Con un test oral de un minuto y una prueba escrita de comprensión, la Ciudad evalúa cómo leen los alumnos

Pruebas Aprender
El programa contempla una prueba estandarizada de comprensión escrita y una evaluación de lectura a través de un test de un minuto

Desde este mes y durante todo septiembre, el Ministerio de Educación de la ciudad de Buenos Aires estará evaluando la fluidez y la comprensión lectora de más de 10.000 estudiantes de cuarto grado. El programa se aplicará en 250 escuelas de gestión pública y privada como parte del Plan de Recuperación de Aprendizajes, que busca revertir los efectos del cierre de aulas y la educación a distancia por la pandemia.

El examen tendrá dos etapas: en primer lugar, una prueba estandarizada de comprensión escrita para todos los estudiantes y, en un segundo momento, la evaluación de lectura a través de un test de un minuto a aquellos chicos que deban reforzar la comprensión de textos. De esta manera, se obtendrán resultados que se clasificarán en tres niveles de fluidez: estudiantes que leen y comprenden textos, estudiantes que tienen dificultades para leer y estudiantes que aún no alcanzan el nivel básico de lectura.

Cuál será el futuro del aeropuerto de El Palomar y qué impacto tuvo en la zona el fin de los vuelos comerciales

Según fuentes del ministerio porteño, los resultados estarán disponibles en octubre y, en función de ellos, se trabajará del siguiente modo: quienes tengan dificultades tendrán 20 horas de formación con actividades típicas de lectura y los que no sepan leer tendrán otras 20 horas extra con maestros especializados.

“Para diseñar las mejores medidas educativas, primero hay que saber de dónde partimos. En la ciudad nunca dejamos de evaluar y, gracias a esto, fuimos la primera jurisdicción en poner en marcha un plan de recuperación de los aprendizajes para recuperar lo perdido como consecuencia de la pandemia. Con este programa vamos a permitir a los estudiantes practicar, entrenar y fortalecer las habilidades necesarias para poder leer y entender lo que leen”, dijo la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña.

Y agregó: “Este aprendizaje es fundacional. Todo lo que los chicos y las chicas aprendan después va a estar condicionado por su capacidad de lectoescritura, por eso es urgente fortalecer estas capacidades y seguir garantizando una educación integral y de calidad”.

Pruebas Aprender

Las últimas pruebas Aprender, tomadas en diciembre del año pasado a aproximadamente 623.000 alumnos de sexto grado de todo el país, mostraron un deterioro significativo en la comprensión de textos a nivel nacional. El desempeño básico y por debajo del nivel básico en lengua fue del 44%, mientras que en 2018 el 75% de los alumnos habían alcanzado un nivel satisfactorio en esta asignatura.

A pesar de que la ciudad de Buenos Aires fue una de las jurisdicciones que obtuvo uno de los mayores porcentajes de alumnos en los niveles de desempeño satisfactorio y avanzado en lengua (73,6%), igual supuso un descenso de 14,3 puntos porcentuales respecto del desempeño prepandémico (87,9% en 2018). Por eso, la ciudad implementó el Plan de Recuperación de Aprendizajes que incluye, entre otros aspectos, el Programa de Fluidez y Comprensión Lectora, que fue elaborado en base al censo de fluidez lectora que realiza la provincia de Mendoza desde hace cinco años.

Pruebas Aprender
Serán evaluados 10.000 alumnos porteños de cuarto grado en fluidez y comprensión lectora

“La fluidez lectora es la habilidad de leer con rapidez, precisión y con la expresión apropiada. Los lectores fluidos comprenden lo que están leyendo. Se desarrolla, por un lado, a través de la lectura repetida y sostenida de textos, lo que permite decodificar palabras no conocidas, como también la expresión y la segmentación en frases adecuadas y, por el otro, mediante la lectura en voz alta, lo que promueve la lectura independiente y el desarrollo de la entonación. La fluidez y la comprensión lectora son aprendizajes que requieren práctica y sistematicidad. En este sentido, la escuela es el lugar privilegiado para que el acto de leer se convierta en una gran ocasión para garantizar un espacio, un tiempo, textos, mediaciones, condiciones, desafíos y compañía que resultan necesarios para que cada niño se instale en su posición de lector”, explicaron desde el ministerio.