‘Lo que nos están haciendo es una tortura’: Cubanos en Miami enfrentan la deportación desesperados

Desde las instalaciones del centro de detención de Krome al sur de Miami, la voz del cubano Sergio Pérez se escucha apagada y temerosa. Su abogado acaba de comunicarle que el paro de deportación ha sido denegado, el último recurso en el que confiaba para mantenerse junto a su familia en Estados Unidos.

En unos días podría ser esposado de pies y manos, y aterrizar como deportado en La Habana.

“Lo que están haciendo con nosotros es una tortura”, se le oye decir desde el otro lado del teléfono, custodiado desde el 9 de junio por los oficiales del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).

Pérez, de 30 años, cruzó la frontera desde la ciudad mexicana de Reynosa en 2019, un tiempo en que estaban vigente los llamados “Protocolos de Protección a Migrantes” o MPP, bajo el cual los solicitantes de asilo en Estados Unidos debían permanecer en México el tiempo suficiente hasta ser procesados. Luego de un tiempo detenido en Texas y presentarse ante un juez, fue liberado con un documento I-220B u orden de deportación.

Después de haber vivido casi cuatro años en Florida, donde están su madre, su hijo de 10 años y el resto de la familia, Pérez se encuentra en la incertidumbre de ser el próximo cubano repatriado a una isla a la que no quiere regresar.

“Realmente no quiero ni pensar en lo que podría pasar cuando yo llegue a ese país”, confiesa Pérez, que estuvo involucrado en actividades del grupo opositor Damas de Blanco.

Desde que el pasado mes de abril se reanudaran los vuelos de deportaciones, el gobierno de Estados Unidos ha devuelto un total de 225 cubanos como parte de un acuerdo de la administración Biden con el régimen de La Habana, que persigue paliar la crisis migratoria de la frontera. En lo que va de 2023, Estados Unidos ha deportado a 2,708 cubanos en 40 ocasiones por operativos de la Guardia Costera y dos por vía aérea, según informó el Ministerio del Interior.

“Nunca nos imaginamos esto”, asegura Ana Rodríguez, tía de Pérez. También cuenta cómo Jordan, el hijo de Pérez que llegó hace pocos meses con su abuela desde Cuba, no ha dejado de dormir en la cama de su padre desde que se lo llevaran detenido.

Sergio y su hijo Jordan, antes de ser detenido por ICE Cortesía
Sergio y su hijo Jordan, antes de ser detenido por ICE Cortesía

“Me siento muy triste, mi papá es a quien tengo en este país”, dice el niño, quien esperó cuatro años para reencontrarse con su padre y ahora es consciente de que podrían volver a separarse por un tiempo indefinido.

Moraima Amigo y su nieto Jordan, de 10 años, a los afueras de Krome en protesta por los cubanos detenidos. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com
Moraima Amigo y su nieto Jordan, de 10 años, a los afueras de Krome en protesta por los cubanos detenidos. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com

Se agotan las opciones migratorias para evitar la deportación

El abogado de Pérez, Abraham Cárdenas, está valorando la posibilidad de hacer una moción y reabrir el caso. No obstante, aclara que existe muy poco margen para actuar, luego de que se intentara todo lo posible para mantener a Pérez en Estados Unidos.

“El juez dio una orden de deportación, otro abogado hizo otra apelación sin éxito, y ahora lo detuvieron de nuevo”, señala.

El último recurso al que apeló fue al documento I-246 o Solicitud de Suspensión de Deportación o Expulsión, con el fin de alargar su estancia en el país. “El propósito del paro de deportación es decir que no lo deporten ahora, sino por lo menos en un año, para que él atienda asuntos personales que tiene aquí”, explica.

Luego de casi tres semanas de espera las autoridades respondieron que la petición ha sido negada. “Lo que podría suceder es que Cuba diga que no lo quieren recibir, pero los están recibiendo”, apunta Cárdenas.

El Nuevo Herald quiso saber por qué a pesar de que estas personas no han cometido ningún delito dentro de Estados Unidos ni representan una amenaza para la seguridad nacional ICE está realizando estas deportaciones.

