Tormenta política en Italia por un posible acuerdo del gobierno de Meloni con SpaceX de Elon Musk

Elon Musk con Giorgia Meloni en una foto posteada en el Instagram de la premier italiana
Elon Musk con Giorgia Meloni en una foto posteada en el Instagram de la premier italiana

ROMA. - ¿Elon Musk, el magnate sudafricano, brazo derecho de Donald Trump, le está por vender a Italia su sistema satelital, SpaceX, por nada menos que 1500 millones de dólares, poniendo en riesgo datos de seguridad hipersensibles? Es la pregunta que desvela a muchos en Italia desde que el domingo pasado, justo cuando la premier, Giorgia Meloni, amiga de Musk, volvía de un viaje relámpago de Estados Unidos, la agencia Bloomberg adelantó esta noticia bomba, que generó una nueva tormenta política.

Consciente de que una inversión de este tipo, que involucra temas de defensa, militares, de seguridad, normalmente no puede ser tomada a solas, sino que debe ser debatida por el Parlamento, Meloni puso un freno.

“El gobierno desmiente que hayan sido firmado contratos o se hayan cerrado acuerdos entre Italia y la empresa SpaceX para el uso del sistema de comunicaciones satelitales Starlink”, indicó un comunicado. Este admitió, sin embargo y como todo el mundo sabía desde hace meses, la existencia de “tratativas que forman parte de los normales análisis que los aparatos del Estado tienen con las empresas, en este caso con las que se ocupan de conexiones protegidas para las exigencias de comunicación de datos criptográficos”.

Musk y Meloni en Nueva York, en septiembre pasado
Musk y Meloni en Nueva York, en septiembre pasado - Créditos: @Michelle Farsi

“El gobierno desmiente aún más categóricamente, considerándola simplemente ridícula, la noticia de que el tema de SpaceX se haya tratado durante el encuentro con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump”, agregó el mismo comunicado.

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Meloni, de hecho, viajó imprevistamente el fin de semana pasado a Estados Unidos para ver a Trump en Mar-a-Lago, Florida, para, en teoría, no hablar de negocios, sino presionar para la liberación de la periodista Cecilia Sala (la joven detenida en Irán, que quiere canjearla con un ingeniero iraní arrestado en Milán por pedido de Estados Unidos). Aunque reina la máxima reserva sobre las negociaciones en curso sobre este delicadísimo tema, fue considerado poco correcto a nivel diplomático e incluso, no legal, que Meloni fuera a hablar de eso con Trump al no haber aún asumido la presidencia y al estar todavía en funciones Joe Biden. Biden, además, en un par de días estará en Roma para despedirse no sólo de Meloni, sino del papa Francisco.

Más allá de lo anterior, según Bloomberg en el viaje relámpago a Palm Beach de la primera ministra -que ya se había reunido con Trump y Musk en París en vísperas de la reinauguración de Notre Dame, hace un mes-, se habría acelerado el plan según el cual SpaceX le garantizaría a Italia, durante cinco años, servicios avanzados de seguridad en las telecomunicaciones.

Pese a la desmentida de Meloni -que se dio cuenta que el tema iba a indignar a la oposición, que enseguida salió a acusarla de “malvender la seguridad de Italia” y le exigió que saliera a aclarar las cosas en el Parlamento-, su socio, el vicepremier, Matteo Salvini, líder de la Liga, aplaudió el acuerdo en ciernes.

“Elon Musk es una figura prominente de la innovación global: un potencial acuerdo con él y SpaceX para garantizar conectividad y modernización en toda Italia no sería una amenaza, sino una oportunidad”, aseguró Salvini en un posteo en X, la red social de Musk. “Tengo confianza en que el gobierno seguirá adelante en esta dirección porque dotar de mejores servicios a los ciudadanos es un deber”, sumó, removiendo aún más el avispero político.

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Indiferente a las polémicas en la península, el propio Musk intervino en el debate, asegurando desde su plataforma estar “listo para darle a Italia la conectividad más segura y avanzada”.

En verdad, al tratarse de temas más que complejos a nivel tecnológico, pocos entienden qué implicaría realmente a nivel seguridad y estrategia que Italia cerrara un contrato millonario con Musk. ¿La consecuencia sería tan benévola e inocente como que pueblitos remotos y desconectados del país finalmente pudieran conectarse a un servicio de internet ultra-rápido o, como teme la oposición, sería comprometer defensa, seguridad y privacidad?

Reacciones

“La carrera de la derecha italiana para besarle la pantufla al hombre más rico del mundo asumiría tintes ridículos si no fuera que están en juego la seguridad nacional, el dinero de los ciudadanos italianos y sus datos sensibles”, clamó Elly Schlein, líder del Partido Democrático, el principal de la oposición.

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“Es cada vez más urgente que Meloni venga al Parlamento para dar explicaciones sobre este tema -pidió-, porque es preocupante la desenvoltura con la que la derecha le promete a los hombres más ricos y poderosos del mundo contratos de miles de millones de euros, pagados por los contribuyentes, cuando en Italia cortan los fondos para la salud”, denunció. “A este punto, sólo una cosa es cierta: Salvini y Meloni se han apasionado de tal modo a SpaceX que se convirtieron ellos mismos en satélites de Musk, pese a su soberanismo”, disparó.

Le hizo eco el expremier, Giuseppe Conte, líder del Movimiento Cinco Estrellas: “¿Los ‘patriotas’ que están en el gobierno están poniendo nuestra seguridad nacional en las manos de Musk a la módica cifra de 1500 millones de dólares públicos? Tutela de las empresas, protección de datos, de la privacidad, ciberseguridad: ¿todo esto puede ser decidido en base a las relaciones personales?”, se preguntó, indignado.

El expremier Matteo Renzi, del partido centrista Italia Viva, se sumó al coro de críticas. Y consideró “imposible” cualquier acuerdo con Musk porque “en Italia todavía existen leyes y el Parlamento no ha sido abolido”. “El gobierno no puede darle 1500 millones de euros a un privado sin que haya una licitación pública. Si Musk quiere el dinero público de los contribuyentes italianos, Meloni tiene que explicar por qué, cómo y cuándo”, exigió.

En medio de las polémicas, que se dan justo cuando con sus posteos en X Musk irritó a varios líderes europeos, Vittorio Colao, exministro para la Innovación Tecnológica y la Transición Digital del gobierno del economista Mario Draghi, no ocultó su perplejidad.

“Habría que conocer los detalles técnicos, pero seguramente hay riesgos que evaluar. Hay que estar muy atentos y evitar crear una dependencia estratégica y relacionarse con empresas que dependen demasiado de posibles monopolistas”, advirtió, en una entrevista con el diario La Repubblica. “Lo más sabio -agregó-, sería seguir las indicaciones que se encuentran en el informe que hizo Draghi sobre la competitividad, en el que destacó que la observación de la tierra y la seguridad de las comunicaciones deben convertirse en pilares de la política industrial conjunta europea”.