El tipo de bebida que produce enfermedades crónicas

CIUDAD DE MÉXICO, enero 8 (EL UNIVERSAL).- Según un estudio publicado en Nature Medicine, el consumo de bebidas azucaradas contribuye significativamente al aumento de enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Se estima que estas bebidas están asociadas con 2,2 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2 y 1,2 millones de enfermedades cardiovasculares cada año, representando el 9,8% y el 3,1% de todos los casos globales, respectivamente.

América Latina y el Caribe registran algunas de las cifras más altas a nivel global. En 2020, estas regiones reportaron 1263 nuevos casos de diabetes tipo 2 por cada millón de personas debido al consumo de estas bebidas, lo que equivale al 24,4% de los nuevos diagnósticos mundiales. Además, más del 10% de las enfermedades cardiovasculares en esta zona están vinculadas a este tipo de consumo.

Colombia se destaca como uno de los países con mayor incidencia, con más del 48% de los casos de diabetes y un 23% de enfermedades cardiovasculares atribuibles a las bebidas azucaradas. Argentina y México también presentan cifras alarmantes: en México, el 30% de los nuevos diagnósticos de diabetes y el 13,5% de las enfermedades cardiovasculares están relacionados con estas bebidas.

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El consumo habitual de bebidas azucaradas afecta los mecanismos metabólicos del cuerpo al aumentar rápidamente los niveles de glucosa en sangre y sobrecargar el páncreas, lo que puede conducir a resistencia a la insulina. Este proceso incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y facilita la acumulación de grasa visceral, que afecta órganos como el hígado y el corazón.

En América Latina, estas bebidas han reemplazado alimentos tradicionales, siendo especialmente consumidas por jóvenes y adultos en sectores urbanos. Esto no solo incrementa el riesgo de enfermedades metabólicas, sino que también refuerza desigualdades, ya que las regiones rurales dependen de estas bebidas por la falta de acceso a agua potable.

El estudio enfatiza la necesidad de intervenciones urgentes para disminuir el consumo de bebidas azucaradas. Esto incluye políticas públicas, campañas educativas y estrategias que fomenten opciones más saludables, especialmente en regiones vulnerables donde el acceso a servicios de salud es limitado y el impacto de estas bebidas es más severo.