Tener "orejas salientes" no provoca juicios negativos de la personalidad

Por Kathryn Doyle (Reuters Health) - Las personas con orejas "en asa" están conscientes de cómo los perciben los demás. Pero un nuevo estudio revela que los extraños advierten esa característica, pero que eso no influye en el juicio personal. Al equipo del doctor Abel-Jan Tasman, del Hospital Cantonal, St. Gallen, Suiza, le sorprendió ese resultado. "Al analizarlo mejor, advertimos que 'los casos más graves', con las orejas más separadas de la cabeza, con mayor duración de la mirada puesta en las orejas y la diferencia más grande en esa duración entre las aurículas corregidas y sin corregir, no lo eran tanto", dijo vía e-mail. Los niños desarrollan una percepción aguda de las pequeñas diferencias entre sus cuerpos y el de los demás, y Tasman señaló que el bullying por la apariencia comienza entre los cinco y seis años de edad. En JAMA Facial Plastic Surgery, su equipo publica que el temor de los padres de que los demás generen opiniones conscientes o inconscientes equivocadas sobre la personalidad de sus hijos si tienen orejas salientes suele estar detrás de la decisión de corregir quirúrgicamente esa característica. Los autores, todos cirujanos, les pidieron a 20 adultos que miraran fotografías de 20 niños y adolescentes de entre cinco y 19 años. Todos sus padres habían optado por operar a sus hijos. El equipo alteró las mismas imágenes para acercar las orejas a la cabeza y les volvió a mostrar las fotografías a los observadores voluntarios, que calificaron a los niños de acuerdo con 10 características de la personalidad (pares extremos como amigable-no amigable, creativo-sin inspiración u honesto-deshonesto en una escala del uno al 10). Los observadores pasaban más tiempo mirando las orejas separadas completamente de la cabeza que las orejas de las imágenes alteradas. Pero eso no influía en la calificación de cada niño. De hecho, a mayor tiempo de observación, mayor puntaje otorgaban en perseverancia, simpatía e inteligencia. Cuatro de los niños con las orejas más salientes obtuvieron puntajes más bajos con las imágenes corregidas digitalmente. "En esos casos, las orejas salientes habrían favorecido la apariencia", indicó Tasman. La alteración de la "normalidad" de la apariencia aceptada socialmente genera una sanción que se materializa en el atractivo percibido, según comentó la doctora Lisa E. Ishii, de la Facultad de Medicina de Johns Hopkins, Baltimore, y que no participó del estudio. "En nuestras propias investigaciones demostramos que una nariz torcida, independientemente de otros cambios faciales, provocan una sanción en el atractivo personal que se restablece al enderezar la nariz", explicó. Le sorprendió que ese sesgo no alcanzara a las orejas en asa, por lo menos en las características de la personalidad, aunque los autores no evaluaron estrictamente el atractivo de los niños. "Pero no realizamos experimentos con fotografías de niños y, probablemente, la forma en la que los adultos perciben a los niños con 'anormalidades' sea distinta a la forma en que perciben a sus pares con las mismas anormalidades -señaló-. También variaría la forma en la que los niños ven a sus pares". En un editorial sobre el estudio, Ishii señala que se trata de una investigación piloto y pequeña como para sacar conclusiones generales. Además, el equipo aclara que mirar imágenes de caras en un monitor sería distinto a verlas en persona. Ishii comentó que, en Suiza, la corrección de las orejas en asa es una de las cirugías faciales pediátricas más comunes. FUENTE: JAMA Facial Plastic Surgery, online 19 de marzo del 2015.