Tiago Batalha: campeón de Europa en la arena, salvavidas en urgencias

Lisboa, 24 sep (EFE).- La tarde del 6 de septiembre el portugués Tiago Batalha se consagró campeón de Europa de fútbol playa sobre la arena. A medianoche, ya se había enfundado en un EPI para trabajar como enfermero en el servicio de urgencias del hospital.

Batalha (Nazaré, 1989) fue uno de los jugadores que llevó a Portugal a proclamarse campeón de Europa por séptima vez, aunque nunca ha podido vivir sólo del fútbol playa y siempre ha tenido que compaginarlo con su trabajo como enfermero.

Ahora, tras años de esfuerzo, ha conseguido "un sueño".

"La conquista del Europeo fue un sueño hecho realidad. Y encima fue donde nací, en Nazaré. Ganar el campeonato de Europa en mi casa es siempre un sentimiento muy bueno, a pesar de no haber tenido público en el estadio ni el apoyo de la familia y los amigos", señala en una entrevista con EFE.

Portugal, que también es campeón mundial, venció a Suiza por 5 a 4 y se llevó el trofeo.

Batalha, que suma 13 presencias con la selección portuguesa, casi no tuvo tiempo para celebrarlo: "El partido fue por la tarde, después solo tuve tiempo de ir a casa, estar un poco con la familia y comer algo, y me fui a trabajar", recuerda.

Este año milita en el equipo de Nazaré, el ACD Sótão, lo que facilita poder compaginar los entrenamientos y los partidos con su trabajo en el servicio de urgencias del Hospital de Santo André, en Leiria, a una media hora en coche.

Pero el tiempo es escaso. A veces tiene que hacer turnos desde medianoche hasta las 8 de la mañana y se va directo a los entrenamientos, sin poder descansar.

"Mis compañeros de trabajo me ayudan y me facilitan los cambios de turno", cuenta el futbolista, que tiene que adaptar sus horarios en el hospital en función del calendario de entrenamiento.

Cuando la pandemia llegó a Portugal, Batalha incluso ofreció a su entrenador realizar las sesiones de preparación en solitario por si algún compañero no se sentía cómodo estando en contacto con él, que trabajaba todos los días en el hospital.

Pero enseguida se declaró el estado de emergencia y los entrenamientos se suspendieron.

En Portugal, Batalha también ha integrado las filas del Sporting, del Braga y del Nacional, pero además cuenta con experiencias en el extranjero: ha jugado en el Nápoles italiano y en el BSC Chargers Baselland. Nunca dejó de trabajar en el hospital de Leiria.

"Ahí conté con el apoyo de mi jefe y de mis compañeros. Tenía que hacer más malabares para ir trabajar. Salía, viajaba y estaba en Italia cinco días. Después volvía a trabajar a Portugal. Sobrecargaba con turnos las semanas de antes y de después del viaje", explica.

Batalha no es el único jugador de fútbol playa que, a pesar de jugar en la elite, tiene un trabajo aparte para poder subsistir.

"Tengo compañeros que felizmente viven de esto, como Jordan Santos -nombrado mejor del mundo en 2019-, y algunos más. Otros tienen su empresa y es más fácil para ellos gestionar la situación. Pero un gran porcentaje de los jugadores tiene otra vida más allá del fútbol playa", dice.

El futbolista cree que el fútbol playa cada vez se valora más, y eso se aprecia en la selección portuguesa, que antes "vivía mucho de los jugadores más viejos que se retiraban del fútbol de 11 y ahora se ven muchos jugadores jóvenes de mucha calidad que se dedican solo a este deporte".

¿Y los enfermeros? Aunque "todavía queda mucho camino por recorrer", la Covid-19 está ayudando a que la gente vea la dedicación de estos profesionales, considera.

"Creo que la gente es cada vez más consciente de que somos una pieza muy importante, tan o más importante que los médicos y otros profesionales. Necesitamos que se nos valore más, pero estamos en el camino", concluye.

Paula Fernández

(c) Agencia EFE