Tras el terremoto de Turquía, la ayuda se centra en las personas sin hogar y los indigentes

Por Suhaib Salem y Ali Kucukgocmen

KAHRAMANMARAS/ANTIOQUÍA, Turquía, 17 feb (Reuters) - Las agencias internacionales de ayuda están intensificando sus esfuerzos para ayudar a millones de personas sin hogar, muchas de las cuales están durmiendo en tiendas de campaña, mezquitas, escuelas o coches, once días después de que un fuerte terremoto sacudiera Turquía y Siria causando más de 43.000 muertos.

El jueves se informó de que dos personas habían sido rescatadas con vida de entre los escombros en Turquía, pero este tipo de rescates son cada vez menos frecuentes, lo que hace que la rabia persista mientras menguan las esperanzas.

Una joven de 17 años fue sacada de entre las ruinas de un bloque de apartamentos derrumbado en la provincia turca de Kahramanmaras, en el sureste del país, según informó la emisora TRT Haber, 248 horas después de que el terremoto de magnitud 7,8 sacudiera el país en plena noche del 6 de febrero.

Las imágenes mostraban cómo se la llevaban en una camilla cubierta con una manta térmica mientras un trabajador de urgencias le sujetaba un goteo intravenoso.

Unas 10 horas después, Neslihan Kilic fue rescatada.

"Habíamos preparado su tumba y pedimos a los equipos de rescate que dejaran de cavar porque temíamos que dañaran los cadáveres que quedaban bajo los escombros. Momentos después, se oyó su voz bajo las ruinas del edificio", dijo el cuñado de Kilic a la cadena CNN Turk.

El marido y los dos hijos de Kilic siguen desaparecidos.

El terremoto causó la muerte de al menos 38.044 personas en el sur de Turquía, según informaron las autoridades el viernes, mientras que las autoridades de la vecina Siria han informado de 5.800 muertos, una cifra que apenas ha variado en días.

Naciones Unidas pidió el jueves más de 1.000 millones de dólares en fondos para la operación de ayuda turca, apenas dos días después de lanzar un llamamiento de 400 millones de dólares para los sirios.

El presidente sirio, Bashar al-Assad, en sus primeras declaraciones televisadas desde que se produjo el terremoto, dijo que la respuesta a la catástrofe requería más recursos de los que disponía el Gobierno.

Ni Turquía ni Siria han dicho cuántas personas siguen desaparecidas.

El jefe de ayuda humanitaria de la ONU, Martin Griffiths, que visitó Turquía la semana pasada, dijo que la gente había "experimentado una angustia indescriptible", y añadió: "debemos estar con ellos en su hora más oscura y asegurarnos de que reciben el apoyo que necesitan".

Para las familias que aún esperan recuperar a sus parientes, crece la indignación por lo que consideran prácticas de construcción corruptas y un desarrollo urbanístico profundamente defectuoso que ha provocado la desintegración de miles de hogares y negocios.

"Tengo dos hijas. No tengo más. Las dos están bajo estos escombros", dijo Sevil Karaabduloglu, mientras las excavadoras derribaban lo que quedaba de un bloque de pisos de lujo en la ciudad de Antioquía, en el sur de Turquía, donde vivían sus dos hijas.

Se cree que unas 650 personas murieron cuando se derrumbó la Renaissance Residence.

"Alquilamos este lugar como un lugar de élite, un lugar seguro. ¿Cómo puedo saber que el contratista lo construyó así?", dijo Karaabduloglu. "Todos buscan obtener beneficios. Todos son culpables".

A unos 200 km de distancia, unas 100 personas se reunieron en un pequeño cementerio de la localidad de Pazarcik para enterrar a una familia de cuatro miembros —Ismail y Selin Yavuzatmaca y sus dos hijas pequeñas— que murieron en el edificio Renaissance.

Turquía ha prometido investigar a cualquier sospechoso de ser responsable del derrumbe de los edificios y ha ordenado la detención de más de 100 sospechosos, incluidos dirigentes de inmobiliarias.

PASOS FRONTERIZOS

Al otro lado de la frontera, en Siria, el terremoto asoló una región dividida y devastada por 12 años de guerra civil.

El Gobierno sirio afirma que el número de muertos en el territorio que controla es de 1.414. En el noroeste, controlado por los rebeldes, se han registrado más de 4.000 víctimas mortales, pero los equipos de rescate afirman que no se ha encontrado a nadie con vida desde el 9 de febrero.

Los esfuerzos de ayuda se han visto obstaculizados por el conflicto. Muchos habitantes del noroeste se sienten abandonados, ya que los suministros se dirigen casi siempre a otras partes de la extensa zona siniestrada.

Las entregas desde Turquía se interrumpieron por completo inmediatamente después del terremoto, cuando se bloqueó temporalmente una ruta utilizada por las Naciones Unidas. Esta semana, Assad autorizó otros dos cruces.

A día del jueves, 119 camiones de la ONU habían pasado por los cruces de Bab al-Hawa y Bab al-Salam desde el terremoto, dijo a Reuters un portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.

Muchos supervivientes han huido de las zonas siniestradas, pero algunos han decidido quedarse, a pesar de las terribles condiciones.

"Pasamos nuestros días con pan, sopa y comidas como parte de la ayuda enviada por la gente. Ya no tenemos vida. Tenemos miedo", afirma Mustafa Akan, de Adiyaman, que duerme a la intemperie y se defiende del frío quemando leña en un cubo.

(Reporte de Suhaib Salem y Ali Kucukgocmen; Reportaje adicional de Henriette Chacar, Ezgi Erkoyun, Timour Azhari, Firas Makdesi, Khalil Ashawi, Hamuda Hassan, Abir Al Ahmar, Jonathan Spicer y Michelle Nichols; Redacción de Tom Perry, Crispian Balmer, Rosalba O'Brien y Stephen Coates; Editado en español por Flora Gómez)