"Es el tercer funeral de uno de los nuestros",dicen compañeros de soldados muertos en Gaza

Jerusalén, 23 ene (EFE).- Ni la lluvia ni la niebla detuvieron este martes a quienes quisieron rendir homenaje, en Jerusalén, a algunos de los 21 soldados israelíes muertos ayer en la Franja de Gaza y enterrados hoy en el cementerio militar del monte Herzl.

Muchos jóvenes, acompañados de sus fusiles M-16 y vestidos de uniforme, comenzaron a aglomerarse a partir de las 16:00 hora local (+2 GMT) junto a la carpa donde comenzaba la liturgia, mientras que cientos de personas se retiraban tras un sepelio previo.

"Es el tercer funeral de uno de los nuestros", dice a EFE Ohad Siani, un joven israelí que asegura pertenecer a la misma unidad que Elkana Yehuda, de 25 años, y muerto ayer en la Franja de Gaza cuando su equipo planeaba una explosión controlada de edificios.

En el momento de la operación, milicianos de Hamás lanzaron un misil antitanque contra un blindado que protegía a las tropas israelíes, informó hoy el Ejército, lo que produjo una explosión que derrumbó los edificios en los que se encontraban los soldados, que también explosionaron.

"Es duro, no tengo palabras", dice Siani en el funeral de su amigo. "Un minuto (Elkana) está con nosotros y un segundo más tarde está muerto", se lamenta el joven, rodeado de otros compañeros del batallón 8208.

Este suceso es por ahora el más mortífero para Israel desde el inicio de la ofensiva terrestre en Gaza, donde ya han perecido un total de 219 soldados, además de los alrededor de 330 que murieron durante el ataque de Hamás en suelo israelí el día 7.

Ruth Ben Hayun, residente del asentamiento de Kiryat Arba, próximo a la urbe palestina de Hebrón, asegura conocer a Yehuda desde niño y confiesa tener a su hermano, primo, sobrino y cuñado combatiendo en estos momentos en la Franja.

"Claro que todos tememos por nuestros familiares... que un día vengan, nos toquen a la puerta y nos digan 'ya no están'", reconoce esta judía originaria de Perú. Sin embargo, cree que lo primero es "proteger la tierra" y dice que la guerra ya se habría detenido si Hamás devolviera a las 136 personas que mantiene cautivas.

Menos de dos horas antes, en otro funeral por el soldado Elkana Wiesel, originario de Bnei Dakalim, unas 500 personas se sumieron en un trance litúrgico, con llantos, cánticos grupales y los discursos rotos de su familia y amigos.

El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el teniente general Herzi Halevi, aseguró hoy que los jóvenes murieron intentando garantizar el "regreso seguro" de los residentes del sur de Israel, pues el ataque se produjo cuando operaban a tan solo 600 metros de la valla divisoria.

Así lo ven también muchos de quienes hoy lloran frente a sus tumbas y al menos cuatro asistentes dicen a EFE que la ofensiva militar por tierra, mar y aire - que ya suma más de 25.000 muertos en Gaza- no puede detenerse; que siempre "se paga un precio" en combate, pero que todavía hay que terminar con los islamistas de Hamás.

"Es una situación difícil", reflexiona Yafa Giesser, amiga de los familiares de Wiesel, que se cubre la cabeza con un pañuelo de colores. "Esos veintinún soldados dieron su vida para darnos vida a nosotros".

Patricia Martínez Sastre

(c) Agencia EFE