Un portavoz de ICE que accedió a responder algunas preguntas aseguró que “independientemente de la nacionalidad, ICE toma las decisiones de custodia caso por caso, de conformidad con la legislación estadounidense y la política del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de EEUU, teniendo en cuenta los méritos y factores individuales de cada caso.”

“Los funcionarios del ICE toman decisiones asociadas y aplican la discreción procesal de manera responsable, informados por su experiencia como profesionales de la aplicación de la ley y de la manera que mejor proteja a las comunidades a las que servimos”, añadió.

‘Cuando ese avión despegó de Miami, se me acabó el mundo’

En noviembre del pasado año se supo que Cuba aceptaría por primera vez desde el inicio de la pandemia de coronavirus los vuelos de deportación a cubanos a los que no les fue aprobada su petición de asilo en la frontera.

Reinier Gutiérrez, de 30 años, aterrizó en La Habana el 22 de junio en el tercero de estos vuelos, que salió del Aeropuerto internacional de Miami con 36 cubanos más con orden deportación, algunos que incluso ya no tenían familia o bienes en Cuba.

“Cuando yo vi que ese avión despegó de Miami, se me acabó el mundo”, dice ahora desde la casa familiar en Metombo, un pueblo en el centro de la Isla. “No sabía qué hacer. Me cayó una depresión y un dolor de cabeza tan grandes”.

El 11 de mayo Gutiérrez se había presentado en un centro de detención en Miramar por petición de ICE. Ni él ni Roxana del Pilar Maldonado, su pareja y madre de su hijo de cuatro meses, sospecharon que sería la última vez que se verían físicamente.

Reinier Gutiérrez y su pareja Roxana del Pilar Maldonado Cortesía
Reinier Gutiérrez y su pareja Roxana del Pilar Maldonado Cortesía

El día que lo procesaron se levantó a las 5 a.m. para ir a trabajar en la pequeña compañía que creó, con la cual se dedicaba a poner ventanas de impacto.

“A las 9 de la mañana recibí una llamada de un número raro”, cuenta Maldonado. “Cuando vi ese número la cabeza se me puso fría. Yo dije, ese es Reinier, lo están llevando para Krome, lo van a deportar. No pude ni despedirme de él”.

El caso de Gutiérrez resulta muy particular. Después de estar ocho meses en la frontera detenido y peleando por su asilo político, los oficiales le dieron un documento I-220B y además un parole. Tras un tiempo, presentó una solicitud a la conocida Ley de Ajuste Cubano. Mientras está en Cuba, su caso aún sigue en manos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS).

“En la frontera no apoyan a las personas que piden asilo”, asegura Maldonado. “Ellos ahí no tienen recursos, no los representan, yo digo que los preparan a fallar porque son personas que no hablan el idioma, no conocen las leyes de este país”.

Aunque el abogado de Guitiérrez también presentó ante las autoridades una Solicitud de Suspensión de Deportación, le fue denegada. Después de 41 días preso en Krome, sin que le avisaran a Maldonado, Gutiérrez fue deportado a La Habana sin ningún documento que atestiguara su orden de deportación, y con la misma ropa con la que lo detuvieron en la oficina de Miramar, en el Condado Broward. En la capital cubana lo esperaron sus padres y su hermano, y lo llevaron de regreso a la casa de la que pensó haberse ido para siempre.

“Ahora yo me quedo con su abuelo de 87 años que vivía con nosotros, con dos niños y perdida”, dice Maldonado, cuyo único sustento era su pareja. “Él es un padre que quiere, necesita y debe de estar ahí con su hijo. Cuando llega la noche y los niños se duermen, me quedo en la cama mirando al techo, pidiéndole a Dios fuerzas para seguir”.

Reinier y su pequeño hijo, que hoy tiene cuatro meses de nacido. Cortesía
Reinier y su pequeño hijo, que hoy tiene cuatro meses de nacido. Cortesía

Gutiérrez tenía los mismos planes que cualquier otro emigrante: traer al resto de su familia a Estados Unidos, comprar una casa. Justo acababa de sacar su línea de crédito y financiar su primer carro.

