Temer descarta amenaza de golpe militar en medio de protesta de camioneros en Brasil

El presidente brasileño, Michel Temer, en un foro de inversiones en Sao Paulo, el 29 de mayo de 2018. REUTERS/Paulo Whitaker

Por Simon Webb

SAO PAULO, 29 mayo (Reuters) - El presidente brasileño, Michel Temer, dijo el martes que no existe ninguna posibilidad de que una protesta nacional de camioneros, que ha paralizado a la mayor economía de América Latina, desencadene un golpe militar y derribe su Gobierno.

En declaraciones a un pequeño grupo de periodistas extranjeros durante un foro sobre inversiones en Sao Paulo, Temer desestimó preguntas sobre los riesgos de una intervención militar.

La protesta de los camioneros contra un alza en los precios del diésel, que ya se extiende por nueve días, ha vaciado las carreteras y dejó a las grandes ciudades con escasez de comida, gasolina y suministros médicos. La protesta nacional ha continuado a pesar de que Temer ofreció una serie de concesiones durante el fin de semana.

Algunos camioneros movilizados han pedido una intervención militar, un asunto muy debatido en las redes sociales, y ciertos grupos marginales que quieren que los militares tomen el mando han sido una presencia constante durante muchas protestas políticas de los últimos años.

"Hay cero posibilidad de una intervención militar", dijo Temer a través de un traductor. "Lo que veo es un rechazo tanto en el Ministerio de Defensa como en las fuerzas militares a cualquier tipo de intervención militar", agregó.

Las encuestas señalan que Temer es el presidente menos popular desde que terminó la dictadura militar en Brasil (1964-85). Además sigue bajo investigación por casos de corrupción.

Si la fiscal general brasileña Raquel Dodge decide acusar a Temer, se necesitaría una votación en el Congreso para ver si el mandatario puede ser juzgado o no por la corte suprema. Temer se libró el año pasado de dos acusaciones de corrupción.

No está claro, sin embargo, si aún tiene apoyo entre los legisladores para sobrevivir a una potencial nueva acusación, especialmente de cara a las elecciones generales de octubre mientras, en las encuestas, los brasileños manifiestan su profunda desafección con los políticos.

POSTURA FIRME

Temer dijo en una entrevista en televisión que las protestas de los camioneros que siguen estacionados en las autopistas deberían resolverse el miércoles, aunque su Gobierno aún debe cumplir su compromiso de reducir el precio del diésel en 0,46 reales (0,12 dólares) por litro.

Temer dijo que se impondrán duras multas a las compañías de distribución que se determine que apoyaron la huelga, pero agregó que espera que no sea necesario adoptar medidas más severas si los camioneros retiran sus vehículos de las carreteras.

Más temprano el martes, el ministro de Seguridad Pública, Raul Jungmann, dijo que el Gobierno comenzó a tomar medidas más rigurosas contra los camioneros y amenazó con castigar a los supuestos agitadores políticos que contribuyen a la crisis.

Los bloqueos en las carreteras y la escasez de combustible también han paralizado a las industrias, desde la automotriz hasta el procesamiento de la caña de azúcar, e impactado los envíos de carne de res, soja, café y otros productos.

El grupo de presión agrícola brasileño CNA dijo el martes que los productores han perdido hasta ahora 6.600 millones de reales (1.770 millones de dólares), una estimación que solo refleja el perjuicio al sector primario y no toma en cuenta las pérdidas de los procesadores agrícolas, industrias y fabricantes de bienes.

La huelga ha tenido un impacto devastador entre los animales de cría. Decenas de millones de pollos han muerto porque no ha llegado suministro de alimento. Si comienzan a morir de hambre, se comen entre sí, por lo que los frigoríficos los han sacrificado rápidamente, según la asociación de procesamiento de aves de corral y cerdo ABPA.