Es tiempo de animar el stop motion

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 10 (EL UNIVERSAL).- Sobre un set de más de 20 metros cuadrados que representa una cueva, un mitológico grifo bicéfalo de seis metros cohabita con una hada voladora de apenas 10 centímetros; en otro cuarto, una chica coloca pelo por pelo en la pata de algo que parece una tarántula y, en otro, un grupo revisa en computadora cuadro por cuadro lo que acaba de rodarse.

Hay en el foro una grúa mecánica, de fabricación completamente mexicana, utilizada para colocar la cámara y acercarla a los personajes, también otra invención nacional que al adaptar un taladro funciona para mover todo con precisión y agilidad.

Los hermanos Arturo y Roy Ambriz los supervisan. Y están felices porque realizan la continuación de Frankelda, serie original hecha completamente en stop motion y cuya primera parte se lanzó hace unos meses en Cartoon Network y ahora está disponible en el streaming de HBO Max.

El stop motion, que tomó aire en México por "Pinocho" de Guillermo del Toro, es la técnica de animación con marionetas manipuladas milimétricamente para que, mediante la toma de 24 fotografías por segundo, dé la sensación de movimiento.

A sus 30 y tantos años de vida, los hermanos Ambriz han realizado 240 minutos contabilizados entre serie, cortos y otras producciones, equivalente a casi tres largometrajes.

"Creo vamos tarde en México con eso, porque no puedo creer que en 2023 no se haya lanzado una sola película mexicana en stop motion, cuando hay otros países que tuvieron la suya en los 70 y 80", considera Arturo.

Tiene razón. Son pocos los que se han atrevido a incursionar en la técnica. En México no hay cifras oficiales de producción stop motion, incluso en el cortometraje es raro quien lo ocupa. El año pasado en los festivales de Pixelatl, especializado en animación, así como el de Morelia, sólo participaron dos, siendo Las plantas también mueren, uno de ellos.

Tampoco hay mecanismos académicos alusivos. Recién con la creación de El taller del Chucho, impulsado por Del Toro y donde se realizaron cinco minutos de "Pinocho", se han elaborado cursos. México podría obtener parte del Oscar que reciba el filme del jalisciense, sin que se le haya apostado bien a esta técnica.

"Nos vemos en la necesidad de generar nuevos artistas", dice Angélica Lares, directora del Taller, sabedora de que la técnica va a explotar.

René Castillo y Luis Téllez, quienes formaron parte del equipo mexicano de "Pinocho", son por ahora quienes han estado más cerca de hacer un largometraje. Castillo, quien en 2002 cautivó con su cortometraje Hasta los huesos y que ganó en Annecy, el certamen de género más importante del orbe, lleva más de una década tratando de concretar El reino de las cosas, su ópera prima.

El retraso se debió primero a cuestiones económicas, aliándose entonces a una compañía China. La otra fue que luego de ver la dureza de Del Toro cuando de guionismo se trata, revisó el suyo y vio que aún podía mejorarlo, porque en técnica, señala Téllez, los mexicanos no le piden nada al resto del mundo.

Él lleva un sexenio con Inzomnia, filme donde contará lo que pasaría si una pastilla pudiera mantener a la gente despierta por 24 horas.

Ya lleva cerca de 20 minutos animados. El resto pretende sea terminado en El taller del Chucho, en Guadalajara.

"Ahora que lo pongo en comparación (con lo que hizo en 'Pinocho') no íbamos tan mal, llegábamos a lo mismo no con estos juguetes (tecnología) que por supuesto ayudarán. Lo difícil reunir el dinero", expresa.

¿Muy costoso? ¡No!

Los hermanos Ambriz consideran que uno de los problemas para el stop motion en México es la creencia de que es caro. Han compartido presupuestos de sus producciones con otras de acción viva y prácticamente es el mismo costo (unos 20 millones de pesos). Para la continuación de "Frankelda", que lleva medio año de trabajo, cuentan con 75 personas trabajando entre los distintos departamentos, 80 personajes (más de un centenar de marionetas) y una treintena de escenografías: "Aunque aquí la diferencia es que estas son obras que viajan, son traducidas a distintos idiomas y hacen más fácil recuperar la inversión", expresa Roy.

Ahora están en el proceso de "La balada del fénix", que sería su cinta a la cual ya se subió Gael García Bernal para dar voz a uno de los personajes.

Otros animadores en stop motion en México son Rita Basulto ("Lluvia en los ojos"), Karla Castañeda ("Jacinta"), Sofia Carrillo ("La casa triste") y Juan José Medina ("Jaulas").