‘Tiempo circular’, muestra de arte indígena exhibida en Miami

El ecosistema expositivo de arte contemporáneo de Miami se vio dañado cuando, alrededor de 2018 el Wynwood Art District, que había sido el distrito de las artes por más de quince años, fue depredado en apenas dos por la imparable especulación inmobiliaria.

En 2019 Wynwood, que concentraba más de 20 galerías, ya había sido gentrificado por una cascada de cafeterías, tiendas, boutiques, restaurantes, discotecas y otros tipos de negocios relacionados con las bienes raíces, la hostelería, y el entretenimiento. Cuando a finales de 2019 algunas de las galerías del ya desparecido Wynwood Art Distric se asentaban en Little Haiti, y también en el Midtown, llegó la pandemia, dando el tiro de gracia a las que comenzaban a recuperarse. Algunas de ellas, desafortunadamente, apenas serán recordadas.

Pero si algo tiene Miami es que siempre, permanentemente, se está reinventado, y precisamente son los bienes raíces y el potencial turístico miamense quienes están tirando de esa energía incombustible, impulso eufórico que tiende a considerar que todo es posible.

En este espíritu comienzan a brotar nuevos espacios y galerías como, por ejemplo, Tanya Brillembourg Art Gallery. En esta nueva etapa del tejido galerístico de la ciudad destacan dos características: la profesionalización y el grado de especialización. La exposición “Tiempo Circular”, (2022) en Tanya Brillembourg Art Gallery es ejemplo de esto. Esta selección, curada por Aluna Curatorial Collective, es una de las muestras de arte indígena exhibida en Miami con obras de artistas guatemaltecos: Antonio Pichillá y Manuel Chavajay, ambos nacidos en 1982 y Tepeu Choc, nacido en 1983.

Exposición de obras en Tanya Brillembourg Art Gallery.
Exposición de obras en Tanya Brillembourg Art Gallery.

Los tres artistas provienen de un entorno sociocultural marcado por el acervo ancestral de la cultura Maya, y ello es perceptible tanto en los aspectos poéticos como discursivos que encontramos en sus respectivas obras. En lo poético porque, por ejemplo, Pichillá toma elementos de las representaciones rituales mayas, cuya visualidad incluyen caracteres abstractos, para desarrollar una poética en clave de abstracción geométrica con planos de colores recurrentes de la cultura Maya como el rojo, negro, blanco y amarillo presentes en la obra Fuego (2019) o en Abuela, (2020). De ahí las referencias, en los trabajos de estos artistas, a los ciclos de cultivos, a la artesanía de tejidos vegetales, al conocimiento de técnicas de producción y objetos que exigían un alto nivel de cálculos matemáticos.

Obras de Tepeu Choc (Guatemala, 1983) en sala.
Obras de Tepeu Choc (Guatemala, 1983) en sala.

La obra de Tepeu Choc acude también a la rica tradición de espiritualidad vinculada a la tierra, el cielo y las aguas como epicentro de pensamiento sociocultural. Sus obras reinterpretan la iconografía cultural de sus ancestros para rescatar sus prácticas, reactualizando su uso y sentido dentro de una sociedad ya globalizada. Pero Tepeu Choc, aún coincidiendo con Pichillá en el lenguaje abstracto geométrico en obras como, entre otras, Sección No. 12 (z AMGDT), 2015, o en Radiografía de escultura. N0 11, 217, se expresa de modo más tridimensional, más escultórico e instalativo.

En lo discursivo, los tres artistas tiran de los archivos visuales, psicosociales, históricos y culturales de la cultura Maya para hablar de la realidad actual de Guatemala. Y hablar de la actualidad de Guatemala, implica tener en cuenta retrospectivamente su reciente historia marcada por golpes de estado a inicios de la década de 1980 y guerra civil con saldo de miles de asesinatos y desaparición de civiles como consecuencia del enfrentamiento entre el ejercito y la guerrilla.