“Después de tanto tiempo en Estados Unidos, de tener una familia, hacer una vida, tener un permiso de trabajo, un seguro social, una pequeña compañía, un seguro médico, tener todo lo que cualquier residente o ciudadano tiene en ese país, dejar a mi familia atrás, a mi mujer, mi futura esposa, mi abuelo, mis hijos, no puedo decirte lo que siento, no sé ni cómo explicarlo”, dice Gutiérrez.

‘Están devolviendo a personas trabajadoras’

Familiares de cubanos detenidos por ICE protestan frente al Centro de Detención Krome en Miami para evitar su deportación. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com
Familiares de cubanos detenidos por ICE protestan frente al Centro de Detención Krome en Miami para evitar su deportación. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com

Entre los inmigrantes con orden de deportación detenidos por ICE, se comenta que un vuelo saldrá desde el Aeropuerto Internacional de Miami este jueves o viernes cargado de cubanos con destino hacia la Isla. Por eso muchos familiares de los detenidos se han reunido en varias ocasiones durante el último mes a las afueras de Krome para exigir su liberación.

“Aquí dentro nadie te dice nada, nadie habla contigo”, dice en una llamada telefónica Lázaro Siberia, quien se encuentra en Krome desde el 22 de junio. Como los casos anteriores, a Siberia le fue dada una orden de deportación luego de que le denegaran su petición de asilo en Louisiana en 2019.

A los detenidos les resulta inquietante no saber el tiempo que pasarán tras las rejas, ya que ICE no les ofrece ningún tipo de información, alegan.

“Yo llevo quince días, pero acá hay gente que llevan un mes o cuatro meses y están pasándola muy mal, con la incertidumbre de qué va a suceder”, sostiene.

Lo mismo piensa Anabel Rojas, esposa de Bárbaro Gómez Castaño, otro de los cubanos detenidos en Krome con orden de deportación.

“Lo tienen detenido ahí dentro, ni lo deportan ni lo sueltan. Mentalmente ellos están muy mal”, asegura. “Bárbaro se siente mal, hay días que no come, está muy deprimido”.

En una situación similar se encuentra Luis Alberto Martínez, detenido desde finales de junio mientras estaba en una cita en la oficina de ICE en Miami Lakes.

“Él está desesperado, ya van pasando los días, ya lo va agobiando el tiempo. Todo es una espera”, dice su esposa Isdrey Borrego.

El abogado Miguel Inda-Romero, quien ha trabajado con varios casos de cubanos con orden de deportación, sostiene que “tristemente las personas que corren riesgo de ser deportadas son personas que no tienen delitos y que tienen orden de deportación porque por alguna razón Cuba no acepta a cubanos que tengan delitos”.

Cuando a finales de junio el Tribunal Supremo desestimó una demanda de los fiscales republicanos de Texas y Luisiana contra las políticas migratorias del presidente Joe Biden, muchos cubanos con orden de deportación pensaron beneficiarse con la política que insiste en priorizar las deportaciones de personas que sean consideradas una amenaza para la seguridad nacional.

No obstante, Inda-Romero aclara que “lo que ha hecho esa decisión es decirle a los estados de Louisiana y Texas que no tienen poder para decirle al presidente quién o no debe ser deportado. Es la administración la que decide si va a seguir deportando cubanos o no, porque tiene un acuerdo con Cuba”, indica.

Según el abogado, “tristemente los que están devolviendo son personas trabajadoras, humildes, que están haciendo todo lo correcto y esos son los que en Cuba están dispuestos a recibir de nuevo”.

El portavoz de ICE aclaró que las Operaciones de Ejecución y Expulsión (ERO ) se centran “en la aplicación inteligente y eficaz de las leyes de inmigración que protegen el territorio nacional mediante la detención y expulsión de aquellos que socavan la seguridad de nuestras comunidades y la integridad de nuestras leyes de inmigración”

“Entrar en Estados Unidos sin autorización es una violación de la legislación federal, y quienes lo hacen pueden ser objeto de detención administrativa y, en algunos casos, de enjuiciamiento penal”, explicó el funcionario.

Luis Alberto, detenido en Krome, hace una videollamada con su esposa Isdrey Borrero, mientras ella protesta junto a otros familiares de cubanos detenidos. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com
Luis Alberto, detenido en Krome, hace una videollamada con su esposa Isdrey Borrero, mientras ella protesta junto a otros familiares de cubanos detenidos. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com

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