"En Tila no hay condiciones para volver"

YAJALÓN, Chis., junio 12 (EL UNIVERSAL).- En el 2020, una comisión de habitantes de Tila se apostó durante varias horas en la casa del presidente Andrés Manuel López Obrador, en Palenque, donde le entregaron un legajo para alertar de los riesgos que significa vivir bajo el yugo del grupo paramilitar Los Autónomos o Fuerzas Armas de Tila (FAT). Le pidieron que no los dejara "en el abandono". El mandatario les comentó que iba a "trabajar las demandas", pero el 11 de septiembre de ese año, se registró un enfrentamiento donde fueron asesinados cinco pobladores.

Cuatro años después, 12 mil personas han abandonado sus hogares, 5 mil de la cabecera municipal y 7 mil de varios poblados conocidos como anexos, que se cansaron del hostigamiento de los paramilitares, para refugiarse en el auditorio y Unidad Deportiva de Yajalón, en el ejido Petalcingo y en casas particulares de varios municipios.

Los habitantes recuerdan que, el 16 de diciembre del 2015, Los Autónomos tomaron la alcaldía de Tila y a partir de ese momento, el conflicto se avivó, al declarar que la "única autoridad en Tila era ellos"

Además, habían declarado que el municipio se iba a regir por "usos y costumbres", por lo tanto, hordas de encapuchados armados quemaron la biblioteca, el Registro Civil, la Hacienda del Estado, Telecom, los cajeros de bancos Banorte y Banamex. El pueblo se paralizó.

Los Autónomos empezaron a cobrar derecho de piso a comerciantes y a obligar a jóvenes y niños a unirse al grupo armado. Los servicios básicos como recolección de basura, agua, mantenimiento de calles y otros, dejaron de prestarse.

Miles de peregrinos católicos de Veracruz, Tabasco, Oaxaca y Chiapas, dejaron de frecuentar el templo El santuario del Cristo Negro, por el temor a ser asaltados o asesinados por Los Autónomos.

Los habitantes que piden no ser identificados por seguridad, aseguran que, en el 2015, cuando los paramilitares declararon que Tila se iba a regir por "usos y costumbres", buscaron arrebatar 130 hectáreas de tierras de la cabecera municipal, donde hay 836 con carpeta básica o herederos de ejidatarios pero que no acreditan las propiedades ante el Registro Nacional Agrario, aunque 267 tienen títulos de propiedad y pagan catastro municipal.

Los Autónomos han intentado apoderarse de las casas y de los terrenos, que no son tierras de cultivo, sino propiedades ubicadas en la zona urbana. En la actualidad hay ejidatarios que están en el pueblo y otro grupo que está ligado a Los Autónomos.

Durante la pandemia, Los Autónomos decidieron cerrar con tres puertas gigantes la cabecera municipal. Solo se podía ingresar a partir de las 6 de la mañana y se cerraban los accesos a las 6 de la tarde. Como consecuencia, varios enfermos de Covid no pudieron ser movidos al hospital de Yajalón y murieron. El abastecimiento de medicinas y alimentos no llegaba a tiempo, recuerdan los desplazados.

Fue entonces que los hombres y mujeres se organizaron y el 11 de septiembre del 2020, derribaron una de las puertas y Los Autónomos respondieron con un enfrentamiento que dejó varios muertos y heridos.

Tila vivió una aparente paz, entre octubre del 2023 a mayo del 2024, con la presencia de la Guardia Nacional, el Ejército y Policía, pero de un día a otro Los Autónomos procedieron a expulsar a las fuerzas de seguridad. "Fue entonces que Los Autónomos anunciaron que no tuviéramos miedo, porque ellos nos iban a dar seguridad, pero fue un engaño", dijo una mujer que pidió no ser identificada.

El hostigamiento de este grupo llegó hasta habitantes de comunidades como Cantioc y Vista de Unión Juárez, los cuales salieron este martes solo con lo que tenían puesto, para buscar refugio temporal en la cabecera municipal de Yajalón. Informaron que durante la noche del lunes se registraron disparos de armas de fuego de alto poder, por lo que decidieron no esperar más y abandonar sus hogares.

Este martes, los desplazados mencionaron que no regresarán a sus hogares, argumentando que "no hay condiciones de seguridad", pese a que elementos de la GN y del Ejército ingresaron a la cabecera municipal de Tila.

Los representantes de los desplazados aseguraron que los funcionarios se negaron a firmar un acuerdo, para un retorno "digno y seguro", por lo que continuarán en Yajalón y Petalcingo y mencionaron que serán "los propios desplazados quienes decidan cuándo quieren volver".

Las personas temen que vuelva a repetirse los hechos de mayo, cuando los miembros de la FAT expulsaron a la Guardia Nacional y al Ejército, después de seis meses de permanecer en el lugar. Por eso, no quieren volver, mientras los paramilitares no sean desarmados y detenidos.

Las FAT están integradas por unos 60 hombres, muchos jóvenes y adolescentes que han sido reclutados forzosamente. La demanda para el regreso de los desplazados es su "desarme inmediato".

El ayuntamiento ha sido acaparado por Limber Gregorio Gutiérrez Sánchez, militante del PVEM, durante 21 años, tiempo en el que se ha rotado el poder con su esposa y colabores. Gutiérrez Sánchez se replegó a Petalcingo y El Limar, donde construyó un edificio que opera como sede alterna del cabildo.