‘Fuego’, 2019, de Antonio Pichillá Quiacaín (Guatemala, 1982), hilos sobre madera, 70.8 x 47.2 x 1.5 pulgadas.
‘Fuego’, 2019, de Antonio Pichillá Quiacaín (Guatemala, 1982), hilos sobre madera, 70.8 x 47.2 x 1.5 pulgadas.

Si la obra de Antonio Pichillá y Tepeu Choc, se inscriben en una abstracción de tinte geométrico, la de Manuel Chavajay, en cambio, esta más escorada hacia la neo figuración. Sus imágenes sobre el Lago Atitlán, narran elegíacos paisajes en torno al cual se ha desarrollado una comunidad milenaria, que tiene en este acuífero el epicentro de existencia material y espiritual, ahora amenazado por las condiciones de producción del mundo postmoderno.

‘Mayuul (neblina)’, 2022, de Manuel Chavajay (Guatemala, 1982), aceite quemado de bote sobre papel de algodón con hilo, 42.1 X 37.4 pulgadas.
‘Mayuul (neblina)’, 2022, de Manuel Chavajay (Guatemala, 1982), aceite quemado de bote sobre papel de algodón con hilo, 42.1 X 37.4 pulgadas.

Obras como Medidor de lluvia, Tromba de lago, o Rallar encima del lago, todas de 2022, dialogan con la biografía personal del artista. Las obras de “Tiempo circular”, tienen esa aura mágica que describe el premio nobel de literatura guatemalteco, Miguel Ángel Asturias (Ciudad de Guatemala, 1899-Madrid, 1974), en su monumental novela “Los hombres del maíz” (1949). En la novela, el conflicto se produce entre, de un lado, los valores autóctonos de la vida asociados a la tierra, representado por el personaje del cacique y, del otro, las fuerzas modernas que han desacralizado el valor de la existencia, sometiéndola al ideal de progreso de la modernidad, representado por el cultivo industrial del maíz. En Chavajay, la metáfora es el Lago Atitlán, pulmón de la comunidad desde tiempo ancestrales que ahora se ve sometido a la contaminación debido al tráfico mercantil por sus aguas. Ambas metáforas rinden culto al lugar de nacimiento, a la ley de la tierra como espacio simbólico que da sentido y trascendencia de nuestra pertenencia al mundo

Tiempo Circular”, Tanya Brillembour Art, 260 Crandon Boulevart, Suite 38, Key Biscayne.33149. Hasta Marzo, 2023.

Dennys Matos es crítico de arte, curador y editor que reside y trabaja en Miami y Sta Cruz de Tenerife. Islas Canarias, España.

‘Abuela’, 2020, de Antonio Pichillá Quiacaín (Guatemala, 1982), fibra de maguey pintada, 31.4 x 43.3 x 1.5 pulgadas.
‘Abuela’, 2020, de Antonio Pichillá Quiacaín (Guatemala, 1982), fibra de maguey pintada, 31.4 x 43.3 x 1.5 pulgadas.
‘Lu´uj Ya´ (Rallar encima del lago)’, 2017, de Manuel Chavajay (Guatemala, 1982), 16 x 24 pulgadas cada una.
‘Lu´uj Ya´ (Rallar encima del lago)’, 2017, de Manuel Chavajay (Guatemala, 1982), 16 x 24 pulgadas cada una.
Obras de Manuel Chavajay (Guatemala, 1982) en sala.
Obras de Manuel Chavajay (Guatemala, 1982) en sala.
‘Radiografía de escultura VIII’, 2013, de Tepeu Choc (Guatemala, 1983), malla galvanizada, pintura automotriz de poliuretano, barniz e hilos de nylon, 38 x 19 x 17 pulgadas.
‘Radiografía de escultura VIII’, 2013, de Tepeu Choc (Guatemala, 1983), malla galvanizada, pintura automotriz de poliuretano, barniz e hilos de nylon, 38 x 19 x 17 pulgadas.