensaje de pésame el día de la tragedia. A la mañana siguiente, su esposo, el príncipe Philip, visitó la zona del desastre. Pero ella continuó negándose.

"Seguimos presentándole nuestros argumentos, pero nada de lo que dijimos podía persuadirla", dijo un asesor de la reina en Monarca: La vida y reinado de Elizabeth II, el libro biográfico escrito por Robert Lacey y publicado en 2002.

Debió transcurrir una semana para que ella se acercara a brindar sus condolencias a las familias de las víctimas, sobrevivientes y miembros de los equipos de rescate. Durante la visita, depositó una corona en las tumbas de los fallecidos y recibió de manos de una nena un ramillete de flores con una inscripción desgarradora: "De los niños que quedaron de Aberfan".

Las cámaras y testigos registraron una Elizabeth que no habían visto antes: una mujer cálida con los conmocionados vecinos de ese rincón de Gales y visiblemente triste por todo lo acontecido.

Años después, el experto en noticias reales Gyles Brandreth le preguntó a Lord Martin Charteris, exsecretario privado de la reina, cuál había sido el mayor arrepentimiento de su jefa. El hombre no dudó: "Aberfan".

Quizá por eso, Elizabeth realizó más visitas a ese pueblo en los años siguientes que cualquier otro miembro de la familia real. Volvió en 1973, 1997 y 2012. En 2016, cuando se celebró el 50° aniversario de la tragedia, fue su hijo, el príncipe Carlos, quien viajó a Gales a leer un mensaje en el que ella alababa la entereza de sus habitantes.

"Recuerdo muy bien mi visita con el príncipe Philip después del desastre -dijo-. Desde entonces, hemos regresado en varias ocasiones y siempre nos ha impresionado profundamente la notable fortaleza, dignidad y espíritu indomable que caracteriza a la gente de este pueblo".