Timmermans, de salvar a la izquierda a salvar a Países Bajos de la ultraderecha
La Haya, 21 nov (EFE).- El exvicepresidente ejecutivo europeo Frans Timmermans, que abandonó Bruselas para liderar un bloque de izquierdas hacia la victoria electoral en Países Bajos, se disparó en la víspera de la cita con las urnas en las encuestas al perfilarse de repente como la única salvación contra la amenaza real de un gobierno de tendencia ultraderechista.
El partido socialdemócrata PvdA y la izquierda verde GroenLinks se unieron en una única lista y programa electoral para las elecciones generales que se celebran este miércoles, y se han puesto de acuerdo en un único líder: Timmermans, exvicepresidente comunitario y artífice del Pacto Verde europeo, político neerlandés del PvdA y una figura reconocida con amplia experiencia internacional.
Se buscaba el “efecto Timmermans”, un rostro conocido y respetado hacia una victoria garantizada, pero esta estrategia no ha funcionado durante la campaña: su figura no era suficiente por sí sola para que la izquierda arrasase en las urnas, según las encuestas, que sí indican este martes que el bloque de izquierdas está atrayendo votos masivamente y a última hora dada la amenaza de la ultraderecha.
Este movimiento de votos viene de otros partidos de izquierdas para hacer contrapeso al avance de la ultraderecha en diferentes encuestas.
El propio Timmermans aseguró hoy que su bloque “tiene buenas posibilidades de emerger como el más grande en estas elecciones” y prometió a los grupos de izquierdas afectados por el voto estratégico al PvdA-GroenLinks que “no les abandonará” si gana. “Pero si no somos el partido más grande, tendréis el mismo problema que yo, que la derecha ganará”, les dijo.
En un Parlamento de 150 escaños, PvdA-GroenLinks suman 27, igual que el partido liberal de derechas (VVD), mientras que la ultraderecha de Geert Wilders (PVV) obtiene 26 diputados.
Hay un cuarto jugador clave en estos comicios, el recién creado Nuevo Contrato Social (NSC), del democristiano Pieter Omtzigt, que prevé obtener 21 escaños, cinco menos que los que le daban las encuestas hace una semana.
Estos datos amenazan con una coalición formada por VVD, PVV, NSC y un cuarto socio minoritario, como el partido de los campesinos BBB (6 escaños), lo que supondría un gobierno con más tendencia hacia la ultraderecha: duro con la inmigración y el asilo, y menos inversión contra el cambio climático, entre otras cosas.
Timmermans es el único que podría evitar esta combinación: conseguir suficientes escaños para convertirse en socio inevitable del VVD y NSC, en un gobierno más hacia el centro.
“No me quiero despertar el jueves en un país donde Wilders es el líder del partido más grande. Todavía tenemos tiempo para unir a todos los votantes verdes, sociales y progresistas”, advirtió Timmermans, al conocer el giro que ha dado esta última encuesta.
Como cuarto socio, Timmermans podría contar, por ejemplo, con los demócratas de D66, que esperan un batacazo electoral y pasarán de los 24 escaños actuales a tan solo ocho, aunque estos son suficientes para ayudar a alcanzar una mayoría en una futura coalición.
Omtzigt, que se ha mostrado algo escéptico a trabajar con la ultraderecha, ha dicho que comparte visión en cuestiones sociales con el bloque de Timmermans, pero se ve más cerca del centroderecha del VVD, encabezado por la liberal Dilan Yeşilgöz, en materia de inmigración y asilo. El VVD de Mark Rutte ya gobernó en 2012-2017 con el PvdA.
El programa electoral de PvdA-GroenLinks recoge límites oficiales a los aumentos del alquiler, nuevas reducciones en la desgravación fiscal hipotecaria, aumento del salario mínimo hasta 16 euros la hora en 2027, un incremento de los ingresos para eliminar progresivamente las prestaciones complementarias (vivienda, guardería, salud), y eliminar la póliza de riesgo de los seguros de salud, que asciende a un mínimo de 385 euros al año.
Además, defiende la introducción de tarifas viales, con tasas más bajas en zonas que no tengan acceso a un buen transporte público; introducir un impuesto al queroseno y al CO2, y aumentar la inversión en trenes internacionales.
La izquierda de Timmermans también defiende una reducción del impuesto sobre la renta, y un aumento de los impuestos sobre los activos, así como la introducción de mejoras en los derechos y condiciones de vida de los trabajadores temporeros que acuden a Países Bajos, igualando su remuneración a la del personal permanente.
Dos de los puntos más sensibles en los que el bloque de izquierdas no coincide con el centroderecha son el cambio climático y la política migratoria, este último motivo de caída del último gobierno de Mark Rutte el pasado julio, dada la insistencia del VVD a endurecer el sistema del asilo y reducir las posibilidades de reagrupación familiar de los refugiados de guerra.
Imane Rachidi
(c) Agencia EFE