Una Tigresa difícil de domar

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 2 (EL UNIVERSAL).- La última vez que Irma Serrano festejó su cumpleaños, rodeada de amigos y en el teatro Fru Fru, fue a finales de 2019, tres meses antes de la pandemia por Covid-19.

Lucía exuberante, como siempre: enfundada en un traje dorado y un abrigo de piel, con el cabello negrísimo y la ceja delineada "con el cuidado de una artista", diría la crónica de EL UNIVERSAL. "¿Que cuántos años tengo? No llevo la cuenta ni para mí misma", contó.

Nadie sabe con exactitud cuántos años vivió La Tigresa, fallecida este miércoles por problemas cardíacos. Su biografía ubica su llegada en Comitán, Chiapas, en 1933; su sobrino Luis Felipe dice que nació en 1935, aunque su currícula oficial, la que la identificó como senadora en los años 90, asegura que vino en 1945.

Su personalidad hizo de ella una efigie de misterio: codiciada por hombres en distintas épocas y edades, bailarina, actriz y cantante, licenciada en filosofía. Con habilidades en las artes que la colocaron, desde 1965, con su primer filme, El hijo de Gabino Barrera, como un referente del entretenimiento.

"Era muy auténtica, una persona que no tenía pelos en la lengua, como lo sabíamos, pero eso también lo transmitía en su forma de cantar y en sus letras, en su forma de actuar y en sus vivencias de a diario, era una mujer diferente, única y más en aquellos tiempos porque ahorita ya ha cambiado mucho toda la situación de que la mujer", considera José Julián, intérprete regional que trabajó junto a Irma en distintos momentos.

En el tema amoroso, La Tigresa, en efecto, fue imposible de domar. Ostentó el nunca haberse casado, más aún se dio el gusto de apostar a relaciones sin importar lo polémicas que esto provocara.

"Fue amante de (Gustavo) Díaz Ordaz, que se dice que le dio la recámara de Maximiliano y Carlota, le dio candiles, todo lo antiguo de aquellos años, por eso ella vivía casi en un museo en su casa, dicen que también fue el que le dio el teatro Fru Fru", comparte Anathan Briss, amigo cercano de la cantante.

Lo de Irma Serrano era un show que escaló niveles, no sólo abonó a la farándula, también a la política, siendo senadora y diputada Chiapas con PRI y PRD: "Por definición era libre, ante todo y todos, ante la crítica, ante la sociedad", recuerda su sobrino, Felipe García.

A Irma le sorprendió un dolor en el pecho que la llevó al hospital de donde ya no salió. Su potente mirada sigue resguardando un largo pasillo del Fru Fru, en donde se prevé, sin poder asegurarlo, que pueda ser despedida.

"Yo no creo nada", dijo hace tres años, en referencia a los políticos, justo en ese lugar.

Su paso como artista

Películas. Participó en 25 historias, entre ellas La tigresa, que le dio el mote; El caudillo, Tiburoneros y Juana la cubana. También actuó en tv; lo último fue La madrastra, en 2005.

Cantante. Se inclinó por la música ranchera en los años 60 y 70, con canciones como "Gabino Barrera" y "La Martina".