Un nuevo trío aporta la risa y la buena vibra en el vestuario de los Marlins. ¿Podrá extenderse ese espíritu al terreno?

Entre al vestuario de los Marlins en el Roger Dean Chevrolet Stadium en Jupiter, Florida, y camine hacia el fondo.

No tardará en oír a un trío, alineados juntos en orden numérico, compartiendo algún tipo de risa.

En el extremo izquierdo está el utility Nick Gordon con el número 1 en la espalda. En el centro el jardinero Jazz Chisholm Jr. con el 2 y a la derecha el segunda base Luis Arráez con el 3.

“1-2-3. Somos una familia’’, expresó el venezolano Arráez.

“Somos hermanos. Venimos aquí y trabajamos duro”.

“Definitivamente tengo la mejor ubicación de los casilleros”, comentó Chisholm.

“No hay nada mejor que estar entre dos grandes tipos”.

El trío lleva ya algún tiempo entrelazado por caminos separados.

Gordon y Chisholm son amigos desde sus inicios en el béisbol, aunque el primero es dos años y medio mayor que el pelotero de Las Bahamas.

Arráez y Gordon estrecharon lazos cuando eran compañeros de equipo en los Mellizos de Minnesota.

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Y luego Chisholm y Arráez se acercaron cuando el jugador sudamericano se unió a los peces la temporada pasada.

Ahora, los tres están juntos al mismo tiempo compartiendo y con el objetivo común de ayudar a los Marlins a ir más allá de su clasificación a los playoffs la temporada pasada, manteniendo un buen ambiente en el vestuario.

“Solo buenas vibras”, aseguró Gordon.

“Muchas vibras positivas. Mucha buena energía”.

Arráez y Chisholm estuvieron en el centro de esas buenas vibras la anterior campaña cuando Miami pasó de ser un equipo modesto a conseguir su boleto a la postemporada por primera vez en una contienda completa, desde que ganó la Serie Mundial en 2003.

Ambos tienen personalidades contagiosas, aunque de maneras diferentes.

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Arráez es más reservado, al menos en comparación con Chisholm, pero los jugadores gravitan hacia su positividad.

Chisholm es más animado y conversa con muchos para mantener el ánimo.

Pero esa sana atmósfera se extiende más allá de ese trío como Gordon se apresuró a notar.

“Tan pronto como llegué aquí todo el mundo se me acercó, se presentaron, se rieron, bromearon”, declaró Gordon, a quien los Marlins adquirieron a principios de este mes en un canje con los Mellizos.

“Esas cosas son increíbles. Llegas aquí y ves que todo el mundo está muy unido. Los muchachos confían entre todos y se apoyan mutuamente. Definitivamente estoy tratando de asimilarlo y ser parte de eso”.

Pero si Miami quiere mantener ese espíritu de unidad y aprovechar el impulso de su avance a los playoffs la temporada pasada, las buenas vibraciones de este trío tendrán que extenderse también al campo de juego.

Arráez viene de una campaña donde ganó su segundo título consecutivo de bateo y durante un tiempo coqueteó con un average de 400.

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Una vez más, será el hombre clave en la ofensiva del equipo.

Chisholm jugará su segunda temporada completa en el jardín central y sabe que la prioridad debe ser mantenerse saludable.

En el 2023 jugó 97 partidos y estuvo ausente dos veces por lesión (dedo del pie y distensión oblicua).

A pesar de perderse más de 60 encuentros, bateó 19 jonrones y robó 22 bases.

Y Gordon, en caso de que forme parte del equipo, desempeñará un papel de utility.

Tras de perderse la mayor parte de la pasada campaña en Minnesota por una fractura en la tibia derecha, Gordon está motivado para demostrar que puede aportar de forma regular con los peces.

“Este año tenemos la misión de volver a los playoffs y llegar más lejos”, sentenció Chisholm.

“Que todo el mundo esté aquí solo demuestra que estamos listos para hacerlo y para trabajar por ello”.

Y eso incluye al bahamés y a sus dos “mejores amigos”.

Chisholm y Arráez congeniaron casi instantáneamente después de que el club de Miami trajera al venezolano en un canje con los Mellizos.

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Su amistad con Gordon comenzó cuando ambos jugaban como parte de la Florida Travel Baseball, pero para diferentes equipos y en niveles de edad.

“El béisbol es el pegamento que lo une todo”, aseguró Gordon.

“Nos lo pasamos en grande cuando estamos aquí. Así es como nos conocimos. Siempre formará parte de nosotros esta amistad”.

Ahora que los tres están juntos utilizarán ese vínculo para impulsarse mutuamente durante toda temporada.

“Definitivamente queremos eso”, sostuvo Gordon.

“Por muy divertido que todo sea queremos trabajar duro y competir sanamente entre nosotros. Esa es la mejor parte de todo, sin duda queremos sacar lo mejor de cada uno y tratar de jugar béisbol con resultados positivos para el equipo’’.