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Tradiciones navideñas que valen la pena rescatar
Los rituales y las costumbres navideñas son esenciales para transmitir valores familiares. Son esos pequeños momentos para hacer una pausa y sentir al verdadero espíritu de la Navidad. Con el tiempo se han ido perdiendo muchas, y quizás hemos incorporado otras, pero en cualquier caso, vale la pena recordar esas tradiciones culturales que nos dan sentimiento de pertenencia y nos unen con nuestra comunidad.
El muérdago
No es solo una costumbre de las películas norteamericanas… lo de besarse bajo el muérdago es una más de las antiquísimas celebraciones de la Europa Celta que a través de los siglos fue evolucionando hasta acabar siendo una costumbre navideña. Los antiguos druidas creían en los poderes mágicos de esta planta capaz de curar enfermedades y mejorar la virilidad. Antiguamente besarse debajo del muérdago garantizaba la satisfacción y la fertilidad de la pareja.
Las novenas
Nueve días antes de Noche Buena se practica este ejercicio de devoción, con la intención de obtener la gracia antes de la llegada de la Navidad. Se reúnen las familias frente al pesebre para rezar y cantar villancicos, bailar y comer juntos.
La mesa de la abundancia
En Chile, hace algunos años, los vecinos se ponían de acuerdo para celebrar un día juntos. Cada familia debía de preparar un plato criollo y colocarlo en la mesa ‘de la abundancia’.
Las luces del arbolito
En Suecia existía la tradición de mantener el arbolito adornado con luces hasta 20 días después de la celebración de Noche Buena, y en Finlandia la costumbre era decorarlo con velas hechas en cada familia. En América algunas culturas dicen que decorar el árbol con luces blancas es símbolo de alabanza, con luces azules como símbolo de reconciliación, plateadas como agradecimiento y rojas como petición.
La estrella de Navidad
La estrella de Navidad es originaria de Filipinas, donde se hacen antorchas en forma de estrellas de cinco puntas, que iluminan la entrada de las casas. En la cultura latinoamericana suele colocarse en la parte superior del árbol de Navidad, y hace muchos años el encargado de colocar la estrella en el tope del arbolito era el más pequeño de la casa, con la ayuda de algún adulto que lo cargara.
Ropa interior de color
En varios países de Latinoamérica existe la tradición de llevar ropa interior de algún color, por ejemplo, en Argentina las mujeres la llevan color rosa como símbolo de alegría o fertilidad, y en Venezuela se solía utilizar ropa interior amarillo en año nuevo para augurar un año de prosperidad y buena suerte.
Enviar tarjetas de Navidad
Las tarjetas navideñas fueron inventadas por sir Henry Cole, quien en el año 1843 encargó a un amigo pintor que le dibujara y pintara una escena navideña, que luego mandaría a reproducir en una imprenta para después escribirle unos breves deseos de felicidad, firmarlas y enviarlas a amigos y familiares. En esta era tecnológica y digital se ha perdido la bonita costumbre de expresar nuestros deseos por escrito. Este año, en lugar de felicitar a tus seres querido por Instagram, ¿porque no enviarles una postal más especial?
Día de los inocentes
El 28 de diciembre es el día donde se juegan bromas unos con otros. ¿De dónde viene esta tradición? En el Nuevo Testamento, San Mateo relata cómo el rey Herodes ordenó una matanza en Belén para acabar con todos los niños menores de dos. Desde entonces, la Iglesia Católica conmemora cada 28 de diciembre la fiesta de los Santos Inocentes, para recordar esas crueles muertes infantiles. En los países anglosajones se celebra una fiesta similar el 1 de abril con el nombre de Fools’ Day (el “día de los tontos”).
‘Boxing Day’
En Australia existía la tradición del Día de las Cajas, se celebraba el 26 de diciembre y promovía la realización de donaciones y regalos a los más necesitados. Hoy en día es más que todo un día de esparcimiento, en donde se disfruta de dos grandes tradiciones deportivas locales. Pero valdría la pena rescatar y practicar la tradición de tener un día en Navidad dedicado a ‘dar’ a los demás.
La Misa de Gallo
La frase Misa de Gallo deriva del hecho que los antiguos romanos decían que el gallo comenzaba a cantar a la medianoche. El Papa Sixto III introdujo en Roma la costumbre de celebrar en Navidad una vigilia a medianoche, “en seguida de cantar el gallo”, en un oratorio ubicado “ante el pesebre” que estaba localizado justo detrás del altar principal de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma.
